TENDENCIAS

Es difícil imaginar a Obdulio Varela o Tito Goncálvez con la camiseta de Peñarol y estridentes pantalones amarillos, como los ha usado su club en partidos recientes. Pero las tradiciones quedan atrás ante las exigencias de la televisión y las tendencias que buscan imponer la marcas de equipamiento deportivo.

Lo puede decir el Barcelona, que en esta era post Messi estrenó pantalones mitad azules, mitad rojos, además de una camiseta de particular diseño que hizo poner el grito en el cielo a más de un hincha culé.

“Al menos ponle una pantaloneta negra o azul turquí para que se vea menos asquerosa”, comentó uno en las redes sociales. “Yo creo que ni teniendo toda la intención de hacerla lo más horrible posible les hubiese salido así...”, dijo otro. “¿Hay gente que paga por vestirse así?”, preguntó un tercero.

Durante mucho tiempo, los pantalones de los clubes de fútbol eran rigurosamente negros, blancos o azules, y las medias siempre negras. El colorido estaba en las camisetas. Se asegura que el primer equipo que escapó de esa norma (no escrita) de vestimenta fue el Liverpool de Inglaterra, a cuyo legendario entrenador Bill Shankly se le ocurrió en 1959 que usar un uniforme totalmente rojo haría más intimidantes a sus jugadores. Le fue tan bien que hasta hoy lo mantienen.

La primera concesión al estilismo apareció en las medias, que se volvieron rayadas al estilo habitual del Flamengo. Por ejemplo, a fines de la década de 1950 y principios de la de 1960 Nacional las utilizó en rojo, blanco y azul alternados. Peñarol se trajo de una gira europea en 1972 el modelo rayado en amarillo y negro, que solo usó ese año. River argentino las tuvo en rojo y blanco por mucho tiempo. Y el Barça en azulgrana.

La gran novedad llegó en 1972, cuando la marca alemana Adidas, recién instalada en Argentina, lanzó su línea de pantalones “Medio Campo”, cuya particularidad era que presentaban un color adelante y otro atrás, separados por las tres tiras en cada costado. El tono claro siempre iba adelante. Se presume que fue una idea de algún creativo argentino, porque la empresa no usó este diseño en el fútbol alemán. El modelo publicitario era Miguel Brindisi, por entonces jugador de Huracán y con los años de Nacional.

La moda prendió con furor. Enseguida Boca los tuvo amarillos y azules, San Lorenzo rojos y azules, Huracán y Estudiantes blancos y rojos, Newell’s y Colón rojos y negros, Banfield blancos y verdes... Así, casi todos los equipos de la “A” y la “B”. Entre las excepciones figuraron Racing y Vélez.

Algunos no eran originales de la marca, solo imitaciones. River optó brevemente por un diseño propio: los costados del pantalón blancos y el centro con una ancha franja roja. Los aficionados, espantados, decían que parecía un taparrabos rojo... Independiente, para la primera final de la Copa Libertadores 72 frente a Universitario de Perú, optó por unos blancos y negros por mitades, al estilo de los del Barca ahora, más dos rayas rojas en los costados. No tenían nada que ver con el rojo furioso de su uniforme y enseguida quedaron archivados. Ferro Carril Oeste, en tanto, eligió unos verdes, que de cada lado tenían un diseño en blanco inspirado en el escudo del club.

Inevitablemente, la moda cruzó el Plata y en la Primera División uruguaya de 1972 los adoptaron Huracán Buceo (adelante rojos, atrás negros), Danubio (blancos y negros) y Cerro (blancos y celestes). Además, Racing utilizó, en blanco y verde, el mismo estilo de Independiente. Y se los vio incluso en algunos equipos de baby fútbol.

Danubio abandonó pronto la moda bicolor, pero Huracán y sobre todo Cerro la mantuvieron durante varias temporadas. Debe recordarse que entonces los diseños de los uniformes en general duraban años y la mayoría ni siquiera tenía marca.

A mediados de la década del 70 y paulatinamente, todos en Argentina volvieron a los pantalones monocromáticos, con la excepción de las habituales líneas del costado.

 En 1997, sin embargo, Newell’s apareció con una vestimenta totalmente rupturista: en vez de la vieja camiseta roja y negra en dos campos, era cuadriculada; los pantalones sí dividían los colores por mitades. Y lo más extraño: usaba medias de diferentes colores, la vieja pesadilla de las madres ante los niños o los maridos distraídos... La roja iba en el pie derecho y la negra en el izquierdo. Así se presentó ante Boca en La Bombonera por el Apertura argentino 97, que no fue un partido más: ese día Maradona convirtió su último gol oficial. Este curioso uniforme de los rosarinos duró muy poco...

Sucede que el hincha no perdona separarse demasiado de la historia de sus colores. Aquel Boca, justamente, usaba una delgada línea blanca entre el azul y la banda el amarillo, lo cual fue tomado casi como una afrenta.

En Europa hubo pocos ejemplos de pantalones raros, si bien abundaron diseños singulares (desde lo original a lo espantoso) en las camisetas, sobre todo las de alternativa. Se recuerda por ejemplo el Verona, que en alguna temporada de la década de 1980 vistió pantalones amarillos y azules por mitades. Más o menos por esos días, el Coventry City inglés usó una publicidad de la marca de autos Talbot que empezaba en la camiseta y seguía en el pantalón: una gran “T” en blanco y gris, sobre el celeste habitual de la casaca.

Habrá que ver si Barcelona logra, además de olvidar a Messi, iniciar un nueva moda.