LÍDERES ECONÓMICOS
La cumbre en Bali se vio sacudida por bombardeos rusos a Ucrania y el misil que cayó en Polonia.
La cumbre del G20 terminó ayer miércoles en la isla indonesia de Bali con una condena mayoritaria a Rusia y renovados llamados a poner fin a la guerra en Ucrania.
La reunión de los líderes de las grandes economías del planeta se vio sacudida por los masivos bombardeos rusos el martes contra Ucrania y la caída de un misil en Polonia que hizo temer una escalada del conflicto.
Estos sucesos no impidieron la adopción de un comunicado conjunto al terminar la cumbre, que incluye una condena de la mayoría de países a la guerra en Ucrania y destaca su grave impacto en la economía mundial.
“Es la primera declaración conjunta que se ha realizado desde febrero de 2022”, celebró el presidente indonesio Joko Widodo, quien reconoció “discusiones muy duras” para alcanzar un acuerdo unánime. La declaración reconoce “otros puntos de vista”, pero afirma que “la mayoría de miembros condenaron firmemente la guerra en Ucrania y destacaron que está causando un inmenso sufrimiento humano”.
También apunta que el conflicto “afectó aún más negativamente la economía global” y declara “inadmisible” el uso de armas nucleares o la amenaza de recurrir a ellas, como ha hecho el presidente ruso Vladimir Putin en Ucrania.
Dadas las tensiones geopolíticas existentes y la falta de acuerdos en todas las reuniones preparatorias, pocos esperaban la aprobación de una declaración conjunta que requería unanimidad. Menos todavía una condena aunque no sea unánime o la aparición del concepto “guerra en Ucrania”, vetado en Rusia.
Los bombardeos rusos el martes en Ucrania y la caída de un misil en Polonia, miembro de la Unión Europea y la OTAN, alteraron los debates plenarios y reuniones multilaterales.
En su segunda intervención por videoconferencia en la cumbre, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski acusó a Rusia y dijo que era un “mensaje” de Moscú para el G20.
Sin embargo, unas horas más tarde, el presidente de Polonia, Andrzej Duda, afirmó que es “muy probable” que el misil que cayó en su país perteneciera a la defensa antiaérea ucraniana.
Entre tanto, Estados Unidos había convocado una reunión de emergencia con países del G7 y la Alianza Atlántica, en la que pidieron investigar lo ocurrido en Polonia y condenaron los “bárbaros” bombardeos de Rusia sobre ciudades e infraestructuras ucranianas.
“Los acontecimientos de esta noche son una clara evidencia, una prueba más de la falta de voluntad de Putin de poner fin a esta guerra”, dijo el jefe de gobierno español, Pedro Sánchez.
La cumbre en la paradisíaca isla indonesia estuvo precedida por una larga reunión entre Joe Biden y su par chino Xi Jinping, en la que ambos trataron de poner límites a la creciente rivalidad.
Aunque China ha evitado condenar la guerra y criticar directamente a Rusia, Xi llamó a ambas partes a negociar, denunció la amenaza de usar armas nucleares y cargó contra la instrumentalización bélica de los alimentos y la energía.
“China puede desempeñar un mayor papel de mediación junto a nosotros en los próximos meses”, estimó el presidente francés, Emmanuel Macron, quien dijo que la cumbre mandaba “un mensaje muy claro” a Rusia.
En medio de reveses militares en Ucrania y de un creciente aislamiento internacional, Putin no acudió a Bali y envió a su ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, que acusó a Ucrania de poner condiciones “no realistas” para negociar.
La seguridad alimentaria y energética figuró como una de las principales preocupaciones del encuentro, en el que participaron algunos de los países más castigados por esta subida de precios como Turquía o Argentina, que el martes conoció una nueva cifra de inflación del 76,6% desde enero.
Los países miembros solicitaron en el comunicado final la extensión del acuerdo entre Ucrania y Rusia para la exportación de granos ucranianos por el mar Negro, que caduca el sábado. Uno de los artífices de ese acuerdo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se dijo “convencido” de que el pacto seguirá vigente.