“Cualquier persona está en riesgo de tener un trastorno alimenticio por ansiedad”

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SALUD

Los casos de depresión y ansiedad en el mundo aumentaron un 25% en 2020 debido a la pandemia; el aumento de consultas detectó que estos trastornos pueden afectar la alimentación

Bulimia

Esta enfermedad relacionada al trastorno alimenticio es también asociada con la ansiedad. A diferencia de la anorexia nerviosa, las personas con bulimia pueden mantener su peso saludable o incluso algunos pueden tener sobrepeso. A diferencia de las demás se caracteriza por episodios recurrentes, en los que se consumen cantidades inusualmente grandes de comida y hay una pérdida de control respecto a los episodios de atracones.

Después de que la persona come en una manera descomunal, fuerza vómitos, usa laxantes o diuréticos, hace ayunos, ejercicio excesivo o una combinación de estos. Las consecuencias de este comportamiento, van de dolores, inflamación en la garganta, caries en los dientes, accidentes cerebrovasculares hasta un ataque al corazón. 

Atracones

Se parece mucho a la bulimia debido a la pérdida de control sobre lo que come, y tiene episodios recurrentes de ingerir cantidades inusuales de alimentos. La diferencia radica en que estos atracones no siguen con purgas o vómitos, las personas que lo sufren tienen exceso de peso.

Lo que caracteriza a esta enfermedad es el consumo inusualmente grande de alimentos en un período corto de tiempo. En un par de horas la persona puede comer muchísimo, rápidamente, incluso cuando se está no tiene hambre.

Restricción de la ingesta de alimentos

Otro trastorno que aparece como respuesta a la ansiedad en relación a los alimentos, es la restricción de la ingesta, más conocido como trastorno de alimentación selectiva. Las personas con este tipo de enfermedad no tienen alterada la imagen corporal y limitan la cantidad que ingieren. Entre las consecuencias se encuentran: pérdida del interés por la comida, malestar estomacal, dolor abdominal, entre otros,

Para superar la ansiedad por la comida, es necesario una combinación de intervenciones, tales como en áreas de psicoterapia, psiquiatría, buscar distracciones nuevas y mantener la mente ocupada.

Una vez que nos demos cuenta de que nos encontramos en esta situación, hay que tomar conciencia del problema, escuchar a nuestro cuerpo (y ver si realmente tenemos hambre), pero sobre todo, consultar con el especialista, acotó Mitastein.

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