Un imperio vegano, un amor que terminó pésimo y una estafa millonaria: la historia de Sarma Melngailis

No toda historia de amor termina con “y comieron perdices”. Reconocida como una de las peores estafas de la industria gastronómica, lo que arrancó con una relación terminó con una condena y la cárcel.

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La Nación/GDA
Si recuerdan el inicio de la serie Vis a Vis, la protagonista —Macarena Ferreiro, interpretada por Maggie Civantos— debe cumplir 7 años de prisión después de que su pareja la engañara y utilizara para orquestar una gran estafa en bienes raíces y blanqueo de capitales. Aunque aquella era una historia de ficción, podríamos decir que lo que le sucedió a Sarma Melngailis no está tan alejado de lo que la icónica serie española narró.

Protagonista de una de las estafas más mediáticas del mundo foodie, los elementos que componen esta historia son Nueva York, la comida vegana y una historia de amor que terminó pésimo.

Quién es Sarma Melngailis y por qué se hizo conocida

Originaria de Massachusetts e hija de una chef profesional, Sarma Melngailis mostró interés por el mundo gastronómico desde muy pequeña. A pesar de haberse graduado de la carrera de Económicas y que este haya sido el principal motivo por el cual decidió migrar a Nueva York (ya que trabajó en diferentes empresas de inversiones); su pasión terminó por alcanzarla y fue a finales de los 90 que decidió dejarlo todo para estudiar gastronomía.

Graduándose de la French Culinary Institute de Nueva York, Sarma abrió Commissary (que estuvo abierto desde el 2001 hasta el 2003) y luego se convirtió en consultora de la cadena de restaurantes China Grill Management. Sin embargo, el verdadero éxito llegaría con la apertura de Pure Food and Wine (el cual abrió con su pareja de ese momento, Matthew Kenney, y un tercer socio, Jeffrey Chodorow), el primer restaurante de raw food (comida cruda) de toda la ciudad y que rápidamente aparecería entre las mejores propuestas gastro. Su éxito fue tan demoledor que apareció varias veces en el Top 100 Restaurants de New York magazine, en The Platt 101 y, por cinco años consecutivos, fue destacado en Forbes en All Star New York Eateries.

Esos mismo tres socios —Melngailis, Kenney y Chodorow— abrieron en 2007 One Lucky Duck Juice and Takeaway, un retail takeaway asociada a su restaurante, en donde los fanáticos de Pure Food and Wine podían comprar desde snacks del restaurante hasta ingredientes, suplementos, productos de skincare, libros y merch.

Su imperio vegano y atroz caída

Los problemas empezaron en 2009 cuando Melngailis sostuvo que su socio, Kenney, no estaba cuidando los aspectos financieros del negocio y esto estaba afectando gravemente a Pure Food and Wine. Frente a esto es que Chodorow —confiando en la educación financiera y experiencia en inversiones de Melngailis— decide expulsar al tercer socio y prestarle a Melngailis US$ 2,1 millones para comprar el negocio.

Seis años después de este evento, el staff de Pure Food and Wine decidió dejar sus puestos de trabajo a modo de protesta ya que Melngailis no les había pagado su sueldo; siendo la segunda vez que esto sucedía. Dando diferentes excusas (entre las cuales, estaba que había sido un error del banco que no había procesado las transferencias), fue durante una entrevista que la chef justificó este incidente sosteniendo que el restaurante tenía márgenes de ganancia muy pequeños debido a los costosos ingredientes que se utilizaban para preparar los platos. Cerrando y abriendo un par de meses más tarde el nuevo equipo de trabajo decidió tomar la misma medida dado que tampoco estaba recibiendo el pago de su salario. Fue a partir de ese momento que los restaurantes cerraron y no volvieron a abrir.

Sarma Melngailis fue el centro de una de las estafas foodies más mediáticas del mundo
Sarma Melngailis fue el centro de una de las estafas foodies más mediáticas del mundo.
Foto: La Nación/GDA.

La condena, su declaración y el corazón roto

Escapando de la Justicia, Melngailis y su por entonces marido, Anthony Strangis (a quien había conocido en 2011 vía Twitter y se casaron al siguiente año), fueron arrestados después de que él pidiera una pizza a la icónica cadena de comida, Domino’s Pizza. Mientras que Strangis era acusado de hurto mayor, fraude y violación de las leyes laborales, Melngailis también sería juzgada por hurto mayor y violación de las leyes laborales, así como fraude fiscal criminal.

Como parte de su defensa, Melngailis contaría que Strangis empezó a amenazarla con que perdería todo y chantajearla para que le transfiera el dinero generado en el restaurante. Esta fue la razón que la chef dio al intentar explicar por qué todos los ingresos del exitoso negocio iban de manera directa a la cuenta de Strangis. De acuerdo a la declaración de Melngailis: “Transfirió más de US$ 1.6 millones de sus cuentas comerciales a su cuenta bancaria personal, y Strangis gastó US$ 1.2 millones de este dinero en casinos de Connecticut”.

“[Strangis me prometió que] Tendría acceso a recursos ilimitados para poder hacer crecer mi marca en todo el mundo, hacer el documental que siempre quise hacer, el que finalmente cambiaría las costumbres de las personas y ayudaría a erradicar la ganadería industrial (...) podría hacer todas las cosas que cambiarían el mundo con las que había estado soñando en silencio. Podría ayudar a quien quisiera y permanecer joven para siempre haciéndolo”, declaró Sarma Melngailis.

Solicitando el divorcio en 2016, Melngailis aceptó su culpabilidad como forma de evitar una condena de tres años y recibió una sentencia dividida: pasaría cuatro meses en prisión y cinco años de libertad condicional por hurto mayor, fraude fiscal criminal y un plan para defraudar. Por su parte Strangis, quien también se declaró culpable, fue sentenciado a un año de prisión, cinco años de libertad condicional y el pago de US$840,000 en restitución a los inversores estafados.

Hoy, a casi 10 años de los eventos, Sarma es súper activa en redes sociales en donde cuenta su versión de los hechos y, de acuerdo a sus palabras, busca corregir el manejo malicioso que se hizo sobre su historia.

Como la mayoría de las estafas importantes, la historia de Sarma Melngailis también fue llevada a un documental. Producido y disponible en Netflix, Bad Vegan: Fame. Fraud. Fugitives cuenta el caso a través de material de archivo y nuevas entrevistas a los principales afectados.

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