PADRES Y MADRES
Cómo mantener la calma en casa y aprovechar el verano para educar de forma positiva.
Para los más chicos, estar de vacaciones significa dos cosas: diversión potenciada y aburrimiento absoluto. Y para los padres y las madres, puede ser un laberinto de desafíos, pero también de oportunidades. La experta en Disciplina Positiva Andrea Marichal habló con El País y dejó algunos consejos para la crianza durante el verano.
Emociones.
Andrea está certificada en Disciplina Positiva por la Positive Discipline Association (PDA). “Se trata de educar sin castigar ni premiar, sin amenazas ni gritos”, explicó. A través de su emprendimiento ‘Mamaestra’ realiza talleres para padres y madres y también para docentes.
Según dijo, los principales obstáculos de las vacaciones son los cambios en la rutina y el cansancio acumulado, “no solo de los adultos, sino también de los chicos que en los últimos meses tienen pruebas que los ponen muy nerviosos”. En este sentido, señaló que “hay que surfear todas estas emociones y estar atentos a nuestras necesidades y a las de los chicos para pasar este momento de la manera más tranquila posible”.
Otro tema es lidiar con el aburrimiento. Para eso, Andrea recomienda “pensar anticipadamente”. Por ejemplo, se puede dejar una caja con papelitos que tengan ideas sobre qué hacer cuando nos aburrimos: “Si soy un niño y estoy aburrido, voy y agarro un papelito, que puede decir cosas como pintar algo o hacer un collage con objetos del jardín”.
A su vez, afirmó que está bueno darles a los niños y niñas la oportunidad de aburrirse porque “dentro del aburrimiento es donde nacen las ideas más creativas”.
De hecho, tampoco aconseja llenar la agenda estando de vacaciones: “Si los chicos están todo el día haciendo actividades, después están cansados y se desbordan”. De esta manera, entiende que los momentos de descanso son necesarios, incluso para los adultos. “Tenemos que encontrar un equilibrio entre que disfruten los chicos y escucharnos a nosotros. Los adultos necesitamos recargar pilas y relajarnos porque si estamos tensos y no disfrutamos eso le llega a nuestros hijos”, sostuvo.
Además, se refirió a la cuestión de las pantallas. “Podemos aprovechar para hacer un detox digital y apagar los dispositivos por unos días, o sino probar poniendo horarios”, aseguró. Y añadió: “Pero no solo los niños, sino también los adultos, que a veces nos cuesta hacerlo”.
Lo nuevo.
Las vacaciones son un campo fértil para sembrar experiencias diferentes. “Me gusta mucho trabajar con los papás y las mamás en pensar en clave de aventura y darles a sus hijos la oportunidad de probar cosas nuevas”, contó Andrea. A modo de ejemplo, mencionó que “no es lo mismo decir ‘vamos a caminar’ que decir ‘qué tal si esta noche salimos con linternas a caminar bajo las estrellas por la playa’”.
De esta forma, tan solo jugando con las palabras se puede “cambiar la propuesta y generar esa expectativa de aventura que a los chicos les copa”.
También es importante escuchar lo que los niños y niñas quieren hacer: “A veces tenemos un plan cerradito, pero nuestros hijos llegan con la idea de hacer una pizza, y de repente no tenés idea cómo, pero abrís Google y algo sale”.
Asimismo, trajo a colación un refrán que dice que los niños crecen más en verano que durante el año. “Es así porque pueden acercarse a nuevas experiencias, conocer gente y lugares, y desarrollar otras habilidades”, indicó.
Para Andrea, las vacaciones pueden ser “un hermoso momento de disfrute y reunión” y una oportunidad para “hacer en familia aquello que no se pudo durante el año por falta de tiempo”.
Educar diferente.
Andrea es la fundadora del Centro de Educación Positiva Uruguayo (CEPU) y dirige el emprendimiento @mamaestraok en Instagram. Las principales dudas que recibe “no son tanto sobre los niños, sino sobre cómo pueden hacer los padres y las madres para no gritarles ni castigarlos”, expuso.
En este sentido, señaló que “lo primero es empezar a trabajar en uno mismo. Estamos acostumbrados a los gritos y las amenazas porque así nos criaron y cuesta entender que para que un niño se comporte bien no es necesario que se sienta mal”. Según afirmó, es importante establecer límites claros, pero “desde la amabilidad y el respeto”.
Para que los niños estén calmados, es clave que los adultos lo estén. “Hay que bajar la pelota al piso y entender que nadie está siendo malo a propósito”, expresó. Y agregó: “Los niños no nos quieren manipular ni se portan mal con maldad, sino que a veces están muy estresados y cansados y se manejan como pueden porque están aprendiendo a autorregularse”.
A través de los talleres para madres y padres, Andrea ha visto cambios positivos en la dinámica de muchas familias: “Suelen comentarme que sus hijos se vuelven más conscientes de sus emociones y tienen herramientas para autorregularse, como contar hasta 10 al enojarse en lugar de pegar o hacer un berrinche”. Incluso los adultos se sienten mejor porque “nadie se siente bien gritando ni castigando a otro ser humano”.
En marzo del 2023 Andrea dictará una formación en Disciplina Positiva para docentes y estudiantes de carreras docentes. Además, a partir de febrero comenzará con los talleres para padres y madres: ‘Límites y berrinches’, ‘Disciplina Positiva para la familia’, ‘Hermanos’, ‘Convivencia tecnológica’ y ‘¿Cómo hablar de lo que no se habla?’. Su e-mail es mamaestraok@gmail.com.