Editorial
La sección Editorial de El País refleja las opiniones y posturas del diario ante temas relevantes de la realidad política y social en Uruguay y el mundo.
Orsi no tiene ni la personalidad, ni el talante, ni la autoridad, para liderar el país. Si en un debate no pudo salirse una línea del libreto impuesto, ¿alguien cree que lo haría en la presidencia?
Si bien los números reflejan una paridad en la intención de voto, el contexto general, sumado a las señales del debate presidencial, parece inclinar la balanza a favor de Álvaro Delgado.
En este tramo final de la campaña, el discurso desplegado por quienes defienden la candidatura de Orsi (y a veces el propio candidato) cayó en la denostada práctica de “inventar un relato”.
Un gobierno debe hacer obras porque ellas son un bien en sí mismo. Pero para ganar elecciones se precisan otras cosas que pasan por el discurso, la cultura, y la identidad colectiva.
La democracia se fortalece con instancias como estas, en las que las ideas, los proyectos y los liderazgos son sometidos al escrutinio público. Esperamos que los candidatos estén a la altura.
El debate dejará en claro que Orsi no está interiorizado de los temas del país, ya que su experiencia de gobierno lo situó en un escenario relevante pero acotado como es Canelones.
Se hizo esperar, pero llegó. La última publicidad que llama a votar por la Coalición Republicana es el mejor spot televisivo de esta timorata campaña electoral. Su mensaje es contundente.
El nombramiento de Marco Rubio como secretario de Estado asegura que los próximos cuatro años habrá una ventana privilegiada para negociar con el gobierno de Estados Unidos.
La ambigüedad en materia fiscal y tributaria alimenta la incertidumbre en sectores productivos y en la población, que teme posibles incrementos impositivos que afecten su calidad de vida.
Al gobernar, unos se tomaron en serio situaciones que otros subestimaron. En unos hubo genuina convicción y conocimiento certero, en otros un desmedido ideologismo.
El balotaje enfrentará dos candidatos presidenciales. Pero además pondrá sobre la mesa dos formas diferentes de concebir el gobierno y de valorar el mensaje de la ciudadanía.
Si gana el FA y designan a Oddone como Ministro de Economía tendrá que pedir que lo instruya al que escribió el programa frentista sobre economía, porque él no participó nada de nada.