Tatiana Scherz Brener
"Estamos acostumbrados a creer que enfermarnos es normal y que curarnos depende de algo externo”, expresó Maria Eugenia da Silva, terapeuta holística y directora del Centro de Investigación y Desarrollo de Técnicas Biofísicas del Uruguay. Sin embargo, la medicina cuántica, como complemento a la medicina convencional, permite crear las condiciones para que nuestro cuerpo se regenere en salud, señaló. Veamos de qué se trata.
Ir más allá.
La medicina cuántica trabaja “a nivel subatómico”. “Me gusta decir que es la medicina de la conciencia y del alma porque trabajamos desde un punto de vista muy sutil”, sostuvo da Silva. A su vez, subrayó que eso no significa que sea “algo religioso” y que no se usan símbolos ni ángeles ni rituales de ningún tipo: “Es simplemente un estado al que podemos llevar nuestra mente, una tecnología interna que todos tenemos”.
En este sentido, la clave está en ir más allá de lo que se puede ver o tocar. Laura Kundig, terapeuta holística con 30 años de experiencia en medicina cuántica, afirmó: “El ser humano que piensa que está hecho solo de materia se limita”.
Según da Silva, la enfermedad responde a “un desorden que hay en el organismo y que no empieza a nivel físico, sino a uno mucho más sutil”. Kundig está de acuerdo: “Es como si se generara un agujerito en tu sistema energético que con el tiempo afecta el sistema físico”. De esta manera, es necesario corregir dicho desequilibrio para que el cuerpo se pueda regenerar en salud, indicaron.
Métodos.
En el 2010, da Silva conoció una herramienta que le dio el sustento científico que necesitaba para dedicarse de lleno a la medicina cuántica: el biomagnetismo. Junto a Martín C. Etchelar comenzó una investigación sobre el magnetismo y su aplicación en la salud y pronto entendió que no es el método el que sana al paciente, sino que lo que hace es estabilizar su campo magnético para que luego el propio cuerpo se regenere en salud.
Tanto da Silva como Etchelar se habían formado en biomagnetismo médico, el cual “trabaja con pares de imanes buscando distorsiones en el organismo para hacerlas desaparecer”. Sin embargo, luego de su investigación crearon otro método al que denominaron ‘magnetismo biológico’, en tanto en lugar de eliminar las distorsiones, lo que se busca es “corregir el propio magnetismo del cuerpo”.
En el consultorio trabajan aplicando campos magnéticos estables y ampliados para que el campo magnético del paciente se ordene, favoreciendo la sanación. “Esta nueva teoría ha dado tantos buenos resultados que fue premiada como un aporte a la salud humana”, comentó da Silva. En efecto, la terapeuta uruguaya fue reconocida como líder en investigación y ciencias de la salud para el beneficio de la humanidad en los Health Sciences Awards 2022 organizados por la Sociedad Internacional en Investigación, Salud, Desarrollo Empresarial y Tecnologías.
Si bien los imanes son una “gran ayuda” en la consulta, “no son imprescindibles para trabajar con medicina cuántica”, señaló da Silva.
De hecho, Laura Kundig utiliza solamente sus manos para restablecer el equilibrio del organismo de las personas, e incluso su formación en sanación reconectiva, un método creado por el doctor estadounidense Eric Pearl, le permitió realizar su trabajo a distancia, sin tener al paciente frente a ella.
Para Kundig, un aspecto clave es la apertura que tenga el paciente. “No soy ningún ser celestial que pueda aflojar cualquier enfermedad. Siempre depende de la disposición que tenga la persona para volver a su equilibrio”, expuso.
Uno de los casos que recuerda especialmente es el de una señora de 70 años que tenía poliomielitis, una enfermedad que causa debilidad muscular y parálisis. “Llegó con mucho dolor, caminaba con un bastón y apenas podía mantenerse de pie”, contó la terapeuta. Cuando comenzó su trabajo, sintió “una corriente muy poderosa que atravesaba todo su cuerpo”. “Estaba canalizando un voltaje muy alto de corriente eléctrica y eso para mí era algo nuevo”, dijo. Al terminar, la señora bajó sola de la camilla y pudo caminar mejor.
Quiropraxia.
Una de las aplicaciones del magnetismo cuántico es la quiropraxia cuántica, un tratamiento del cual da Silva es especialista. En lugar de utilizar “maniobras agresivas”, la teraputa trabaja con el magnetismo y la medicina cuántica aplicados a la columna vertebral. Una sesión dura entre 30 y 45 minutos.
A través de la quiropraxia cuántica se busca “aliviar el sufrimiento” con el que las personas llegan al consultorio, ya sea por contracturas, tendinitis, dolor de ciático o fibromialgia, entre otros. No obstante, da Silva indicó que el tratamiento también se puede usar de forma preventiva.
Hace 12 años que Patricia Ovsejevi convive con el dolor a raíz de la fibromialgia. “Los empujes te matan, te queman la piel, te duele todo”, relató en diálogo con El País. Había probado con hidroterapia, acupuntura, medicaciones fuertes y masajes, pero nada funcionaba.
Entonces, una amiga le propuso que intentara con la quiropraxia cuántica. Llegó a la sesión bastante escéptica y con mucho dolor, sobre todo en el esternón. “Me pusieron unas plaquetas que ni sabía lo que eran y empecé a aflojarme”, contó. Luego supo que aquellas plaquetas eran los imanes que crean el campo magnético estable y ampliado.
“Uno está acostumbrado al masaje en el que aprietan el nudo y lo van llevando hasta que lo sacan. Acá no es así, es un trato suave”, recordó. Salió del consultorio y caminó cinco cuadras para llegar hasta 18 de Julio, un recorrido que, además, es todo en subida. Eso la sorprendió: “Tengo fatiga crónica y no te camino dos cuadras porque me quedo sin aire, pero ese día lo pude hacer”.
Hasta ahora ha ido a dos sesiones de quiropraxia cuántica. “Cero dolor no tenés nunca, pero hay dolores que son insoportables y esos no los tuve más”, aseguró. Y añadió: “Me hizo muchísimo bien”.
Medicina cuántica en el botiquín familiar.
Maria Eugenia Da Silva es la creadora de la quiropraxia cuántica y desarrolladora del método magnetismo cuántico vibracional®. También tiene formación en reiki, magnified healing y alineamiento vertebral tibetano, entre otras terapias. Según dijo, el magnetismo cuántico puede utilizarse incluso de forma preventiva. “Sueño con que en cada casa haya una colchoneta magnética para que todas las personas puedan cuidar de su propio campo magnético”, expresó. A través de imanes de neodimio, esta colchoneta “genera un campo magnético estable igual a la magnetosfera terrestre, pero mucho más potente”.
Un contacto diario con esta herramienta permitiría “corregir el desorden de nuestro campo magnético que se genera por el estrés, la comida, la forma de vivir que tenemos hoy en día”.
Laura Kundig nació en Suiza y desde niña sintió una conexión con los procesos de autosanación. Dedicó gran parte de su vida a la meditación, el chi kung, la acupuntura y la sanación reconectiva. En enero del 2010 se mudó a Uruguay porque quería traer la medicina cuántica a Sudamérica y luego de vivir 10 años en el país decidió volver a Europa: “Mi percepción me decía que iba a pasar algo grave en el mundo, así que tenía que volver a donde estaba mi familia”.
Es autora del libro Manual Práctico de Sanación Cuántica que está disponible en Amazon.