La Nación/GDA
El presidente de Argentina, Javier Milei, retrasó su mudanza a la Quinta de Olivos porque no estaba preparado el espacio para que vivieran sus "hijos de cuatro patas". Sin embargo, días atrás mostró cómo avanza la construcción de grandes caniles para perros donde dormirán sus cuatro mastines.

Expertos en salud animal proporcionaron su mirada sobre la utilización doméstica de estos espacios para los mejores amigos del hombre.

El médico veterinario Gustavo González Marín, enfatiza la importancia de evaluar las necesidades individuales de cada perro al considerar la construcción de estos espacios cerrados. “Dependiendo de los animales que uno tenga, a veces es necesario contenerlos cuando, por algún motivo, generan ciertos riesgos para las personas o para otros perros”, explica.

Destaca que el comportamiento y la crianza de cada mascota es más determinante que su tamaño, aunque señala que razas de gran porte, especialmente aquellos que superan los 25 kilos, pueden considerarse “potencialmente peligrosas”. Una mordida de un perro de estas dimensiones puede resultar en lesiones significativas, asegura el experto.

“Cuando un perro tiene que estar en este tipo de lugares es porque no puede estar suelto, porque su dueño no tiene manejo del animal en alguna circunstancia,”, añade el médico veterinario Juan Enrique Romero.

Por su parte, Carolina Marcó del Pont, educadora canina y felina en @soylaewok, agrega que un canil en un jardín de una casa puede servir por cuestiones de seguridad, “si tiene algún problema relacionado con la separación y tiende a morder y romper cosas”. Además, existen algunos educadores que si el tutor debe dejar solo al perro en alguna circunstancia, siente ansiedad por separación y recomiendan dejarlo en este tipo de construcciones.

En esta línea, González Marín propone dos alternativas para contener a los perros de manera segura: la primera es un corral de alambrado robusto con una altura significativa, un zócalo en la parte inferior para evitar que pueda escaparse y una puerta adecuada. Además, hace hincapié en la importancia de proporcionar comodidades esenciales, como espacio suficiente, agua limpia y fresca, y un refugio contra las inclemencias del tiempo.

Foto: Javier Milei

La segunda alternativa son los caniles, espacios más reducidos con piso de mampostería. Sin embargo, el veterinario subraya que estos espacios no son ideales para mantener a los perros permanentemente. Recomienda utilizarlos como complemento a áreas verdes, creando un equilibrio entre el espacio cerrado y el al aire libre.

En cuanto a las comodidades, lo ideal sería que tuvieran una parte al sol y otra a la sombra, para poder usarlo en todas las épocas del año. “Hay muchos caniles que están construidos completamente al sol, y en verano es imposible dejar al animal con altas temperaturas , ya que los perros corren el riesgo de padecer un golpe de calor”, explica Marcó del Pont.

“Los caniles no son lugares para que estén todo el tiempo porque se estresan y pueden tener reacciones agresivas. Hay que pensar en qué tipo de perro podemos tener allí en función de sus necesidades y comportamiento, no simplemente en lo que deseamos”, aconseja el Dr. González Marín. La propuesta es crear un entorno que equilibre la seguridad con el bienestar animal, proporcionando un refugio cuando sea necesario sin comprometer la calidad de vida de las mascotas.

Otra de las utilizaciones que se le puede dar a este tipo de construcción es como apoyo a la hora de educar a un cachorro, limitar su espacio por una situación en la que no pueda estar solo o para protegerlos de peligros externos.

Los precios en los costos de estas construcciones se encuentran alrededor de los $ 9.000 el metro cuadrado, construidos con caños, chapas y madera.

Foto: Captura de pantalla

“Afortunadamente estamos avanzando en la construcción de los caniles. Ya pronto mis hijitos vendrán a vivir a la Quinta de Olivos conmigo”, posteó Milei en su cuenta de X (ex Twitter), acompañado de dos imágenes en las que se puede ver cómo se encuentra la refacción del ambiente en el que estarán sus cuatro mastines: Milton, Murray, Robert y Lucas.

Las construcciones que se diseñaron para los perros de Milei son jaulas metálicas separadas entre sí, porque, según el Presidente, sus perros no pueden estar juntos por problemas de interacción y convivencia que se desataron durante la cuarentena por coronavirus.

“Tengo un problema porque hay parte de los materiales para reforzar las paredes que son importados y estoy a la espera de que nos dejen importar los materiales. Una de las cosas que hicimos con la arquitecta es que no se conozca la empresa con la que lo vamos a hacer, así no teníamos ningún tipo de privilegio. Así que estamos en la cola como cualquier argentino de bien”, explicó Milei tiempo atrás sobre la demora en la construcción.