EN LISBOA
Luis Suárez anotó el único gol conquistado por el conjunto catalán, porque el otro fue en contra. El equipo alemán hizo trizas a un Barça sin alma.
Sí, el marcador está bien. Bayern Munich le ganó 8-2 a Barcelona y está todo dicho, inclusive cuál será el futuro del técnico Quique Setién en el conjunto catalán. La Champions League se antoja ahora como un sueño muy realizable para el equipo alemán y una pesadilla para los culés, que vuelven avergonzados a su tierra.
Esta derrota sufrida en Lisboa será recordada como una de las más grandes humillantes sufridas por el todopoderoso Barcelona, que fue reducido a escombros por un Bayern Munich sensacional por su propuesta, su presión, su efectividad y su poder goleador.
Los méritos son todos del equipo que dirige Hans Flick, porque justificar tal goleada en que el rival jugó mal sería una falta de respeto al conjunto alemán, que en la primera media hora ya ganaba 4-1.
Barcelona fue un equipo sin alma, eso sí. Solo Luis Suárez se salva de la hoguera, por todo lo que corrió, se entregó, buscó el gol y finalmente lo encontró para el transitorio 4-2. Fue incluso el único culé que convirtió, porque el 1-1 parcial fue de Alaba en contra luego de querer restar un centro rastrero que desde la izquierda le mandó Jordi Alba al "Pistolero".
Bayern hizo alarde de una presión asfixiante en campo rival que le dio grandes réditos, a la que le añadió velocidad, mucha presencia en el área rival y una precisión en las entregas envidiable. Todo ese cóctel fue demasiado para un Barcelona en el que Lionel Messi estuvo llamativamente desaparecido.
Si este era considerado el partido final, porque el ganador se convertía en el gran candidato a ganar la Champions, Bayern Munich ya puede empezar a ir descorchando el champagne. Sin embargo, fútbol es fútbol, porque muchos podían imaginarse que podía ganarle a Barcelona, pero nadie que lo humillaría de tal forma.
Como para que el sueño inicial se transformara en una pesadilla total, los goles siete y ocho fueron de Philippe Coutinho, ese jugador cuya ficha aún pertenece a Barcelona y fue cedido a préstamo al Bayern porque al parecer no dio con la talla de la camiseta culé.
Müller dos veces, Perisic, Gnabry, Kimmich y Lewandowski aportaron los restantes tantos bávaros.