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"Lo más importante de los viajes son las personas que se conocen a lo largo del caminou201d, es la frase que podría resumir el nacimiento del proyecto Madre Elefante. Su creadora, Carolina Zaffaroni, descubrió su vocación durante un viaje a Perú con su novio Ariel, en setiembre de 2016. u201cQuedé fascinada con las artesanas, su trabajo textil y las técnicas de tejido y teñido. Descubrí trabajos hermosos y súper elaborados, llenos de color, vida e historiau201d, recordó.

Diseñadora industrial, amante del diseño y la artesanía, había probado la fotografía, la plástica y hasta la cocina, pero no conseguía darle forma a su vocación. Las artesanas peruanas la impulsaron a investigar, estudiar y seguir descubriendo culturas con sus viajes. Pero no para quedarse ella sola con los resultados, sino con la idea de acercar todos esos productos al Uruguay.

u201cLa mayoría de las veces, aún teniendo la posibilidad de viajar, hay ciertos trabajos que no se encuentran en el recorrido turístico normal ya que muchos de los artesanos viven en comunidades alejadas de las grandes ciudadesu201d, explicó Zaffaroni. Su primer objetivo fue entonces traer esas artesanías y venderlas en nuestro país.

Empezó probando con la venta a través de las redes sociales. u201cSubía algunas fotos de cositas. Después de unos seis meses, que vi que gustaban, me animé a poner la tienditau201d, dijo la dueña del pequeño local que abrió en Luis de la Torre y Scosería hace dos años.

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u201cDurante el transcurso de mi carrera siempre me volqué a trabajar con procesos artesanales o semi industriales, diseñando productos que tengan un valor agregado o distintivo particular, que los hagan únicos e irrepetiblesu201d, contó quien vivió en Rio de Janeiro durante dos años trabajando en una galería de arte.

Con esa línea de trabajo en la cabeza, los productos de su tienda no podían quedarse en meros artículos exhibidos en un escaparate esperando que alguien los quisiera comprar. Tenían que ser artesanías que contaran una historia, propia o del artesano que las creó.

u201cEn la tienda conviven cultura, artesanía, arte, diseño y creatividadu201d, dijo Zaffaroni. u201cEstas piezas son más que simples productos, son preciosos tesoros que cuentan historias y técnicas que han pasado de generación en generaciónu201d, explicó sobre las piezas únicas que ella especialmente selecciona para el local.

En las publicaciones que hace en las redes, la diseñadora muestra el detrás de escena de cada producto, las personas y los lugares vinculados a él y explica cómo se elabora. u201cMuestro mucho de los procesos, que acá no existen, como el telar de cintura o las técnicas del quemado del barro que en México son ancestralesu201d, detalló a El País.

También cuenta todo eso cuando el cliente llega a la tienda porque eso explica algunos precios. u201cEstá bueno que la gente entienda por qué esos precios, no u2018es caro y chauu2019u201d, dijo y aclaró que hay productos en todos los rangos de precios, desde $ 150 o $ 180 en adelante. u201cLa idea es tener precios accesibles ya que nos enfocamos bastante en la regalería y queremos que siempre el cliente encuentre algo para llevar aunque quiera gastar pocou201d, agregó.

La salida de los productos es bastante pareja, pero igual hay algunos que concentran más la atención que otros. Las mantas y las alfombras provenientes de Perú y la cestería, las macetas de barro y los pompones de colores que trae de México están entre lo que más se lleva. También hay venta de plantas y de piedras semipreciosas que van de los $ 80 a los $ 1.000.

La clientela, en general mujeres, entiende el tema precios perfectamente al punto que muchos ya son asiduos de la tienda y vuelven en busca de más regalos especiales que saben que son únicos. u201cPor eso siempre me refiero a Madre Elefante como una tienda de tesorosu201d, destacó su dueña.

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Carolina y Ariel han quedado tan entusiasmados con sus viajes a México que tienen en mente organizar excursiones grupales a ese país, tanto para recorrer los lugares turísticos más típicos como para visitar esos que están ocultos al turismo tradicional y que son en los que ellos han encontrado los productos que hoy se lucen en Madre Elefante.

u201cQueremos visitar distintos talleres de artesanos que ya conocemos y sabemos la experiencia que nos pueden dar. Son personas y lugares totalmente diferentes a lo que se conoce y estamos acostumbrados. Nos parece interesante compartirlou201d, apuntó Zaffaroni.

El primer viaje lo iban a realizar en octubre de este año, pero no les dio el tiempo para organizarlo y no se llegó al mínimo de interesados necesario (deberían ser al menos 10). La idea es pasarlo para los primeros meses de 2020.

Acompañada o sola, la pareja seguirá viajando en busca de más tesoros para Madre Elefante.

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