La Nación/GDA
La vida de cualquiera puede dar un inesperado giro con tan solo un mensaje y esa es la historia de Peter Ellenstein, quien a sus 62 años descubrió que su familia ya no eran solo sus hermanos y amigos, sino que en las calles podía encontrarse con personas con las que comparte su genética. Hasta el momento, supo que tiene 37 hijos y no descarta que el número se extienda.
Los días de Peter Ellenstein eran muy tranquilos, acostumbrado a compartir su tiempo con su novia, sus hermanas y amigos, en su California natal. Pero un día, desde Facebook le llegó una notificación que indicaba que tenía un mensaje nuevo. El remitente era una joven llamada Rachel White y cuando leyó el contenido no pudo evitar la sorpresa. “Desde el momento en que lo leí, cambió mi vida para siempre”, indicó en diálogo con The Sun.
“Decía que me estaba enviando mensajes en circunstancias extrañas, pero que creía que yo podía ser su padre biológico”, recuerda el hombre sobre el texto que en 2017 lo dejó en shock. Pero a pesar de la sorpresa, Peter recuerda que fue cauteloso ante la información, siendo que analizó el mensaje con su pareja y hermanos. Todos se preguntaban si podía ser una estafa, pero fue en ese momento que el hombre recordó el negocio que tiempo atrás protagonizó.
Corrían los años 80 y 90, y en medio de una búsqueda para tener ingresos económicos para solventar su propia academia de teatro, cuando decidió ser donante de esperma a cambio de la retribución económica. “En ese momento, la clínica me dijo que las donaciones eran anónimas, aunque acepté que cualquier descendiente podría localizarme en caso de una emergencia médica, si necesitaban mi médula ósea para un trasplante, por ejemplo”, señaló, aunque aseguró que nunca imaginó que podía suceder ese tipo de contacto.
Pero sucedió. Y aquel mensaje de Rachel fue el que abrió la puerta a una realidad que el hombre no había imaginado. Conoció personalmente a su hija biológica, y el llanto no faltó en aquel inesperado encuentro, como las ganas de ambos de conocer si había otras personas que buscaban a ese padre que podría ser Peter. Pronto, la joven ya tenía una lista de otros once chicos con quienes compartía progenitor.
Esa lista, para este 2024, se extendió a 37 personas gracias a que buscaron información en un sitio de genealogía. Peter ahora sabe que tiene más de tres docenas de hijos, y mantiene contacto con la mayoría de ellos. Regularmente, organizan reuniones y la mayoría de los jóvenes deciden asistir, y disfrutan de un grato momento. También, el hombre fue incluido en momentos importantes de sus descendientes, como bodas o cumpleaños.
Por supuesto que en esta nueva realidad de los involucrados cada uno elige si quiere tener una relación cercana o no; por el momento el hombre conocía a 34 de los 37 hijos que tiene, siendo en el 2023 que conoció a la última de sus hijas identificada. Para la mayoría de este nuevo grupo “familiar” el humor es fundamental para sobrellevar la situación.
Por el momento, no descartan que haya más personas en el mundo que compartan su información genética, y Peter no está cerrado a conocerlos.