MOVILIDAD
El crecimiento tecnológico trajo cambios en la producción de vehículos y en cómo las personas se transportan.
En este momento, se está ante un “nuevo paradigma en la movilidad” de vehículos. ¿Qué sucede? Se viven “tres revoluciones simultáneas y complementarias”. Así lo explicaron de KPMG Uruguay Magdalena Perutti, directora del área de asesoramiento financiero e infraestructura, y Marcelo Sibille, gerente del área de asesoramiento económico y financiero.
Una de las transformaciones es el pasaje a un parque automotor dominado por vehículos eléctricos. La segunda es un aumento en el grado de autonomía de los autos. La tercera que plantearon es un cambio en el modelo de negocio de los vehículos. Hay una transición de la posesión del auto personal a la utilización de diferentes servicios de desplazamiento.
Autos eléctricos.
Se vive un “cambio disruptivo” en los vehículos eléctricos que se sustentan a través de la “recarga directa de energía eléctrica” que alimentan las baterías de litio, o mediante “la utilización de hidrógeno y su transformación en energía eléctrica mediante celdas de combustible”.
No obstante, los directivos aclararon que estos vehículos son más costosos y, por lo tanto, el uso por parte de las familias “aún es incipiente”. Se puede esperar que el precio disminuya hasta equipararse a los autos tradicionales.
Por otra parte, hablaron sobre la adquisición de eléctricos por parte de las empresas. En aquellas que hacen un “uso intensivo de vehículos utilitarios de carga liviana (y también pesada, según tendencias más recientes del mercado)” tiene un “beneficio económico medido en valor presente neto”. Hay una compensación por los menores costos operativos. Lo mismo sucede en el transporte de pasajeros.
Además, Peruti y Sibille explicaron que para un “correcto cálculo de impacto socioeconómico” se deben tener en cuenta los beneficios sociales. Hay una menor contaminación ambiental y acústica, y mayor seguridad.
¿Qué sucede en Uruguay? El país “no es ajeno” a una tendencia, que se vive en otras partes del mundo, hacia los vehículos eléctricos impulsado por políticas públicas. “Hace ya unos años en el transporte público de pasajeros comenzaron a introducirse gradualmente unidades de taxis eléctricos, y más recientemente buses eléctricos en el marco del proyecto Movés, acción que pudo ser realizada con la asistencia de subsidios estatales. Para los vehículos utilitarios, el Régimen de Promoción de Inversiones actualmente vigente concede atractivas exoneraciones de IRAE a las empresas que inviertan en vehículos eléctricos”.
Vehículos autónomos.
El segundo cambio que plantean Peruti y Sibille son los autos autónomos, aquellos que usan la inteligencia artificial para conducir. Entienden que “hay indicios” de que irrumpirán en el mercado.
"Así como la automatización de procesos ha venido escalando en muchas actividades productivas”, podría suceder lo mismo en los vehículos, comentan.
De acuerdo al Autonomous Vehicles Readiness Index de KPMG que se publicó este año, esta tecnología “está ingresando en un período de maduración con mucho potencial en varios países desarrollados”. En el caso del Reino Unido, donde la tasa de penetración de vehículos eléctricos en 2020 es nula, se espera que sea 9% de las ventas nuevas en 2030 y 64% en 2040.
Movilidad como un servicio.
La movilidad como un servicio, la tercera transformación, “es un concepto asociado a la idea de que el auto personal ingresaría en una fase de extinción”. Hay una flota de vehículos de empresas que los ofrecen mediante aplicaciones.
“La movilidad como servicio asociado a la conectividad permitirá entonces reducir el costo de los viajes a demanda, en tanto que será el algoritmo de la aplicación quien asigne el vehículo más cercano al demandante para la satisfacción de su requerimiento, lo que hará más eficiente la asignación de los vehículos”, explicaron.
Por último, Peruti y Sibille comentaron que los “bienes ambientales son cada vez más demandados por las nuevas generaciones, y la tendencia podría acelerarse en la era poscoronavirus".
A su vez, dicen que algunos cambios ya se comenzaron a ver en el país. "Lo mejor que podemos hacer es tomar consciencia de ellos asumiéndolos como parte de la nueva realidad, y el proyecto Movés es un buen ejemplo. En todo caso, ni los hacedores de políticas públicas ni los emprendedores privados deben perder conciencia del riesgo que reviste menospreciar un cambio de paradigma con su correspondiente impacto en el desarrollo socioeconómico y en los negocios”, agregaron.