CIENCIA
Investigadores de la Facultad de Psicología necesitan candidatos para estudio sobre cómo se perciben estímulos sensoriales
¿Alguna vez quiso participar de un estudio científico? ¿Se animaría a que le colocaran sensores en el cráneo para que por 2 horas y media investiguen cómo responde a ciertos estímulos? Si la respuesta es sí –y cumple con otros requisitos que ya mencionaremos–, el Centro de Investigación Básica en Psicología de la Facultad de Psicología (CIBpsi) de la Universidad de la República busca voluntarios para varios estudios.
En concreto, se buscan participantes de entre 18 y 35 años para comprender cómo el cerebro humano percibe información sensorial mientras se efectúa un registro de electroencefalografía. “Es una técnica no invasiva; no implica ningún riesgo. Es un gorro elástico lleno de sensores y por cada uno medimos la actividad eléctrica mientras se ejecutan tareas de atención”, explicó Francisco Cervantes, investigador en el área de neurociencia cognitiva y salud mental.
Estos experimentos tienen dos objetivos: analizar la atención audiovisual y la selección de interlocutores (lo que se conoce como efecto “cocktail party”). “Queremos entender cómo sesga naturalmente el cerebro su actividad, voluntaria o involuntariamente, cuando está expuesto a más de una alternativa al mismo tiempo”, dijo Cervantes a El País.
Además de la edad, el candidato debe tener buena salud visual y auditiva y no haber sufrido ninguna condición neurológica severa en el pasado.
El límite de los 35 años se debe a que, a partir de esta edad, empieza a disminuir, por ejemplo, la capacidad del oído y los más jóvenes son considerados como referencia de un correcto procesamiento auditivo.
Para los dos estudios en curso (el de atención visual y la selección de interlocutores) se necesitan entre 30 y 35 personas para cada uno; el año que viene se realizará otra investigación.
En los experimentos de atención visual se analiza cuándo responde el cerebro al estímulo y si lo hace bien o mal. El electroencefalograma, mientras tanto, detecta dónde y de qué manera se produce la actividad eléctrica del sistema nervioso central.
El participante verá distintas imágenes en una computadora y escuchará distintos sonidos. Por ejemplo, deberá decir cuáles pueden agruparse mientras que se le pide que preste atención a distintas localizaciones de la escena.
Para estudiar el efecto “cocktail party”, la colega de Cervantes, Thaiz Sánchez Costa, creó una base de datos de audios de distintas voces, de personas de diferentes edades y con diversos mensajes. Aquí se evalúa cómo responde el cerebro a diferentes interlocutores y cómo hace para seleccionar uno por sobre otro o cómo trabaja para prestar atención simultánea a dos voces.
“En un centro comercial, en un mercado, en un banco, en cualquier lugar donde hay muchas personas hablando y vos estás con una persona que te acompaña y querés escuchar al que está detrás es un proceso interno que dirige la atención. Para dónde apunta esa ‘parabólica’ es lo que interesa en este proyecto”, contó Cervantes. En otras palabras, la persona “sintoniza” un sonido por sobre el ruido de fondo.
El investigador añadió: “Seguir dos interlocutores al mismo tiempo es difícil; tres es imposible”.
Con respecto a la edad, es algo que resulta más complejo para los niños puesto que su cerebro está en desarrollo y para los adultos mayores porque ya pueden tener problemas auditivos, además del deterioro natural cognitivo. Para que el efecto “cocktail party” se dé de forma apropiada, es necesario que la persona disponga de una audición binaural en buenas condiciones.
“Lo que buscamos es juntar dos áreas de estudio: la atención puramente visual y la puramente auditiva. La pregunta es cómo criterios visuales, como ver solo el lado derecho o izquierda de una escena, por ejemplo, influye en la percepción auditiva”, comentó.
Los interesados en participar de los estudios deben inscribirse en el sitio: cibpsi.psico.edu.uy/participa. Hay tiempo hasta abril.