Secundaria definió que no se repite en diciembre y las faltas no cuentan; expertos tienen opiniones divididas

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Hace años: investigador dice que los problemas con Secundaria datan de la concepción de 1941 que no daba prioridad a lo laboral. Foto: archivo El País.

REFORMA EDUCATIVA

El Consejero Julián Mazzoni dijo que es una “falta de respeto” hacia los docentes y “desestabiliza la planificación”

En los últimos días, la Dirección General de Secundaria resolvió flexibilizar el régimen de aprobación de cursos para 2022 y mantener la modalidad que se utilizó en 2021, año de plena pandemia de covid-19. El estudiante no repetirá en diciembre, aunque tenga más de cinco asignaturas insuficientes y las inasistencias no afectarán la promoción del curso en ningún caso.

El razonamiento de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) se basa en darle un mayor plazo para que los alumnos aprueben las asignaturas y que, además, tengan un mayor acompañamiento de profesores.

Las actividades finales de cierre de curso van desde el 21 de noviembre al 3 de diciembre en Bachillerato y del 28 de noviembre al 10 de diciembre en Ciclo Básico. En esos períodos los alumnos son evaluados por su profesor del curso a partir de distintas pruebas. Quienes no aprueben la asignatura recibirán una semana más de clase y luego tendrán lo que se llama actividad final de curso. En esta instancia deben reformular lo que no estuvo acertado en sus primeras pruebas.

“Lo bueno es que los grupos van a ser más reducidos porque solo van los que no salvaron en la primera instancia”, señaló a El País la directora general de Secundaria, Jenifer Cherro. La atención será más individualizada.

Luego se da la primera reunión de profesores, a partir de la cual algunos estudiantes promoverán de manera total porque no tienen asignaturas insuficientes, otros pasarán al siguiente año de forma parcial -dado que tienen hasta cuatro materias bajas- y los que lleguen con más de cinco asignaturas insuficientes no tendrán el fallo de repetición en ese momento, sino que lo tendrán en febrero si mantienen el número de materias no aprobadas.

“La repetición no se elimina”, enfatizó Cherro y explicó que la primera semana de febrero se llevarán a cabo las tutorías por parte de los propios docentes y las demás figuras pedagógicas con las que cuenten los liceos. Luego de eso habrá una segunda instancia de exámenes y una reunión final de profesores, secretarios y directores de las instituciones para decidir la promoción o repetición de los estudiantes con asignaturas insuficientes.

“Se atiende el proceso de vinculación-desvinculación porque obviamente no es lógico pensar que los aprendizajes que se dieron en los años lectivos de 2020 y 2021 fueron iguales a los que se produjeron en años prepandemia. Secundaria busca acompañar a los estudiantes con diversas medidas”, sostuvo la jerarca de Educación.

Cherro también puntualizó que esta decisión se tomó porque al inicio del año aún había pandemia y se llegó a una presencialidad total recién en abril, además de que se perdieron muchos días de clase por paros y ocupaciones.

Reacciones

Julián Mazzoni, consejero electo por los profesores para el Consejo Directivo Central (Codicen) expresó, luego de que se conociera la resolución, que es una “falta de respeto” para los docentes. La Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes) también rechazó completamente la decisión. “El cambio radical de las reglas de evaluación a un mes de finalizar las clases desestabiliza la planificación docente. Aplicar un criterio de pandemia en tiempos de normalidad perjudica directamente al estudiante en desmedro de sus aprendizajes”, señaló Mazzoni.

Por otro lado, Juan Pedro Mir -maestro y docente de pedagogía- opinó que bajar los niveles de exigencia (sobre todo por la no incidencia de las inasistencias) no es un “buen mensaje” para los alumnos.

Si bien reparó en que Secundaria no es un subsistema que domine, sostuvo que los exámenes son formas válidas de acreditación del conocimiento y el sistema no debe cuidarlos de ese “riesgo”, sino que les debe enseñar a enfrentarlo. “El examen no puede ser una mala palabra”, apuntó.

También fue en la línea de Mazzoni y determinó que la decisión “apresurada” de Secundaria deslegitima lo que ya había dicho el docente. “Se generará ruido en la población estudiantil y un profundo malestar en los profesores, por eso escuchar la voz de los docentes es algo fundamental para el sistema”, destacó Mir.

Renato Opertti, integrante de Eduy21 y magíster en Investigación Educativa y Experto Senior de la Oficina Internacional de Educación (Unesco-OIE), dijo que el sistema educativo actual está “obsoleto en su manera de evaluar”.

“Los buenos sistemas educativos en el mundo son aquellos que le dan a los alumnos todo tipo de oportunidad para lograr sus aprendizajes y que no son sistemas rígidos ni burocráticos”, afirmó el experto.

Rocío Schiappapietra, también integrante de Eduy21 y directiva de la Asociación Uruguaya de Psicopedagogía, opinó que el diferencial no estaría en dar más oportunidades de exámenes, sino en mirar la evaluación como una instancia más del proceso de aprendizaje y no como un “apruebo” o “desapruebo”. “La evaluación es necesaria, es el termómetro. El sentido está en saber para qué estamos evaluando”, concluyó.

Notas del 1 al 10 fue para evitar quejas de familias

El Consejo Directivo Central de ANEP compartió, el pasado martes de noche, un documento con la propuesta preliminar del Reglamento de Evaluación de Estudiantes del plan de Educación Básica Integrada (Inicial hasta 9° de Secundaria), que incluye algunas modificaciones a lo propuesto por el departamento de Planificación Educativa, encargado de la Transformación Educativa.

Este documento fue remitido a consideración de las Asambleas Técnico Docentes (ATD) y de las inspecciones de los diferentes subsistemas educativos.

El mayor cambio fue la incorporación de calificaciones del uno al 10 en Educación Primaria y el cambio en Secundaria (que antes era de uno al 12).

La evaluación que habían panificado los encargados de Primaria iba rumbo a un boletín con un juicio de valor de los docentes para cada una de las 10 competencias establecidas por la ANEP. Se buscaba pasar de una nota a un concepto.

Según supo El País, la decisión del presidente de la ANEP, Robert Silva, junto con los consejeros Juan Gabito y Dora Araceli, buscó evitar un cambio brusco en la forma tradicional de evaluar en Primaria para que así no surgieran críticas por parte de las familias.

Un dirigente de Primaria explicó a El País que los padres siempre quieren ver el “sote” en el boletín de sus hijos o ayudarlos para que apunten a eso y lo mismo con el tema de los abanderados. Señaló que es muy difícil cortar con las tradiciones del sistema educativo.

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