La Playa Mansa, fiel a su nombre, se despierta tranquila. A las ocho y poco de la mañana, el paisaje está en silencio, con apenas unas personas que comienzan a ocupar la arena frente al parador Imarangatú, ubicado en la parada 7. Llegan con mats de yoga, pareos o simplemente con ganas de probar algo diferente.
Era mi primera vez en una clase de silent yoga, una actividad que había visto desde lejos en otras temporadas de verano, pero que nunca me había decidido a probar. Al principio, no sabía muy bien qué esperar. No sabía si el “silencio” sería literal, o si los auriculares que usaban servirían para aislar todo ruido o para escuchar algo.
El sábado pasado decidí averiguarlo. Éramos unas cien personas, aunque no me detuve a contar, porque una vez que me puse los auriculares, me desconecté de casi todo.
Los mantras dieron la bienvenida, armando el ambiente y al ratito la voz de la profesora comenzó a guiarnos. Dejé de pensar en el tiempo, en el celular, en las obligaciones, y simplemente estuve ahí: con los pies en la arena, la brisa golpeando despacio y conectándome con el entorno, en un verano que en ese momento no fue ni bullicioso, ni ajetreado ni con una multitud de gente estresada, como tantas veces es esta época.
La clase comenzó con ejercicios de respiración. La profesora explicó cómo esa es una herramienta clave para el bienestar, mientras nos invitaba a enfocarnos en ella. No hacía falta ser un experto ni conocer los nombres de las posturas; la clase estaba diseñada para que cualquiera pudiera seguirla, independientemente de su experiencia.
Luego llegaron movimientos que ponían un poquito a prueba el equilibrio, siempre acompañados de la guía de la profesora.
La clase duró casi una hora y el cierre fue sobre la orilla del mar, con los pies en el agua.
Este verano, las mañanas de los jueves y los sábados estarán dedicadas al Silent Yoga, a partir de las 8.30 horas. La actividad, auspiciada por Santander, es gratuita y no requiere inscripción.
Los participantes solo deben llevar su mat o pareo, un gorro para el sol, protector solar y agua para hidratarse. Los auriculares, fundamentales para vivir la experiencia, se entregan en el lugar y hay un cupo máximo de 100 personas por clase. Para más información, se puede contactar al parador Imarangatú al teléfono 4248 8116 o en su cuenta de Instagram @imarangatubeach.
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