“Horas decisivas” para el puente de La Barra: “Es un enfermo grave”, dicen desde la intendencia

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Máquina trabajando en el puente de La Barra. Foto: Ricardo Figueredo.
ricardo figueredo

MALDONADO

La comuna fernandina maneja opciones ante el eventual colapso, con foco en lograr una solución para la temporada.

En la Intendencia de Maldonado se valen de una metáfora para definir la situación actual del puente de La Barra: es un “enfermo grave” y, por lo tanto, estas son “horas decisivas” para saber si se salva o no.

A casi 23 años de la inauguración del hermano gemelo del primer puente ondulante, que data de 1965, el riesgo de que colapse es “latente y real”. No obstante, este es un escenario que la comuna busca evitar a toda costa y está trabajando en consecuencia. Así lo expresó un jerarca de la intendencia fernandina involucrado en el trabajo de campo, que pidió no ser identificado, en diálogo con El País.

En la tarde de ayer, el intendente de Maldonado, Enrique Antía, encabezó una reunión con técnicos de las direcciones municipales de Obras y Gestión Ambiental, que están en contacto con el gobierno nacional. Allí analizaron los últimos relevamientos del estudio de ingenieros Castro y Dieste.

Como si se tratara de un “enfermo grave”, sobre el mediodía de hoy se prevé que la comuna actualice el cuadro clínico del puente de La Barra. En el mejor de los casos, si la estructura no está del todo comprometida, se podrá implementar a fondo el llamado “plan B” de salvataje.

Esto supone que para diciembre, cuando comience la temporada turística y por lo tanto se incremente de forma significativa el tránsito en esta zona de Maldonado, se haya “apuntalado” el puente y pueda resistir a la demanda.

La estructura comprometida es la “número dos”, que se dirige desde La Barra hacia Punta del Este. El 22 de setiembre se constató que una de las curvas del puente había descendido, y estaba cada vez más cerca de las aguas del arroyo Maldonado. También se encontraron cables de tensado “fuera de servicio” y sin suficiente tirantez.

Si bien se suspendió el pasaje de vehículos y se redirigió el tránsito, con el paso de los días, a partir de análisis técnicos, el diagnóstico se fue agravando. Este lunes, la Armada Nacional prohibió “hasta nuevo aviso” la navegación y el desarrollo de actividades náuticas en el arroyo, en el perímetro del puente.

Ahora, en el mejor de los casos, se habilitará el pasaje de autos en verano y luego -en temporada baja- comenzarán las obras para remodelarlo, según indicaron fuentes municipales a El País.

Camión arroja piedras en las inmediaciones del puente La Barra. Foto: Ricardo Figueredo.
Camión arroja piedras en las inmediaciones del puente La Barra. Foto: Ricardo Figueredo.

Opciones

El llamado “plan B” se empezó a ejecutar ayer y responde a que la situación es más delicada de lo que la intendencia anticipaba.

Se limitó al máximo la intervención de mano de obra humana. Además, se está actuando directamente en las cabeceras del puente, sin tocar la superficie y evitando el trabajo debajo de la estructura.

La primera fase durará un mes y medio, y consistirá en la instalación de cuatro ataguías. Estas son herramientas temporales de uso frecuente en obras de infraestructura, que se utilizan para encauzar y desviar flujos de agua.

Tras la construcción de estos diques, para la que se requerirán cerca de 200 camiones cargados de piedras, según el cálculo de la comuna, se procederá con el apuntalamiento. Este es un procedimiento de ingeniería que busca sostener temporalmente las construcciones.

Apuntalamiento en puente de La Barra. Foto: Ricardo Figueredo
Apuntalamiento en puente de La Barra. Foto: Ricardo Figueredo

Para llegar a tiempo a la temporada estival, se trabajará durante la noche con generadores de energía provistos por la empresa constructora.

La Intendencia de Maldonado anticipa que habrá embotellamientos puntuales por el cierre de uno de los puentes, particularmente los fines de semana. “Se está poniendo toda la carne en el asador para solucionarlo y la intendencia se mantiene en coordinación con los ministerios de Ambiente, Interior y Defensa”, afirmó ayer en rueda de prensa el director general de Obras, Darío Camacho.

Diagnóstico

A partir de evaluaciones técnicas, entienden que el deterioro tiene “varias causas” (ver aparte). Pese al riesgo de colapso, las autoridades evitarán derrumbar el puente y construir de cero.

Fuentes del gobierno departamental señalaron que, por un lado, desmontar el puente supondría una pérdida patrimonial, ya que esta estructura ondulante es una de las imágenes características del este uruguayo. Pero sobre todo, si se procediera con el derrumbe habría un perjuicio ambiental, y por eso se está en contacto permanente con el Ministerio de Ambiente. “Venimos zurciendo lo más fino posible”, dijo un jerarca con respecto a las opciones que están barajando si no fuera posible aplicar el “plan B”.

Antía y su equipo entienden que el deterioro no tiene única causa

Desde que se prohibió la circulación, especialistas están intentando determinar las causas del deterioro. En síntesis, no se encontró una única causa para las fallas de esta obra edilicia inaugurada en diciembre de 1999.

Fuentes de la comuna explicaron que hay varios porqués y todavía están siendo estudiados. Entre las hipótesis, se contempla “la corrosión de los cables de tensado” por la salinidad del agua y el pasaje “puntual” de cargas más pesadas a las previstas en la obra edilicia.

La administración de Antía solicitó a la empresa constuctora que aporte los planos y cálculos de la época, para afinar el plan de acción.

El segundo puente se instaló como una réplica de la versión original, que tenía dos vías de circulación en sentidos opuestos. El primero había sido diseñado por el fallecido constructor Leonel Viera, que estuvo detrás de proyectos emblemáticos como el Cilindro Municipal de Montevideo, demolido en 2014.

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