“NO HAY CALIDAD DE NADA”
Reciben solo 1,2 horas por día de actividad socioeducativa, según el balance y rendición de cuentas que hizo el instituto sobre la gestión del 2021.
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Esta semana los adolescentesprivados de libertad que cumplen condena en los hogares Sarandí y Piedras realizaron talleres de convivencia. Durante un par de horas los jóvenes recibieron formación con el objetivo, según las autoridades, de “disminuir el grado de conflictividad” y “contribuir a la construcción de espacios de convivencia saludables”.
Este tipo de actividades, sin embargo, ocupan poco lugar en la agenda diaria de los adolescentes. Y la situación preocupa tanto que los objetivos centrales que definió el Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa) son “disminuir las horas diarias de encierro” e “incrementar las horas diarias de actividad socioeducativa por adolescente”.
En promedio, cada joven que cumplen condena en alguno de los 12 centros del Inisa tiene 1,2 horas de actividades socioeducativas por día, según el balance y rendición de cuentas que hizo el instituto sobre la gestión del 2021.
Este documento acompañará un pedido de mayor presupuesto que el Inisa presentará en el Parlamento cuando asista en el marco de la discusión sobre el proyecto de ley de Rendición de Cuentas el 27 de julio.
En varios centros la situación es aún peor y el promedio diario de horas de actividad socioeducativa por adolescente es menor a una. En el CIAM es 0,7, en el MD1 y en Pre Egreso es 0,6 y en el hogar Sarandí es de apenas media hora.
Por su parte, el centro Nuevo Rumbo, ubicado en Minas, es el que tiene el mejor registro con 3,4 horas diarias, de acuerdo al informe. Seguido del centro Desafío que tiene un registro promedio de 2,3 horas por día.
Encierro
De acuerdo al relevamiento hecho por la institución en todo el sistema penitenciario juvenil existen 434 educadores -que es como denominan a los funcionarios encargados de cuidar y controlar a los adolescentes- 26 psicólogos, cinco trabajadores sociales, seis maestros y 11 procuradores.
El promedio de horas de encierro diarias por adolescentes “restando nueve horas de descanso nocturno” en todos los centros es de 4,8 horas. Aunque la realidad es muy despareja al analizar cada lugar. Por ejemplo, en el hogar Sarandí, ubicado en la excolonia Berro, los adolescentes pasan 12 de las 15 horas en las que están despiertos encerrados. Algo similar ocurre en el MD1, donde se encuentran los mayores de 18 años, que viven 11 horas sin salir. En el hogar Piedras son 10 las horas de encierro. En el otro extremo están los centros Nuevo Rumbo, Ituzaingó y Cerrito donde los adolescentes pasan el día en diversas actividades.
En diálogo con El País la directora por el Frente Amplio, Andrea Venosa, dijo que en esas condiciones “no hay calidad de nada” y que son horas “de ocio, que son necesarias en la adolescencia, pero no tantas”.
La jerarca agregó que un adolescente recibe en promedio cuatro horas diarias de educación mientras que los que cumplen condena en los centros del Inisa asisten a una hora como máximo.
Eso no debería suceder, según Venosa, ya que en la excolonia Berro hay un liceo instalado allí. Pese a esto, los grupos no suelen superar los cinco alumnos.
“Eso es un problema de gestión”, dijo la directora y apuntó que existen actividades para los jóvenes. Luego lo que sucede en la práctica es que para salir de los centros deben ser acompañado de educadores que los controlen y si no hay personal disponible se cancela la salida del adolescente.
Cuando en un centro el personal es acotado para cumplir con el control interno no pueden prescindir de un educador porque deba irse con el joven y las actividades se suspenden.
Venosa relató que esta es una situación cotidiana en el Inisa ya que entiende es necesario reforzar la cantidad de funcionarios. “Hay centros donde en determinados turnos hay cuatro educadores para 25 adolescentes”, afirmó y agregó que en esa situación “es imposible” que si un menor tiene que asistir a clases o está anotado para algún taller un educador pueda dejar el centro y acompañarlo porque expone a sus compañeros.
Solicita $85 millones para más personal
El directorio del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa) planteó al Ministerio de Economía la necesidad de que en el proyecto de ley de Rendición de Cuentas se reforzara el organismo.
La administración que lidera la cabildante Rosanna De Olivera solicitó $ 85 millones para rubro 0 que se destina a salarios y contrataciones de funcionarios. Sin embargo, en los 459 artículos que se incluyeron en el proyecto de ley que el Poder Ejecutivo envió al Parlamento no hay un solo artículo destinado al Inisa.
Es por ello que el directorio del Inisa resolvió enviar su pedido de mayor presupuesto directamente a la comisión de Presupuesto integrada con Hacienda de la Cámara de Diputados que estudia la norma para intentar conseguir los recursos.
La directora por el Frente Amplio, Andrea Venosa, dijo a El País que estos recursos son “fundamentales” para incorporar más personal de trato directo con los adolescentes y para constituir los equipos que trabajan en el interior con los jóvenes que cumplen medidas no privativas de la libertad.