Estados Unidos teme un impacto económico por Ómicron y desarrollan una vacuna

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Personal de la salud. Foto: AFP.

CORONAVIRUS

La nueva variante del COVID-19 se expande a varios países. Tal es así que el presidente Joe Biden pide no entrar en “pánico”.

El surgimiento de la variante Ómicron del COVID-19 tiene de nuevo al mundo en alerta, temiendo no solo por los efectos sanitario sino también complicaciones para la economía, luego de casi dos años de pandemia que obligó a cerrar buena parte de los mercados.

La preocupación la planteó ayer lunes el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, que considera que el “reciente aumento de casos de COVID-19 y el surgimiento de la variante Ómicron presentan riesgos a la baja para el empleo y la actividad económica y aumentan la incertidumbre sobre la inflación”.

Powell, a quien el presidente Joe Biden dio un nuevo mandato al frente de la Fed -el banco central estadounidense-, cree asimismo que “los factores que impulsan la inflación al alza persistirán el año próximo”, según un discurso que pronunciará hoy martes ante una comisión del Senado, y que fue adelantado ayer lunes.

“Una mayor preocupación por el virus podría reducir la voluntad de trabajar en persona, lo cual frenaría el progreso del mercado laboral e intensificaría los problemas en la cadena de suministros”, añade.

Los problemas de aprovisionamiento causaron escasez de varios productos que, sumada a una demanda en aumento, contribuyeron a acentuar los incrementos de precios.

Powell advierte que la inflación está “bien por encima” del objetivo de 2% del organismo.

La inflación alcanzó en octubre 5% en 12 meses, su nivel más alto desde 1990, según el índice PCE del Departamento de Comercio.

Vacunas

En medio de estas preocupaciones en el campo económico, los laboratorios estadounidenses Pfizer y Johnson & Johnson (J&J) informaron ayer lunes que comenzaron a trabajar en una nueva versión de sus vacunas anticovid dirigida específicamente a la variante Ómicron, en caso de que las actuales no sean lo suficientemente eficaces.

“Aún hay muchas cosas que se desconocen” en torno a la nueva variante, detectada por primera vez en Sudáfrica y considerada “preocupante” por la OMS, aseguró el director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla.

“Sabremos lo esencial de lo que necesitamos saber en unas cuantas semanas”, agregó en una entrevista con la cadena estadounidense CNBC.

“Hemos hecho nuestro primer modelo de ADN, que es la primera etapa del desarrollo de una nueva vacuna”, explicó Bourla.

Pfizer ya ha creado dos nuevas versiones de su vacuna en menos de cien días, contra las variantes Delta y Beta, que finalmente no fueron usadas. “En 95 días, tendremos la nueva vacuna contra Ómicron”, aseguró su director ejecutivo.

De su lado, Johnson & Johnson señaló en un comunicado “estar evaluando la eficacia de su vacuna contra el COVID-19 frente a las variantes”, incluyendo Ómicron.

En paralelo, el grupo “está trabajando en una vacuna más específica para Ómicron, que desarrollará de ser necesario”.

Evitar el pánico

El laboratorio “sigue confiando” en la respuesta inmunitaria a su vacuna actual, de una sola dosis, frente a las diversas variantes, aseguró Mathai Mammen, encargado de investigación en Janssen, filial de J&J que desarrolla la vacuna.

Sin embargo, J&J podrá “rápidamente” iniciar ensayos clínicos si es necesario, indicó.

Por su parte, el laboratorio Moderna, que también produce una vacuna contra el covid, había anunciado el viernes su intención de desarrollar una dosis de refuerzo específica para Ómicron.

La píldora anticovid desarrollada por Pfizer para tratar la enfermedad, que ha demostrado una eficacia del 89% contra las hospitalizaciones y muertes en ensayos clínicos, también fue “desarrollada con la idea” de que iban a aparecer mutaciones del virus, dijo Bourla.

“Tengo confianza en la capacidad (de la píldora) de funcionar con todas las mutaciones, incluida ómicron”, afirmó.

La nueva variante del coronavirus, potencialmente más contagiosa, se sigue extendiendo por el mundo tras notificarse su epicentro en el sur de África y con un nuevo cierre de fronteras cada vez más generalizado, una situación inquietante, pero ante la que Biden ha pedido no entrar en “pánico”.
Tras Israel, que fue el primer país del mundo en imponer un estricto cierre de fronteras para blindarse ante la Ómicron, un buen número de países se ha ido sumando a la decisión de aplicar criterios restrictivos de acceso, sobre todo para los viajeros procedentes del sur de África.

Biden consideró que esta variante “es motivo de preocupación, pero no de pánico”, por lo que aseguró que los expertos no consideran que sean necesarias “medidas adicionales” en el país.

En una intervención desde la Casa Blanca acompañado del epidemiólogo jefe de su Gobierno, Antony Fauci, Biden remarcó que Estados Unidos se encuentra en “mejor situación” que las Navidades del pasado año, y urgió a los ciudadanos a buscar la dosis de refuerzo de las vacunas disponibles en el país, si bien reconoció que es “casi inevitable” que “en algún momento” la nueva variante llegue a territorio estadounidense.

España

Un hospital de Madrid registró ayer lunes el primer caso en España de la variante Ómicron, en un viajero procedente de Sudáfrica. “El servicio de microbiología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid comunica la primera confirmación de variante ómicron en España”, informó el centro en Twitter. “Se trata de un varón de 51 años que regresó de Sudáfrica el pasado 28 de noviembre con una escala en Ámsterdam”, informó la secretaría de Sanidad.

Brasil: Seis capitales estatales cancelan festejos de fin de año

Al menos seis capitales regionales de Brasil, entre ellas Salvador y Belo Horizonte, han cancelado los festejos de fin de año por temor a un repunte de la pandemia de coronavirus tras el recién descubrimiento de la variante Ómicron.

Brasil, uno de los países más azotados por el COVID-19, vive hoy un momento de cierta estabilidad en relación a los contagios y muertes, que se encuentran en sus niveles más bajos desde prácticamente el inicio de la crisis sanitaria, en febrero de 2020.

En medio de esa tendencia a la baja, atribuida al avance de la vacunación, las autoridades regionales y locales brasileñas tenían previsto celebrar conciertos y actos conmemorativos para el fin de año, pero el aumento de las infecciones en Europa y el hallazgo de la variante Ómicron, detectada por primera vez en Sudáfrica, ha encendido las alarmas en varios puntos del país.

En este contexto, los primeras capitales regionales del país en cancelar las fiestas han sido Salvador, Belo Horizonte, Fortaleza, Florianópolis, Joao Pessoa y Palmas. Seis de un total de 27.

Por el momento, San Pablo, la ciudad más populosa del país, y Río de Janeiro, la más turística y donde tradicionalmente se reúnen millones de personas en sus icónicas playas el 31 de diciembre, siguen adelante con sus festejos, aunque cada vez son más las voces que, desde el mundo de la medicina, recomiendan su suspensión.

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