Verano 2022
La fotógrafaa y artista austríaca, Renate Graff, expuso sus obras en la feria Este Arte y habló sobre su visión del rol del arte en el mundo actual.
Punta del Este y la costa de Maldonado se convirtieron este verano en un polo para el arte gracias a las numerosas actividades vinculadas con la materia. La feria Este Artevolvió a la presencialidad en su octava edición y convocó artistas de todas partes del mundo, incluida la fotógrafa austríaca Renate Graff.
La artista expuso su trabajo de la mano de la galería suiza Reginart Collection y brindó una charla. Luego, siguió camino a Brasil para concretar un proyecto conjunto con el artista Dienis, quien la acompañó en su visita al país.
Graff, cuyo trabajo es reconocido mundialmente, había estado en Uruguay en un viaje fugaz a Colonia del Sacramento. En esta ocasión, visitó Punta del Este y conversó sobre su trabajo y proyectos con El País.
—¿Cómo empezó a tomar fotos?
—Empecé a tomar fotos muy joven en un viaje muy importante que hice con quien era entonces mi esposo, Anselm Kiefer. Creo que fue en el año 1993, en un viaje por carretera que comenzó en China y fuimos hacia Pakistán e India. Viajamos durante tres meses y llevé conmigo una pequeña cámara Canon. Fue la primera vez que hice un fotorreportaje, tomé las fotos en blanco y negro y luego las revelé.
—En Este Arte vemos un conjunto de sus fotos tituladas Sacred Landscapes (Paisajes sagrados), ¿a qué se refiere?
—En realidad me remite a ese viaje en particular, porque fue la primera vez que descubrí India y ese país fue una inspiración desde entonces. Especialmente porque descubrí la espiritualidad combinada con una profunda vida centrada en el día a día en forma de cómo se acercan a los templos, las ofrendas y más. Me gustó mucho, encontré algo que me parecía extremadamente poético y hermoso, en la vida cotidiana. Luego hay fotos que son muy posteriores que hice cuando regresé, porque tuve un laboratorio de fotografía en India entre 2012 y 2016 y creé libros de fotos en distintas temáticas. Por un lado, hay una producción sobre el fuego, porque es un país con mucho humo y fuego; por otro, están imágenes que tomé del festival para la diosa Kali, en Calcuta. Quedé impactada porque producen cosas hermosas y luego que las fiestas terminan lo tiran al mar como basura. Tomé fotos de los restos tirados en las calles y esos son sus dioses; primero son esta arcilla y papel maché y luego se transforman en objetos hermosos; cuando pasan las fiestas quedan tirados por las calles y en el río. Me pareció muy fascinante el hecho de que durante una semana trabajan muy duro en producirlos para este festival sobre espiritualidad dedicado a los dioses y luego esos dioses se convierten en desechos que se van flotando en el río con la basura. Creo que es como una metáfora que explica la vida. Incluye muchos significados sobre la vida y la muerte, combinados y sobre cómo lo dejan ir es lo que me fascinó de India.
—¿Fue distinto trabajar en un paisaje como el de Alaska?
—El viaje a Alaska y Siberia fue completamente distinto, allí fui exclusivamente a trabajar y mostrar cómo se están derritiendo los hielos. Fue un proyecto sobre medio ambiente y muchas de las imágenes las tomé desde un helicóptero. Fue muy shockeante. Si bien no fui testigo del deshielo, viajé con personas que me comentaban cómo vieron los glaciares achicarse en los últimos 30 años. Entonces, cuando volás con ellos te das cuenta que ellos lo vieron con sus ojos a lo largo del tiempo.
—Parte de su trabajo tiene ese tipo de compromiso, ¿por qué le atrae?
—No lo busqué, pero estos viajes son un poco incómodos y extremos y los problemas están allí, entonces, es imposible no verlos. Por ejemplo, si bien en India mi trabajo no es sobre el medio ambiente, sí habla de grandes cantidades de basura y plástico. Aunque busques su belleza y tu tema y la cuestión no sean el medio ambiente, cuando caminás a través de toneladas de plástico por todos lados, te llama. También viajé por el Sahara y todos los años el desierto entra un poco más en los pueblos, entonces en la frontera existen pueblitos que fueron abandonados porque la gente ya no puede vivir ahí. Viajando descubrí historias no pueden ser ignoradas.
—¿Su intención es concienciar sobre este tema?
—Quiero que la conciencia sea en un sentido amplio, estamos ante muchas crisis: la ambiental, la de los inmigrantes, tenemos una crisis social que me perturba profundamente; también hay una crisis desde el punto de vista artístico, ya que cada vez perdemos más imágenes y creo que también tenemos que reinventarnos y crear un nuevo lenguaje para lo visual y los símbolos. Creo que tenemos que trabajar más en colaboración. Me siento muy feliz de alcanzar a las personas con la música de Dienis o las esculturas o charlas y romper las fronteras de ser un fotógrafo o un cantante. Creo que necesitamos ver el mundo de una forma distinto, pero tenemos que trabajar más juntos. No creo que sea la tarea de un artista señalar lo que se hace mal; creo que tenemos que ir más allá y crear conciencia a través del trabajo que hacemos.
—Me habla de Dienis, ¿cómo conectaron y llegó a América Latina?
—Casi no había estado en América Latina, había pasado por Colonia del Sacramento en 2013, y había viajado por Chile y Argentina. Como no hablo en español ni en portugués no puedo comprender demasiado o acercarme a través del trabajo, lo hago con los paisajes. Conocí a Dienis hace unos años y ahora que colaboramos fue una forma de acercarme a las personas de América Latina.
Un proyecto en conjunto
El músico brasileño Dienis pondrá melodía a algunas de las fotos de Renata Graff en una serie de videos que se publicarán en los próximos días: “Quería algo que me diera fuerza. Creo que la música es una misión de llevar una voz para las personas que no tienen un micrófono. Entonces a través del arte de Renate y mi música podemos lanzar un grito que le permita a otras personas hacer lo mismo”, dijo Dienis a El País.
"Cuando conocí las fotografías de Renate me enamoré, porque sentía que toda mi música se conectaba con mis canciones", añadió el brasileño y explicó que le hizo escuchar sus canciones para convencerla de participar en su proyecto.
El cantante sostuvo que es un honor trabajar con una fotógrafa con tanto prestigio y quiso poner la mirada de Renate Graff en su obra: "Le dije que quería fusionar nuestro trabajo para que fuera más allá, porque muchas personas no tienen acceso a museos o a una exposición y la música permite que sea más sencillo. Renate, además de ser poeta, fotógrafa y artista, tiene una gran sensibilidad y es muy especial para mi. Tocó mi corazón, despertó en mi las ganas de hacer arte", destacó.