INVESTIGACIÓN

El País de Madrid

Madrid

El embajador de Ucrania en España, Sergi Pohoreltsev, y la sede de la empresa armamentística Instalaza en Zaragoza recibieron ayer miércoles sendas cartas que contenían una sustancia o dispositivo preparado para arder de manera súbita cuando se abriera. La primera misiva ha provocado heridas leves al trabajador de la legación diplomática al proceder a su apertura, mientras que la segunda ha sido detonada por Policía y Guardia Civil tras ser avisados por los servicios de seguridad de la compañía de la recepción de un sobre sospechoso.

Los investigadores relacionan ambos envíos por las similitudes en su aspecto exterior y los vinculan con la situación que vive actualmente Ucrania, invadida por Rusia desde el pasado 24 de febrero y escenario de una guerra que dura ya nueve meses. De hecho, Instalaza es el fabricante de los lanzagranadas que el Ministerio de Defensa de España envió al gobierno de Volodimir Zelenski al poco de estallar el conflicto como parte de la ayuda militar.

La primera misiva fue recibida en la mañana del miércoles en la sede diplomática en Madrid, situada en la Ronda de Abubilla, en el distrito madrileño de Hortaleza. Poco antes de la una de la tarde, un trabajador de la embajada comenzó a manipularla para abrirla y la pequeña llama que se provocó le causó laceraciones superficiales en un dedo de la mano derecha. Hasta el lugar se desplazaron agentes especialistas en desactivación de explosivos (conocidos por las siglas Tedax) de la Policía Nacional, así como perros adiestrados en la detección de explosivos, para revisar el resto de la correspondencia por si hubiera algún otro envío sospechoso, sin detectar nada.

El sobre que contenía la sustancia que ha deflagrado era de cartón, de unos 18 por 10 centímetros y había sido enviado por correo ordinario con un franqueo de 2,70 euros, según una imagen del mismo tomada por la Policía a la que ha tenido acceso El País de Madrid. En el mismo, sobre una etiqueta blanca, figura el nombre del embajador Pohoreltsev como destinatario, así como el cargo de este y la dirección de la legación, todo ello manuscrito con tinta azul. No figuraba ningún remitente. El mismo está siendo analizado por la Policía Científica en busca de posibles huellas dactilares o rastros biológicos del autor del envío para intentar su identificación. El Juzgado Central de Instrucción 4 de la Audiencia Nacional ha asumido la investigación del caso al revestir el suceso indicios de un posible delito de terrorismo.

El recibido en la sede de Instalaza, situada en la calle Monreal de la capital aragonesa, ha sido detectado esta tarde por los servicios de seguridad de la empresa, que ha procedido a avisar a la Guardia Civil. Al lugar se han desplazado agentes del instituto armado y de la Policía Nacional que han procedido a detonarlo de manera controlada sin que se produjeran heridos, detallan fuentes policiales. Los restos del mismo están siendo analizados para conocer cuál era su contenido.

El primer suceso se ha conocido cuando el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, comparecía en el Congreso, para dar explicaciones sobre una tragedia ocurrida en Melilla el pasado junio. Desde su escaño, la diputada del PP Ana Vázquez reclamó a Grande-Marlaska que proporcionara información sobre el suceso. Luego, en el pasillo, el ministro confirmó que el herido era de carácter leve y que se trataba de un trabajador de una empresa de seguridad privada.

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, habló telefónicamente con el embajador ucranio en Madrid para interesarse por el estado de salud del herido. El ministro español, que se encontraba en la base rumana de Fetesti para realizar una visita a las tropas españolas destacadas en misión de la OTAN, contactó con Pohoreltsev nada más conocer la noticia. Albares llamó también a Dmytro Kuleba, ministro ucranio de Exteriores -quien la víspera le había entregado la medalla Yaroslav el Sabio por el apoyo de España a Ucrania-, y le transmitió la solidaridad del Gobierno español. Kuleba ha respondido agradeciendo el apoyo, según fuentes diplomáticas.