ESTE JUEVES
Las autoridades afirman desde 2020 que disponen de pruebas del asesinato de Maddie, desaparecida en Portugal a la edad de 3 años, y señalan como principal sospechoso a un pedófilo reincidente alemán
Christian Brueckner, quien era hasta ahora considerado como el principal sospechoso del secuestro de Madeleine McCann, la niña británica que desapareció en 2007 cuando tenía tres años en Portugal, fue inculpado este jueves en Alemania, a pedido de la justicia portuguesa. La noticia fue dada a conocer por la Fiscalía de Portimao (sur de Portugal).
Las autoridades alemanas afirman desde 2020 que disponen de pruebas del asesinato de Maddie, desaparecida en Portugal a la edad de 3 años, y señalan como principal sospechoso a un pedófilo reincidente alemán, que ya cumple pena de prisión por otro caso.
Brueckner, de 44 años, fue señalado en junio de 2020 por los fiscales alemanes como el hombre “responsable” del secuestro y asesinato de Madeleine. Pero no se habían presentado cargos desde entonces.
Ayer, el diario alemán Bild afirmó que Portugal lo había convertido en un “argüido” o “sospechoso oficial” en el caso, que suele ser el precursor de los cargos.
En declaraciones al MailOnline el jueves por la noche, el abogado de Brueckner negó categóricamente los informes de que su cliente había sido acusado de la desaparición.
Un “argüido”, normalmente traducido como “sospechoso designado” o “sospechoso formal”, es alguien que la policía portuguesa trata como algo más que un testigo, pero que no ha sido arrestado ni acusado.
Se dice que la policía en Portugal intervino en los últimos días después de que se supo que podría evitar los cargos debido al estatuto de limitaciones del país ibérico, que comienza después de 15 años para delitos graves.
La desaparición
"Maddie" desapareció el 3 de mayo de 2007, pocos días antes de cumplir los cuatro años, del apartamento que había alquilado la familia para pasar sus vacaciones. Sus padres habían salido a cenar a un restaurante cercano con unos amigos y dejaron a la niña con sus dos hermanos en la casa.
Pese a la intensa búsqueda de las autoridades portuguesas y a las múltiples iniciativas lanzadas por los McCann ante todo tipo de instancias, políticas o incluso ante el Vaticano, no se logró dar con la pista de la niña. Los propios padres tuvieron que afrontar sospechas de ser los responsables de la desaparición de Maddie.