TECNOLOGÍA
El rastreo móvil en el que trabajan los dos gigantes tecnológicos fue comentado por el presidente Luis Lacalle Pou. Uruguay fue elegido a causa de la aplicación CoronavirusUY, desarrollada localmente.
Apple y Google, dos gigantes tradicionalmente enfrentados, concretaron una inusual asociación para lanzar una herramienta de rastreo que ayudará a determinar si una persona ha entrado en contacto con un enfermo por coronavirus. Esta colaboración permitirá que cualquier smartphone en el mundo pueda usarse para rastrear la cercanía entre infectados y sanos. Y por “cualquier smartphone” se habla de unos 2.500 millones de dispositivos Android y unos 1.400 millones de iPhone, según cifras del año pasado.
El proyecto fue comentado por el presidente Luis Lacalle Pou el miércoles durante una conferencia de prensa. Destacó el hecho que Uruguay, entre otros países, haya sido elegido por los gigantes para participar por la aplicación CoronavirusUY, desarrollada localmente.
El presidente uruguayo aclaró que, según la información recibida hasta ahora, la herramienta no apunta a conocer datos personales de la persona. “No es con nombre, apellido y la persona individualizada”, para luego aclarar que “restan detalles” para confirmar la participación uruguaya en el proyecto. Apple y Google dijeron que el servicio no utilizará datos de ubicación (mediante GPS), sino que se basará en Bluetooth.
En una nota publicada el lunes 20 de abrilen El País, se daban detalles de cómo funcionará el rastreo móvil. Este tipo de tecnología ha demostrado ser efectiva en algunas partes del mundo, ayudando a las autoridades a comprender dónde están los puntos críticos de infecciones.
Pero expertos en ciberseguridad han expresado preocupación porque la privacidad quedaría en un segundo plano. Hugo Köncke, experto en seguridad informática en Security Advisor, es cauteloso. Por un lado, aseguró que el desarrollo planteado por Apple y Google, siempre y cuando se haga “de acuerdo a lo declarado”, no genera ningún recelo en materia de privacidad, puesto que se ha hablado de un sistema que “no enviará ningún tipo de información que permita identificar a las personas”. Pero tampoco es optimista. A la pregunta de si podemos confiar en la tecnología elegida, afirmó: “Es una pena, pero no. Si bien la aplicación en sí misma seguramente sea inocua, no lo es la tecnología en la que se apoya”.
La herramienta instalada en los teléfonos transmitirá un identificador único y anónimo (no permite identificar ni al teléfono ni al dueño) a los dispositivos cercanos cada 15 minutos para evitar el seguimiento. Si se encuentra una coincidencia en función del tiempo transcurrido y la distancia entre dos equipos, se le informará al usuario que puede haber estado expuesto a un infectado, cuya identidad no se comparte, pero que antes debe haber ingresado en algún portal institucional de salud de su país que haga uso de la app.
La persona contagiada con COVID-19 dará su consentimiento para que desde su teléfono se carguen al portal de salud todos los identificadores generados en los últimos 14 días, los que, en realidad, serán enviados primero a un sitio central desde el que se gestionará la aplicación.
¿Se puede confiar en la propuesta de Google y Apple? Köncke ya lo había adelantado: “Es una pena, pero no”. No por sus intenciones, sino porque la tecnología Bluetooth ha demostrado que no es infalible. Se han encontrado vulnerabilidades en diferentes implementaciones de Bluetooth, algunas a muy bajo nivel, presentes en los chips de los dispositivos que usan la tecnología.