Cuatro de cada 10 adolescentes en Montevideo ha realizado apuestas en línea, según una encuesta de Fundación Manantiales a través de su programa Casa del Este. Este estudio, que incluyó a 925 estudiantes de liceos y colegios de la capital, revela que las apuestas online han crecido de “forma alarmante”, según su director, Adrián Dall’Asta. De hecho, un 27% de los encuestados reconoce apostar todos los días -especialmente aquellos de 17 años-, y un 42% lo hace sin el consentimiento de sus padres.

El informe también destaca que casi la mitad de los adolescentes (47%) utiliza su propia tarjeta de crédito o débito para financiar sus apuestas, mientras que otro 37% accede a dinero a través de familiares o amigos.

“El primer llamado de atención fue lo que observamos en Fundación Manantiales: un crecimiento muy importante en las consultas por tecnoadicciones. Pasamos de un 12% en 2019 a un 21% en 2024”, explicó Dall’Asta. A su juicio, esto evidencia el impacto de la pandemia, la agresiva publicidad digital de las casas de apuestas, la facilidad de acceso y la falta de control parental.

El estudio también muestra que la frecuencia de las apuestas aumenta con la edad, lo que sugiere que, si no se toman medidas preventivas, el problema seguirá creciendo. “Si no actuamos a tiempo, estos datos que hoy nos llaman la atención probablemente se multipliquen en el corto plazo”, advirtió Dall’Asta en diálogo con El País.

Foto: Estefanía Leal

Ante este panorama, el rol de las familias y de las instituciones educativas y deportivas es clave para concientizar y prevenir que más adolescentes caigan en la ludopatía digital, una adicción en aumento que conlleva serias consecuencias.

A diferencia de otras adicciones, este trastorno no presenta manifestaciones físicas evidentes, lo que dificulta su detección. Sin embargo, genera un profundo sufrimiento tanto en quienes lo padecen como en sus familias y puede exponer a los jóvenes a situaciones peligrosas.

El endeudamiento es un riesgo significativo. Dall’Asta mencionó el caso de un paciente en Argentina que acumuló una deuda de US$ 400.000 debido a las apuestas. “Siempre aparece el prestamista, el ‘amigo’ que se aprovecha de estos chicos confundidos y perdidos, que no saben cómo reaccionar porque siguen siendo adolescentes. Ahí entramos en una zona delictiva altamente peligrosa”, alertó el orientador familiar.

En muchos casos, estos problemas se silencian en el ámbito familiar, lo que deja a los afectados aún más vulnerables.

Frente a este escenario, el director del programa Casa del Este insiste en la necesidad de generar conciencia y diseñar estrategias para abordar esta adicción, que se ha convertido en un problema de salud pública.

Foto: Estefanía Leal

Además de las apuestas online, el estudio advierte que el 79% de los adolescentes juega videojuegos en línea. Más de una cuarta parte (27%) lo hace por más de tres horas al día, especialmente los varones, un dato preocupante por su impacto en la salud y el rendimiento académico.

En cuanto a la seguridad en línea, el 20% de los adolescentes ha sido víctima de ciberbullying, y otro 20% ha compartido información personal con desconocidos. Solo uno de cada cuatro se siente seguro en internet, y un 14% nunca ha recibido educación sobre seguridad digital.

Respecto al uso del celular en el aula, el 65% de los adolescentes lo utiliza en clase para fines no académicos, con efectos negativos evidentes: el 41% considera que afecta su concentración y el 47% cree que influye en su rendimiento académico.

Por otra parte, el 44% de los adolescentes sufre problemas de sueño debido al uso excesivo de tecnología, una tendencia más pronunciada en las chicas (56%). El 41% duerme menos de lo recomendado y más de la mitad (52%) reconoce que necesita reducir su tiempo en línea, pero no logra hacerlo.

Para Fundación Manantiales estos hallazgos refuerzan la necesidad urgente de regulaciones más estrictas sobre el acceso de menores a las apuestas online, mayor educación digital y estrategias de prevención que involucren a familias, docentes y otros referentes adultos.

“Esta encuesta fue una primera experiencia; de ninguna manera pensamos detenernos aquí. Queremos realizar un estudio a nivel nacional, porque esta es una muestra significativa que permite visibilizar el problema y abrir el debate antes de que sea demasiado tarde”, concluyó Dall’Asta.