La Nación/GDA
Este jueves 31 de octubre, como sucede cada año, se celebra Halloween. Se trata de una celebración no religiosa que fue ganando mucha popularidad en el mundo y se la relaciona con lo espeluznante y la muerte. La costumbre es disfrazarse y, en el caso de los más pequeños, pedir caramelos casa por casa.
La palabra Halloween proviene del Reino Unido. Este término remite a la frase “All Hallows’ Eve” o “All Saints’ Eve”, que hacen referencia a la “Víspera de Todos los Santos”. Eventualmente, este nombre se fue transformando hasta tomar la forma que conocemos todos. Su origen tiene gran influencia cristiana, pero muchas de las tradiciones que marcan esta festividad vienen de la cultura celta.
Halloween tiene sus raíces en el antiguo festival celta de Samhain, una celebración religiosa pagana que tenía lugar en Reino Unido, Irlanda y el noroeste de Francia. Se realizaba para dar la bienvenida a la cosecha al final del verano, cuando la gente encendía hogueras y vestía disfraces para celebrar y al mismo tiempo ahuyentar a los fantasmas. La fiesta marcaba la transición al nuevo año, al final de la cosecha y el comienzo del invierno.
La influencia cristiana comenzó en el siglo IV en Roma, donde se llevaban a cabo celebraciones de mártires y santos. Es así que se le atribuyó el “Día de Todos los Santos” al 1° de noviembre, como la contracara de esta celebración pagana. Esta fecha litúrgica se llevaba adelante el 13 de mayo, hasta que el papa Gregorio III trasladó el día a principios del anteúltimo mes del año. Así es como celebra a los mártires y los santos no canonizados que, según la tradición católica, pueblan el paraíso. Además de la proximidad de las fechas, la conexión con los difuntos hace que tenga una fuerte conexión con Halloween, su víspera laica. Después, la Iglesia dispuso el 2 de noviembre como el “Día de los Difuntos”, fecha que conmemora a todos los fieles difuntos aún detenidos en el Purgatorio.
Así es que quedaron tres fiestas católicas importantes: la Víspera de Todos los Santos, Día de Todos los Santos y Día de los Difuntos, que en conjunto llevan el nombre de los “Días de los Muertos”. En inglés, estas eran conocidas como Allhallowtide, Hallowtide o Hallowmas (Hallow significa “santo o santa” y mas quiere decir “misa”).
En tanto, en español se le atribuyó la “Noche de Brujas” a esta celebración. Esto se debe a que se cree que es un momento del año en que los espíritus de los muertos caminan entre los vivos. Además de buscar evitarlos con las hogueras de Samhain, también se hacían ritos para repeler las brujerías y las enfermedades.
Halloween ha evolucionado a lo largo de siglos, combinando tradiciones paganas y cristianas para convertirse en la festividad alegre. El enfoque pasó de conectarse con los muertos y celebrar la cosecha a algo más lúdico, en el que se pasa el tiempo con amigos y se intercambian dulces.
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