REINO UNIDO
Falleció ayer en su castillo de Escocia a la edad de 96 años; el protocolo para el funeral, Operación London Bridge, durará diez días.
MurióIsabel II y no habrá otra como ella. Fue testigo y autora de la historia de la segunda mitad del siglo XX y de las dos primeras décadas del siglo XXI. Coincidió con todos los primeros ministros del Reino Unidos desde Winston Churchill, y con los presidentes de Estados Unidos desde Harry Truman. Cuando escuchamos “la reina” la imagen que a todos nos viene a la mente es la de Isabel II. Por eso es la última reina.
Isabel II, jefa de Estado del Reino Unido y 14 países de la Commonwealth, falleció ayer jueves a los 96 años en su castillo escocés de Balmoral.
Era “una soberana querida y una madre amada”, su muerte es “un momento de gran tristeza para mí y para todos los miembros de mi familia”, dijo el ahora rey Carlos III, de 73 años, que se convirtió automáticamente en el nuevo monarca.
El deterioro de la salud de Isabel II se aceleró en los últimos días. El martes había recibido al primer ministro saliente, Boris Johnson, y a su sucesora, Liz Truss, en Balmoral, renunciando por primera vez en su largo mandato a celebrar este acto protocolario en Londres, para evitar un viaje de 800 km.
Dos días después, sus médicos se declararon “preocupados por la salud de su majestad y recomendaron que permanezca bajo vigilancia médica”.
Inmediatamente viajaron hasta Escocia sus hijos y nietos, incluidos el príncipe Enrique y su esposa Meghan, que se encontraban en Londres para un acto caritativo, pese a que viven en California desde que en 2020 abandonaron la monarquía británica asestando un duro golpe a la institución.
La muerte de Isabel II fue “una gran conmoción para la nación y para el mundo”, aseguró Truss en un breve discurso a las puertas de Downing Street, mientras de todo el planeta llovían los mensajes de condolencias.
Eventos deportivos programados para hoy viernes en el Reino Unido, incluidos los test de cricket y el campeonato europeo de golf, fueron cancelados.
El partido del Manchester United contra la Real Sociedad en la Europa Leaguesí se celebró el jueves, pero se guardó un minuto de silencio antes del comienzo y los jugadores llevaron brazaletes negros.
Una multitud se congregó frente al palacio de Buckingham en Londres pese a una fuerte lluvia. Cantaron desolados “Dios salve a la reina” cuando se conoció su fallecimiento.
“Creo que será recordada como la mayor monarca de la historia, la más longeva, pero también la más grande”, dijo el experto de la realeza Phil Dampier.
La salud de la reina empezó a preocupar cuando el pasado 20 de octubre, tras “aceptar a regañadientes el consejo médico de guardar reposo”, pasó una noche hospitalizada para someterse a unas pruebas médicas cuya naturaleza nunca se precisó.
Desde entonces tuvo que renunciar a eventos como la conferencia de la ONU sobre el clima, en noviembre de 2021 (COP26) en Glasgow, o el tradicional discurso del trono con que cada año inauguraba la nueva sesión parlamentaria, una de sus funciones constitucionales más importantes que dejó a cargo de su hijo Carlos.
Entregada a su cargo en cuerpo y alma, Isabel II sobrevivió a la pandemia del covid-19, a la muerte de su marido Felipe en abril de 2021 con casi 100 años, y las diversas crisis de la familia real.
Entre ellas, el “Megxit”, el exilio de Enrique y Meghan a Estados Unidos, desde donde acusaron a la realeza de ser insolidaria y racista. También el escándalo protagonizado por Andrés, considerado su hijo favorito, que tuvo que abandonar la vida pública debido a su amistad con el financiero estadounidense Jeffrey Epstein, acusado de explotar sexualmente a menores.
London Bridge
La muerte de Isabel II activó la llamada Operación London Bridge y, con ella, la denominada Unicornio, los preparativos milimétricamente orquestados y diseñados desde la década de 1960 para cuando llegara este día de luto nacional.
Entre los muchos planes modelados con lupa en previsión de este momento, la misión oficial detalla paso a paso qué sucede exactamente con la monumental maquinaria logística que se activaría.
Pero además se pondría en marcha la llamada Operación Unicornio, otro mecanismo previsto que marca los pasos a seguir en Escocia para trasladar el cadáver de la reina a la capital británica, donde se oficiaría el funeral.
Edward Young, secretario privado de la Reina y el principal encargado de organizar su sucesión, es la primera persona en recibir la noticia.
Los planes trazados prevén que Young avise a la primera ministra, Liz Truss con una frase: London Bridge is Down (Ha caído el Puente de Londres).
La operación London Bridge contempla los eventos que se sucederían en los próximos diez días, a partir del llamado Día D (el de la muerte).
Si el funeral del ex primer ministro británico Winston Churchill fue, según algunos analistas, “el réquiem del Reino Unido como gran poder”, el de la reina cobra una magnitud muchísimo mayor.
También está todo organizado para el funeral de la soberana. Como ocurriera en el funeral del duque de Edimburgo, el elemento militar será una constante durante los próximos días.
Los primeros planes para los preparativos de la muerte de Isabel II se remontan a los años 60 aunque se han introducido modificaciones, con reuniones dos o tres veces por año entre varios departamentos del Gobierno, la policía, el Ejército, medios de comunicaciones y la Royal Park.
Al morir en Escocia, el cuerpo de la reina será trasladado inicialmente a la sede del Parlamento escocés, el palacio de Holyrood.
El siguiente paso será trasladar, por la avenida Royal Mile en Edimburgo, el cadáver hasta la Catedral de St Giles, donde yacerá en la capilla ardiente y donde se celebrará un primer servicio.
Para el llamado D-Day+2 se contempla que el ataúd de la reina se traslade al palacio de Buckingham, en Londres, desde Balmoral en tren, desde la estación de Waverley, lo que se ha llamado Operación Unicornio, el protocolo contemplado si la reina muere en Escocia.
El día del funeral -D+10-, a las 9.00 de la mañana, el Big Ben se dejará oír para anunciar el funeral de estado por la reina en la Abadía de Westminster, que acogerá a 2.000 invitados.
Se espera que a las 11.00 horas el ataúd alcance las puertas del templo y que el país enmudezca en señal de respeto. Sus restos yacerán en la Capilla del Rey Jorge VI, en el Castillo de Windsor, junto a su padre. (Con información de AFP y EFE)