OVACIÓN EN ASUNCIÓN
El Tornado mostró sus cartas frente a Paraguay y el triunfo le va a permitir trabajar con algo más de tranquilidad.
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Diego Alonso hizo su estreno como entrenador de la Celeste y le fue de la mejor manera posible: con triunfo como visitante ante Paraguay para reacomodarse en las Eliminatorias de cara al Mundial de Catar 2022.
El DT, que solo tuvo tres días de trabajo en campo con los futbolistas, mostró mucho de su impronta y de lo que quiere para la selección de ahora en más. Lógicamente el tiempo le permitirá volcar otras ideas de juego y de convivencia que quiere para la vida de Uruguay, pero en este escaso tiempo y ante una situación límite dejó grabado a fuego su sello.
Se notó los retoques que hizo en cancha, y que estuvieron a la vista de todos, y también algunos en la interna y la vida cotidiana de la selección que, pudo observar y averiguar Ovación desde Asunción.
A continuación, un repaso de los cinco mandamientos del Tornado como DT de Uruguay.
1) Cercanía a los jugadores: Lo primero que se propuso Alonso junto a su cuerpo técnico fue estar encima de los jugadores: conocerlos, saber qué piensan, cómo viven, cómo son sus familias, qué problemas tienen. Obviamente que habló con cada uno de cuestiones tácticas y diferentes situaciones de partido, pero buscó pasar esa línea y encontrar el lado humano del jugador.
Por eso, el DT hizo principal hincapié en los contactos que fue estableciendo apenas fue designado como el sucesor del maestro Óscar Tabárez. Quería que el primer encuentro cara a cara en el Complejo Celeste sea lo más natural posible, entre personas que ya se conocen. Quería arrancar con un abrazo y no estrechándose la mano.
2) Análisis, estudio y planificación: El DT formó un equipo multidisciplinario (dos asistentes, dos profes, un fisiólogo y un entrenador de arqueros), incluida la incorporación estrella de Óscar Ortega, quien considera el mejor preparador físico del mundo. Con su cuerpo técnico se dividen los partidos de los jugadores que están en consideración, también de los rivales, y hacen un análisis pormenorizado de lo que ven en cada uno.
Tanto él como su cuerpo técnico se involucran con ellos constantemente para saber cómo se encuentran y no solo cuando se abre una ventana de Eliminatorias. El propio DT dijo a Ovación el pasado 14 de enero: “Tenemos que estar disponibles para ellos, atentos y que se sientan observados en el buen sentido. Que se sientan atendidos si tienen algún problema a nivel personal o profesional o si el club donde están no les da el servicio que ellos creen, brindárselo. Es eso. No lo tomo como una obsesión, me gusta estar en todos los detalles”.
Todos los integrantes del cuerpo técnico ocupan un lugar importante. El jueves en la previa, se pudo ver a Carlos Nicola (entrenador de arqueros) hablando largo y tendido con Sergio Rochet en el hall del hotel y a Darío Rodríguez también muy arriba de otros jugadores.
3) Prohibido relajarse: Alcanza con ver en directo a Alonso para darse cuenta que vive por y para el fútbol. Asegura que no es un obsesivo, pero está arriba de todos los temas. Sin ir más lejos, para el partido de Paraguay, que empezó a jugar en su cabeza incluso antes de ser nombrado como DT, tenía más de un equipo en mente porque sabía que el coronavirus le podía jugar una mala pasada. De hecho, fue lo que sucedió. Lucas Torreira y Diego Rossi, que contrajeron la enfermedad, iban a ser titulares y terminaron jugando Matías Vecino y Facundo Pellistri.
Durante los tres días que tuvo de entrenamiento no solo trabajó con distintos futbolistas en el posible 11, también con distintos sistemas para sobreponerse a las situaciones que le imponga el rival. Por ejemplo, Ovación había informado en los días previos que el DT venía trabajando con línea de cinco y así fue de la forma que cerró el partido en Asunción.
4) Motivación y apoyo: Desde atrás de la línea de cal, Alonso no solo fue el entrenador de la Celeste. También fue su hincha número uno. El DT festejó las pelotas divididas incluso más que el gol del triunfo y se fue del estadio al grito de “Vamos Uruguay, carajo”. Se rompió las manos aplaudiendo cada vez que un jugador ganaba un tranque o llegaba a tiempo a un cierre y los alentó ante cada error. En los primeros minutos, cuando el equipo mostró algunos inconvenientes en la salida de la pelota desde el fondo, el Tornado instó a que sigan buscando iniciar las jugadas por esa vía.
Al mismo tiempo, puso especial atención en las “caras nuevas” de Uruguay. Felicitó cada subida de Mathías Olivera, aplaudió cada vez que Facundo Pellistri bajó a colaborar en la marca y le habló especialmente a Agustín Canobbio antes de saltar al campo.
Al entrenador no le tembló el pulso para poner debutantes en un partido trascendental.
Vamo Uruguay!!! pic.twitter.com/NwcMtNOPjZ
— Diego Alonso (@AlonsoDT) January 28, 2022
5) Sentido de pertenencia: Hay un concepto que es fundamental para Alonso: “El jugador de selección es jugador de selección los 365 días del año. Eso es clave. Pueden cambiar de club, religión, partido político, pero no de selección”. Para el Tornado, entender eso, es esencial y por eso se apoya en lo que considera el mejor legado que quedó de la era Tabárez.
Es por eso, en parte, que se aferró a los referentes. Con los primeros jugadores que se comunicó fueron Diego Godín y Luis Suárez. Les respetó la capitanía a ambos y los bancó pese a las críticas de los últimos partidos. En el gol, festejó con los dientes apretados y mirando fijamente al Faraón, que había sido el responsable de la asistencia. Luego, cuando terminó el partido, se fundió en un abrazo con el Pistolero. Los líderes que el Tornado apoyó, sacaron la cara por él.
En las horas previas ellos también cumplieron con el mandato exigido. Suárez se pasó sus dos días en Asunción arriba de Pellistri y Canobbio y Godín también se mostró muy cerca de los nuevos como Mathías Olivera.