BRASIL

Los candidatos que disputarán el balotaje el 30 de octubre aprovecharon el festivo nacional de ayer miércoles en Brasilpara hacer campaña. Luiz Inácio Lula da Silva visitó una favela en Río de Janeiro, mientras el presidente Jair Bolsonaro acudió al mayor santuario católico del país.

Lula quiere aumentar los apoyos en el estado de Río de Janeiro, una región estratégica para alcanzar la Presidencia y donde Bolsonaro ganó en la primera vuelta del 2 de octubre.

Bolsonaro, por su parte, visitó la Basílica de Nuestra Señora Aparecida, el santuario católico más grande de Brasil ubicado en el estado de San Pablo.

En la primera vuelta de las elecciones, Lulafue el candidato más votado con el 48,4%, mientras que Bolsonaro recibió el 43,2%.

Con su visita al Complexo do Alemao, conglomerado de favelas en la zona norte de Río, Lula busca retomar su bandera contra el hambre.

El exmandatario, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, prometió acabar con la miseria en las favelas.

“El pueblo volverá a comer tres veces al día, volverá a tener un trabajo formal”, enfatizó Lula ante una multitud de seguidores que le acompañaron durante una caminata en la favela.

Durante su visita, Lula también se reunió con líderes de otras favelas de Río ante las que se comprometió a impulsar políticas públicas que mejoren la calidad de vida en esas comunidades, si llega a la presidencia.

Bolsonaro, en tanto, fue recibido entre rechiflas y aplausos en su visita el Santuario de Nuestra Señora Aparecida.

El presidente llegó a la basílica, localizada en la ciudad de Aparecida, en el interior del estado de San Pablo, después de asistir a la inauguración de una iglesia evangélica en el estado de Minas Gerais.

Bolsonaro tiene por lema “Brasil encima de todo, Dios encima de todos”.

Aunque cuenta con un fuerte apoyo entre los evangélicos, que constituyen cerca de un 30% del electorado, Bolsonaro quiere sumar votos entre los católicos.

Según los sondeos, mientras que Bolsonaro cuenta con el apoyo del 63% de los evangélicos, Lula tiene el respaldo del 60% de los católicos.

El uso de la religión como arma en plena campaña electoral fue condenada “vehementemente” esta semana por el Episcopado brasileño que lamentó la “intensificación de la explotación de la fe como camino para captar votos en la segunda vuelta”.

El mensaje de los obispos, no obstante, fue ignorado por los candidatos y hasta por el propio arzobispo de Aparecida, Orlando Brandes.

El prelado instó a los brasileños a “ejercer” el derecho al voto y, sin mencionar a alguno de los candidatos que disputarán el balotaje el 30 de octubre, dijo que “falta el pan” y que “eso es lo que Brasil necesita hoy”, junto con la paz y la fraternidad, en una clara alusión a las banderas que proclama el líder progresista.

En el día que se conmemora la fiesta de la patrona brasileña, la campaña de Lula también divulgó una carta firmada por el expresidente en la que asegura que todos las religiones serán respetadas si llega al poder.

“La religión es un derecho sagrado y fundamental y que debe ser respetada por todos nosotros”, señala Lula en la misiva divulgada por el portal de noticias G1.

“Como católico que soy, en este día tan especial para Brasil, quiero pedir, por intermedio de Nuestra Señora de Aparecida, que Dios nos bendiga, para que podamos construir una nación democrática, justa, independiente y soberana, donde todos y todas “tengan vida y vida en abundancia”, concluyó.