FÚTBOL INTERNACIONAL
La realización simultánea de los dos torneos permite el balance conjunto. ¿Quién sale ganando?
Luego de organizar la Copa América 2019 en Brasil, la Conmebol decidió volver a jugarla en 2020 para hacerla coincidir con la Eurocopa cada cuatro años. La pandemia obligó a postergar ambas competencias para este 2021. Pero la iniciativa demostró ser infeliz: de la comparación entre ambos torneos, el de Europa sale ganando.
Era previsible que ante los certámenes simultáneos el público europeo (y quizás de otras partes del mundo) prefiriera la Euro, por numerosas razones. Y para colmo, las circunstancias que rodearon la última Copa América fueron desfavorables. De allí que pudieran observarse estas siete disparidades, más nítidas que el viejo juego de las siete diferencias que aparecía en la página de historietas de los diarios.
1) Organización. Si bien la Eurocopa tuvo que postergarse un año y hubo algún cambio de estadios sobre lo previsto, la estructura del torneo con 11 sedes en 11 países se resolvió en 2012 y se armó con total eficiencia. La Copa América iba a ser en Colombia y Argentina. Después solo en Argentina ante la agitacion social en Colombia. Más tarde se descartó a Argentina, cuyas autoridades no estaban entusiasmadas con ser anfitriones. Al final, casi en la hora y cuando muchos reclamaban cancelarla, se resolvió que se disputara de nuevo en Brasil.
2) Expectativa. La Copa América se encontró pronto con demasiada publicidad negativa. A los cambios forzados de sedes y a la situación general de pandemia se agregó que muchos futbolistas no querían jugar el torneo justamente por aquellas razones. Los que estuvieron más cerca del “no” fueron los propios brasileños, que por algunos días mantuvieron la incertidumbre. Al final todos aceptaron concurrir. El delantero boliviano Marcelo Martins fue suspendido por un partido y recibió una multa por criticar las condiciones sanitarias de la Copa, lo que muestra que el ambiente no era precisamente de fiesta deportiva. La Eurocopa, en tanto, se jugó bajo el clima habitual de un campeonato de su importancia, aunque la Organización Mundial de la Salud alertó (con el torneo ya iniciado) que el movimiento de público podría aumentar los contagios de coronavirus en un 10%.
3) Público. La presencia de espectadores en los estadios de la Eurocopa, en algunos casos con aforo completo, le dio un color y una animación a los partidos que marcaron una diferencia sustancial con la Copa América. En esta parte del mundo, los escenarios estuvieron desiertos (salvo en la final, que tuvo una asistencia muy limitada) y solo contaron con una banda grabada con sonido de hinchadas. Era un riesgo previsible en un continente todavía muy afectado por el coronavirus y en un país como Brasil, que se encuentra entre los más castigados: 16 millones de contagiados y 450.000 fallecidos al momento de iniciarse el torneo. Para colmo, el hecho de que los derechos de televisión para Brasil estuvieran en manos de la cadena SBT en vez de la poderosa Globo determinó que la difusión interna resultara menor a la habitual.
4) Canchas. El césped de los estadios europeos lució impecable, mientras que hubo quejas por el estado del piso en varios escenarios de la Copa América. Claro, no hubo tiempo de prepararlos adecuadamente. Además, tampoco había mucho de dónde elegir: se jugó en estadios señalados por estar disponibles al carecer de equipos en el campeonato brasileño y ubicados en estados cuyos gobernadores no objetaron la realización de la Copa. El escenario de Goiania pareció modesto para recibir un certamen continental. Los otros ya habían albergado la Copa del Mundo o los Juegos Olímpicos, pero el problema no eran las instalaciones sino el césped.
5) Recaudación. “Todavía no están las cifras, pueden cambiar, pero estimamos que las pérdidas de esta Copa América serán de 15 millones de dólares”, reveló hace unos días Monserrat Jiménez, directora legal de la Conmebol, al sitio especializado Big Data Sports. Mientras tanto, la UEFA no adelantó el balance económico de la Eurocopa, pero medios periodísticos estimaron que el torneo recaudará alrededor de mil millones de euros, 25% más que la edición pasada, Francia 2016. De esa suma, se estima que un 60% proviene de la publicidad. En cambio, al menos tres empresas anunciaron que retiraban su patrocinio de la Copa América en virtud del contexto social en que se iba a desarrollar la competencia, aunque aclararon que se mantendrán junto al fútbol y la Conmebol.
6) Distribución. Las cifras de dinero que distribuyeron los dos certámenes fueron muy diferentes. La Conmebol no tiene la culpa que Europa sea un continente más rico y más poblado que América del Sur. Además tiene más países, por lo cual en Eurocopa intervinieron 24 selecciones, que jugaron 51 partidos, en tanto por acá son 10 naciones y disputaron 22 encuentros en total. Todo eso determina que la Eurocopa maneje mucho más dinero. Si las comparaciones son odiosas, esta mucho más. Por disputar la Copa América, cada selección recibió 4 millones de dólares “en concepto de preparación y logística”, según informó la Conmebol. Además, el campeón recibe 10 millones extras, el subcampeón 5 millones, el tercero 4 millones y el cuarto 3 millones. Mientras tanto, en la Eurocopa, la UEFA abona 9,25 millones de euros por participar, más un millón y medio por triunfo y 750 mil por empate en la fase de grupos. Los que pasaron a octavos de final tuvieron un adicional de 2 millones, los que siguieron a cuartos otros 3,25 millones y por ir a la semifinal 5 millones más. Finalmente, el campeón suma 10 millones y el subcampeón siete.
7) Juego. La Copa América mostró algunos buenos partidos y algunos grandes jugadores, pero en general los equipos mostraron ser parejos por lo irregulares y poco brillantes. Se apostaba por una final Brasil-Argentina y no hubo sorpresas. Ambos justificaron ser los mejores, sin deslumbrar. La Eurocopa presentó mejores espectáculos, muchos goles y un juego más dinámico. La paridad por lo alto de los varios favoritos le dio más suspenso a la competencia. En realidad, es una nueva demostración de las ventajas que el fútbol europeo, cada vez más rico pero también mejor organizado, le ha sacado al fútbol sudamericano. Ya se pudo observar eso en el Mundial de Rusia 2018 y incluso en el de Brasil 2014, donde por primera vez una selección europea ganó el título en territorio americano. En cuanto a los arbitrajes, se registraron fallos muy polémicos, incluso con el VAR, tanto en la Copa América como en la Eurocopa, de manera que en este último aspecto no hubo diferencias.