Telescopio espacial James Webb: una ventana al universo más lejano

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James Webb. Foto: EFE.
GRAF9684. MADRID, 20/12/2021.- Vista del James Webb encapsulado en el cohete Ariane 5 desde donde será lanzado al espacio el 24 de diciembre a las 12:20 GMT. En los últimos 30 años, el Hubble no solo ha revolucionado la investigación astrofísica, también nos ha dejado impresionantes imágenes del universo. Ahora es el turno del James Webb, una 'máquina del tiempo' que sondeará regiones del cosmos inaccesibles hasta ahora, gracias a tecnología con sello español.EFE/ESA Manuel Pedoussaut SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)
Manuel Pedoussaut/EFE/ESA

ASTRONOMÍA

Este 25 de diciembre se lanzará el mayor telescopio espacial creado por la humanidad para responder grandes interrogantes

Dicen que lo bueno se hace esperar. Y esa es la defensa que tiene el equipo responsable del telescopio espacial James Webb, el mayor telescopio espacial creado por la humanidad. Tras sucesivos retrasos en la fecha de lanzamiento (prevista originalmente para 2017) marcará mañana un hito en la historia de la observación espacial. ¿Cuál? Develar un universo para el que ahora estamos ciegos.

“Ataca dos de las grandes interrogantes de la humanidad: ¿cómo se originó el universo? y ¿hay posibilidades de que existan otros sistemas planetarios habitados?”, señaló el doctor en Astronomía y profesor universitario Gonzalo Tancredi, quien ha trabajado con los datos de su antecesor, el telescopio espacial Hubble.

El viaje que comienza hoy se completará en un mes; entonces, pondrá a punto las fases de calibrado y el observatorio. Cinco meses después se espera obtener la “primera luz”, es decir, la primera imagen colectada por el telescopio.

El James Webb orbitará a una distancia de 1,5 millones de kilómetros (cuatro veces la distancia a la Luna) en un punto donde la interacción gravitacional entre la Tierra y el Sol está equilibrada (llamado punto de Lagrange L2). Este punto tiene la peculiaridad de tener un periodo orbital igual al de la Tierra, es decir, girará de manera solidaria a la Tierra alrededor del Sol.

Este dato es una de las razones por la que se ha postergado varias veces su lanzamiento: estará demasiado lejos para enviar un service.

No es broma. Esto ya lo precisó el Hubble y fue objeto de burlas por parte de la comunidad científica. Un ligero defecto en el espejo principal lo hacía demasiado plano y dejaba borrosas las fotos. Una misión espacial permitió corregir el instrumento –claro, el Hubble está a 570 kilómetros y es más fácil para llegar–.

James Webb
James Webb

“La construcción de espejos era una tecnología que venía avanzando desde la época de Galileo y después de Newton, pero hubo una serie de errores. Obviamente, en este caso, no querían cometer ese tipo de errores. Los chequeos y la verificación fue mucho más exhaustiva”, contó Tancredi a El País.

El telescopio tiene un espejo primario de 6,5 metros de diámetro (el del Hubble es de 2,4 metros) formado por 18 segmentos hexagonales de berilio, revestidos en oro y obtendrá imágenes en el rango del infrarrojo. ¿Qué tiene de especial esta característica? Está diseñado para colectar la luz de objetos hasta 100 veces más tenues de lo que es capaz de detectar el Hubble o cualquier telescopio que opera en el rango visible del espectro electromagnético.

“Los rayos gamma, los rayos X, la radiación ultravioleta, la radiación infrarroja son absorbidos por la atmósfera. Para observar objetos en estas regiones del espectro tenemos que irnos por encima de la atmósfera para, además, superar la turbulencia atmosférica”, enseñó el astrónomo.

En otras palabras, el Webb observará mejor y más lejos en el espacio. Debido al efecto conocido como desplazamiento hacia el rojo, la luz emitida por las galaxias más lejanas y antiguas del universo se emiten en el rango del infrarrojo por lo que puede ser detectada por el nuevo telescopio, algo impensable para los observatorios terrestres y para el Hubble.

Tancredi apuntó: “Las galaxias y las estrellas que se formaron poco tiempo después del Big Bang se pueden observar con mayor integridad en esa región. Esto es de gran interés para entender el origen del universo y las etapas posteriores”.

Así dio la lección en diálogo con El País: “El pico de radiación es inversamente proporcional a la temperatura. Una estrella como el Sol a unos 5.700 kelvin emite en la región del amarillo-verde; una estrella más caliente, a 10.000 kelvin, emite en la región del azul; una estrella más fría emite en la región del rojo. Las estrellas en formación están a bajas temperaturas y emiten en la región del rojo e infrarrojo cercano y medio”.

Dado que los objetos más fríos del universo también emiten en el infrarrojo, el Webb también podrá ver planetas extrasolares con una resolución sin precedentes. Y, en este caso, el Webb está pensado para analizar sus atmósferas y encontrar ciertos componentes químicos que podrían indicar la presencia de vida.

También observará el patio de casa. Explorará a Júpiter, Saturno y sus satélites y cuerpos celestes en la parte más exterior del Sistema Solar. Lo hará y los mostrará –esa es su promesa– como nunca antes se han visto y conseguirá datos para explicar en profundidad cómo se formó este rincón del universo.

Si Galileo Galilei mostró un firmamento desconocido con cráteres lunares, si William Herschel reveló que existía Urano, si Hooker consiguió observar la galaxia Andrómeda, si Edwin Hubble llegó a la conclusión de que las galaxias se alejan de nosotros fue todo gracias a los telescopios. Y el Hubble, bautizado por el anterior, en 30 años de servicio nos sorprendió con nebulosas, explosiones de supernovas y exoplanetas, el James Webb, ahora, propone otro viaje: uno a los primeros instantes del universo.

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