Soledad Barruti: ¿estamos en el peor momento de la historia en relación con la alimentación?

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Soledad Barruti. Foto: El País

ENTREVISTA

Una cita para poner sobre la mesa nuestra alimentación: Soledad Barruti y Darío Sztajnszrajber brindarán una charla en Montevideo el próximo 26 de octubre.

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Son las 8 de la mañana y el ómnibus va lento. Una mujer se sienta con su hijo en la falda. Los que estamos cerca escuchamos que el chiquito de no más de 2 años pregunta cuándo llegan a la casa de la abuela. En el bolsillo de la mochila se ve una botella de refresco. ¿Sabrá? No, seguramente la madre no sabe o no se detuvo a pensar que solamente esa botellita contiene más del doble de azúcarrecomendada al día para una persona adulta, además de una larga lista de ingredientes entre las que figuran elevadas cantidades de sodio y cafeína. Esta misma escena se repite en la calle, en los hogares, en las fiestas de cumpleaños, en la escuela.

La periodista argentina Soledad Barruti no duda en afirmar que estamos en el peor momento de la historia en relación a la alimentación. Nunca antes sucedió lo que se ve actualmente: “No hubo una civilización que no pudiera explicarse de dónde viene lo que come y que eso que come detonara el cuerpo de una manera tan explícita y tan horrible”.

En diálogo con El País, Barruti sostuvo que “hoy en día morimos más por causas que tienen que ver con lo que comemos y con lo que no comemos que por otras cosas. Y, mientras, nos estamos llevando puestos a nosotros mismos y a nuestros hijos sin saber y eso es lo más perverso que tiene este sistema. Te venden como encantadores cosas que hacen mucho daño en la infancia. Estamos todo el tiempo comiendo distintas formas de violencia disfrazadas de algo encantador”.

El próximo 26 de octubre Barruti se presentará en Montevideo junto al filósofo argentino Darío Sztajnszrajber para compartir una charla que se titula “La comida ha muerto”.

Soledad Barruti y Darío Sztajnszrajber. Foto: difusión
Soledad Barruti y Darío Sztajnszrajber. Foto: difusión

En este evento se juntan las miradas de ambos: por un lado, la de la periodista que, como ella misma explica, investiga y pone sobre la mesa elementos de la realidad “para tratar de entender cómo llegamos acá y cómo salimos”; y, por otro, la del filósofo que pone en perspectiva el poder que tiene la alimentación.

Barruti contó que estas charlas se realizan desde hace un tiempo y que el público suele salir de ellas “muy conmovido”: “Ponemos en escena algo que nos involucra de una manera muy profunda y que difícilmente se ve así, porque pareciera que hablar de comer es hablar de algo superfluo cuando, en realidad, es algo poderoso y movilizante”.

La autora de los libros Mala Leche y Malcomidos agregó que irán contra la corriente de lo que comúnmente pasa cuando nos sentamos a la mesa. “Pensar es algo que está contraindicado en ese momento. Muchos dicen que mejor no saber, no pensar. Y acá hacemos todo lo contrario, damos vuelta ese dispositivo para poner al servicio de las personas un montón de información, reflexiones, pensamientos, escenas”, señaló.

Porque “festejamos el cumpleaños de nuestros hijos sirviéndoles cosas como salchichas y gaseosas, que son devastadoras para sus cuerpos, y lo pensamos casi como un derecho, como algo divertido, y es brutal esa forma que establecimos de vincularnos con la comida”, añadió.

La argentina sostuvo que con las elecciones que hacemos día a día creemos que somos más libres de lo que realidad somos: “Muchos dicen que es la elección del consumidor, que si el niño come es porque el padre elige comprarlo. No hay tal libertad si entendemos al sistema como un entramado de poder en donde estamos recibiendo órdenes encantadoras que no están revestidas como una orden violenta, sino que parecieran siempre una invitación”.

La alternativa que existe es la agroecología, pero no es algo que hoy esté al alcance de la mayoría. “No hay una oferta masiva de comida agroecológica, porque eso es algo que hay que crear y es una creación política. No existe porque justamente lo que hay es interés de sostener todo lo otro hasta las últimas consecuencias”, sostuvo.

Barruti concluyó que en la historia de la humanidad “el sistema alimentario fue la manera de entendernos con lo que nos rodeaba y de construir con la naturaleza un escenario más diverso, más rico, más vivo”. Y añadió: “Hoy pasa todo lo contrario: tenemos una forma de producir devastadora que homogeneiza, que es monocultural en todo sentido y que es muy violenta”.

26 de octubre a las 20 horas en Montevideo.

El evento “La comida ha muerto” llega a Montevideo el próximo el 26 de octubre a las 20 horas en el Antel Arena. El precio de entradas va de $ 998 a $ 1.488 y están a la venta a través de antelarena.com.uy.

Relación entre la pandemia y el sistema productivo.

La relación entre el sistema productivo y la pandemia por coronavirus tienen una relación directa, sostuvo Barruti, y así lo explica: “Por lo que sabemos hasta el momento, el virus que nos está afectando es un virus zoonótico, que salió del cuerpo de un animal y entró en relación con las personas, en una mutación que no se daría si estuviera lo que se conoce como ‘redes de amortiguación’, que son las que nos mantienen a una distancia tanto de esos animales como de los interiores de esos animales”.

Actualmente, agregó, los animales están siendo explotados de diferentes maneras: en las granjas industriales, por ejemplo, están hacinados y allí viven entre deshechos y sus propias heces, con “virus y bacterias que están siendo exaltados por esas condiciones de vida tremendas”, señaló la periodista, que en el marco de sus investigaciones ha visitado estos escenarios que cataloga como “peligrosos” y de los que han emergido “muchísimas enfermedades con potencial pandémico como la gripe porcina, la gripe aviar, entre otras.” Por otra parte, en este sistema de producción actual, existe un “sistema depredador agroindustrial que busca ganar tierras, extender los lugares de donde se alimentan estas granjas, cosas que van deshaciendo el entramado de biodiversidad y que hace que el suelo esté en contacto con microorganismos que son propios de animales más salvajes. De ahí salieron enfermedades como el ébola”, agregó.

Barruti sostuvo que a medida que los seres humanos “vamos destruyendo cada vez más los ecosistemas más ricos y más frágiles, como las selvas o los bosques, vamos teniendo un contacto cada vez más estrecho con esos animales”. Además, de la mano de esta situación van apareciendo escenarios de violencia que son peligrosos tanto para los animales como para las personas, como lo es el tráfico de fauna, los mercados o ferias con animales vivos, algo que no solamente pasa en Asia, donde surgió el virus SARS-CoV-2, sino en el mundo entero.

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