La Nación/GDA
En la alta sociedad, dónde el lujo es estándar y la extravagancia es lo esperado, hay un nuevo símbolo de estatus en el mundo de los ricos: los yates subacúaticos. Si bien hay varias compañías que comienzan a innovar en esa área, hay una que destaca sobre las demás: Migaloo, una empresa austríaca que se especializa en la creación de yates sumergibles.
En su página web ofrecen diferentes diseños: un yate submarino totalmente sumergible, otro que permite viajar sobre la superficie al igual que debajo del agua y una isla flotante que contiene spa y salón de belleza.
Su fundador y CEO es Christian Gumpold, quien explicó que la compañía nació como una respuesta a la creciente demanda de innovación y exclusividad en el mercado de los megayates.
“Nos damos cuenta de las tendencias y, en nuestra opinión, los superyates sumergibles abordan de manera efectiva las necesidades crecientes y nuevas de los propietarios y por eso son el futuro de la navegación”, manifestó Gumpold en un diálogo con el medio británico The Sun.
En este sentido, claro está que el producto estrella de la empresa es el Migaloo M5, un híbrido entre un yate gigante deluxe y un submarino, que cuenta con suites VIP, gimnasios de última generación y spas completos, entre otros detalles.
Puede aguantar cuatro semanas abajo del agua
El diseño de la embarcación presenta un exterior blanco con acentos negros, quizá reminiscentes de la ballena jorobada de la cual la firma obtiene el nombre. Tiene una extensión de 165,8 de eslora, 23 de manga y una capacidad de hasta 40 pasajeros, incluyendo a la tripulación y el personal.
El corazón de su funcionamiento está equipado con un sistema diésel eléctrico avanzado con AIP (Air Independent Propulsion), que le permiten una velocidad máxima de 20 nudos en superficie (equivalente a 37 km/h) y 12 nudos en inmersión (12 km/h): prestaciones poco habituales en una nave de tal tamaño.
Además -este es uno de los puntos que destacan sus creadores- tiene una capacidad de inmersión de hasta 250 metros y puede mantenerla durante cuatro semanas.
Amenities a otro nivel: nuevo concepto de opulencia
Puertas adentro, las representaciones del M5 muestran una explosión de dorado con un estilo barroco aggiornado, cargado de adornos, barandillas, obras de arte, taburetes y espejos; aunque también con televisión, internet vía satélite y muros táctiles interactivos.
Cuenta con suites VIP, una sala de cine, un gimnasio de última generación y un spa con múltiples jacuzzis. También está equipado con equipos de buceo, jet skis, kayaks y minisubmarinos, y, por otro lado, una pista de aterrizaje para helicópteros.
Aunque su futuro ya es un hecho -Migaloo está aceptando pedidos para la embarcación-, el M5 todavía no es una realidad tangible.
En cuanto a su valor de venta, Gumpold explica que va a depender de la personalización de cada cliente. “No hay una suma específica del proyecto, ya que cada diseño se desarrolla en estrecha colaboración con los clientes y sus deseos únicos e individuales. En general, los superyates de más de 150 metros tienen un volumen de proyecto de varios cientos de millones de euros. El M5 cae en esta categoría”, dijo en un diálogo con Architectural Digest.
Desde el sector estiman que el valor de base de la nave sería de 2.000 millones de euros.