Operación Océano: fiscal interrogó a segunda víctima de explotación sexual

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Fiscal Viera: “Quién puede creer en este país que el único caso de explotación sexual sea este; estoy segura que hay muchos más”. Foto: Francisco Flores

NUEVOS CASOS

Una segunda audiencia masiva se realizará el próximo 8 de octubre. Uno de los temas que se discutirá allí es quién entrevistará a la primera víctima.

Este contenido es exclusivo para nuestros suscriptores.El 13 de mayo pasado, la Justicia procesó a cinco adultos -entre ellos un empresario, un diputado suplente, un exjuez penal, un profesor universitario de Derecho, un productor de eventos y un arquitecto- por explotar sexualmente a una menor de 17 años.

Se les tipificó un delito de retribución o promesa de retribución a un menor de edad a cambio de actos eróticos.

La investigación de la fiscal de Delitos Sexuales, Darviña Viera, y de las fiscales adscriptas, Giuliana Realini y Fulvia Favretto, derivó hasta el momento en la imputación de 31 indagados. El perfil de los procesados es similar: personas de clase media o media alta.

La indagatoria fiscal también identificó 18 víctimas.

La novedad ahora es que la Fiscalía de Delitos Sexuales interrogó el jueves 3, en el marco de la “Operación Océano” a una segunda víctima. Es decir, esta indagatoria se efectuó en el marco del proceso penal, ya que amabas damnificadas ya testificaron en la Fiscalía.

La Justicia dispuso la reserva por 40 días del contenido de la indagatoria para los abogados de todos los indagados. El objetivo de esa medida es asegurar la eficacia de la investigación.

En su declaración en la Fiscalía, la víctima mencionó a nuevos indagados y nuevas damnificadas por casos de explotación sexual, las que aún no fueron ubicadas por la Dirección de Lucha contra el Crimen Organizado e Interpol.

Audiencia clave.

El 14 de agosto pasado, se realizó una audiencia inédita en la historia de la Justicia uruguaya.

Más de 30 profesionales de los principales estudios jurídicos del país, 21 imputados -luego habría más con el correr de las semanas-, la jueza y su asistente, tres fiscales, tres defensores de las víctimas y una profesional del INAU ocuparon una sala del Palacio de Tribunales. Ese recinto del Poder Judicial puede albergar hasta 150 personas.

Uno de los temas de la audiencia fue el levantamiento de la reserva de la carpeta investigativa de la primera indagatoria para los asesores legales.

En la sesión, la Fiscalía solicitó, además, la aplicación de medidas de protección para las 18 víctimas y la ampliación de las medidas cautelares para los imputados por 180 días.

La abogada Cecilia Salom, defensora del exdiputado colorado y docente liceal, planteó que la fiscal Viera debía apartarse del caso y la acusó de divulgar los chats que mantuvieron imputados con la primera víctima, entonces menor de edad. El escrito de Salom se encuentra a estudio de la Fiscalía General de la Nación.

Una segunda audiencia masiva se realizará el próximo 8 de octubre. Uno de los temas que se discutirá allí es quién entrevistará a la primera víctima. Aunque hoy es mayor de edad, los abogados de los imputados no podrán hacerlo.

Quien la indague es motivo de discusión entre la Fiscalía y los defensores. Una posibilidad es que la entrevisten especialistas del Instituto Técnico Forense (ITF), un organismo del Poder Judicial.

Fiscalía General de la Nación. Foto: Marcelo Bonjour
Fiscalía General de la Nación. Foto: Marcelo Bonjour

Listados de preguntas.

Cada abogado pretende elaborar preguntas para ese tercero designado que interrogaría a la primera víctima.

En este momento, hay por lo menos 40 abogados designados para defender a los procesados. Los defensores deberán elaborar listados de preguntas que luego serán depuradas. Es obvio que muchas interrogantes van a coincidir.

“La declaración de esa adolescente va a demorar horas. Ella es hoy la clave de la investigación. Su testimonio derivó en las 31 imputaciones de los adultos”, dijo una fuente del caso a El País.

Esa primera víctima integraba un grupo de unas cinco o seis adolescentes. Entre ellas se encontraba María (nombre ficticio), una adolescente de 17 años cuyo cuerpo apareció flotando en marzo pasado en aguas del arroyo Solís Chico.

El expediente de la muerte salió de la Fiscalía de Atlántida y hoy es investigado por la fiscal Viera y su equipo.

Es posible que en breve haya una nueva tanda de detenidos por las declaraciones de la segunda menor. A pedido de la Justicia, la Fiscalía deberá determinar si los nombres dados por la adolescente coinciden o no con los ya imputados.

Forense dictaminó que adolescente muerta no tenía signos de violencia

A las 20:00 horas del 16 de marzo de este año, fue la última vez que los familiares y amigos de María (nombre ficticio) supieron de ella. La adolescente dejó sus objetos personales en su casa. Desde ese día la chica no prendió su celular. El cuerpo de María fue encontrado días más tarde en aguas del arroyo Solís Chico.

Una médica forense testificó en la Fiscalía que la permanencia en el agua impedía que se pudiera reconocer a la adolescente a simple vista. Y agregó que se identificó a la persona fallecida por un tatuaje que tenía a nivel de uno de sus pies.

La profesional estimó que, por los signos del cuerpo, éste estuvo dentro del agua entre tres y cinco días. Sostuvo que se inclinaba más porque fueron cinco días por el estado del mismo.

Agregó que el cuerpo carecía de lesiones generadas por las rocas o el fondo del río.

Según la forense, la adolescente no falleció por ahogamiento y explicó que la causa de la muerte fue una falla cardíaca por ingerir agua dulce en un intento por respirar. El agua dulce, cuando ingresa en el cuerpo, provoca arritmia. Es decir, una persona fallece antes por un problema cardíaco que por ahogamiento, explicó la forense al equipo de la Fiscalía de Delitos Sexuales.

Advirtió que las condiciones encontradas en el corazón de la víctima no permitían un examen como sí ocurre con el fallecimiento de una persona por otras razones.

Y aseguró que la adolescente estaba viva cuando flotaba en aguas del Río de la Plata, a la altura de la rambla Helénica (al final de la calle Wilson Ferreira Aldunate).

Advirtió que no había comprimidos en el estómago y el cuerpo no tenía signos de violencia, ni siquiera autoinfligidos.

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