CONSEJO DIRECTIVO
Desde la paz en Los Aromos al orden económico, el titular carbonero repasa el inicio de una gestión que tiene una gran ambición: la Ciudad Deportiva.
El miércoles 16 de diciembre de 2020 Peñarol vivió una jornada histórica. Después de más de 30 años el oficialismo dejaba la conducción del club para pasarle el mando a Ignacio Ruglio, quien se transformó en el segundo presidente más joven detrás del legendario Cr. Gastón Güelfi.
Desde ese día hasta hoy, pasaron cinco meses en los que el nuevo Consejo Directivo comenzó a trabajar en puntos fuertes, trazó un camino y lo empezó a recorrer.
No todo fue perfecto, pero hay aspectos a destacar por parte del presidente mirasol en su primera experiencia como titular del club y que también están a la vista.
En primer lugar, el hincha vive de triunfos. Y quiere triunfos. El club también. Y en ese rubro, Peñarol no pudo celebrar. El equipo no llegó a pelear por el Campeonato Uruguayo 2020 y fue un debe muy grande porque además, la copa llevaba en nombre de Néstor "Tito" Gonçalves, el histórico capitán carbonero.
De todas maneras, ese traspié no fue impedimento para que la conducción del club con Ruglio al frente siguiera su curso en base a lo planeado ya que el nuevo Consejo Directivo asumió con el Torneo Clausura como horizonte más cercano y el equipo ya estaba alejado de las primeras posiciones de la Tabla Anual a pesar de que tuvo chances de pelear por el certamen en cuestión.
Aspectos deportivos y económicos marcaron los primeros meses de gestión, pero había algo que para el actual presidente era fundamental y así lo explicó a Ovación: “En un club muy tradicionalista como lo es Peñarol, después de haber estado gobernado más de 30 años por la misma gente, el día que la gente se animara a cambiar el gran objetivo para los primeros meses era mostrarle a los socios que no nos votaron, en manos de quiénes iba a estar la institución. Seguramente mucha gente tuvo miedo y se preguntó ¿en manos de quién estaría el club? El uruguayo es generalmente así con todos los cambios. Entonces lo primero era demostrar lo antes posible que íbamos a ser un gobierno serio”.
En ese sentido, el Consejo Directivo comenzó con una serie de acciones que empezaron a encausar al club en el estilo de conducción que Ruglio pretende darle ya que muchas eran las interrogantes.
¿Están preparados para conducir a Peñarol? ¿Qué van a hacer? ¿Cómo habrán encontrado al club? ¿Sabrán cómo manejarlo? Esas preguntas estaban arriba de la mesa ni bien Sentimiento 1891 ganó las elecciones y de inmediato sus integrantes se encargaron de empezar a despejar dudas.
“Hoy en cinco meses de gestión, por ejemplo, el 100% de los sueldos los tenemos pagos, el club está en vías de ordenarse y hemos dado muestras de seriedad en una conducción que no hace cosas ridículas, que no se sale de la línea de lo propuesto en la campaña ni avergüenza al socio. Por suerte mucha de esa gente que tenía dudas acerca de la gestión hoy nos dice que más allá de cómo salgan las cosas, ven que hay una tranquilidad que antes no había en el club. Se apostó por este cambio y entiendo que estamos por el buen camino. Era una meta fuerte en lo personal mostrarle lo antes posible a nuestros socios que más allá de cómo nos vaya en la cancha, íbamos a ser un gobierno serio, dedicado y responsable ”, agregó el titular aurinegro.
La gestión
Ordenar la parte deportiva era uno de los puntos más importantes para Ingacio Ruglio como presidente de Peñarol. Para eso se rodeó con históricos del club como Walter Olivera, Pablo Javier Bengoechea y Gabriel Cedrés.
“El objetivo era traer a alquien identificado con Peñarol y Pablo era el indicado. Él trajo al ‘Indio’ y al ‘Gaby’, gente laburadora porque esa es es la constante en la vida de Pablo. Necesitábamos gente que trajera paz al club, que hubiera paz en Los Aromos y con ellos lo conseguimos. Hasta los jugadores lo resaltan en cada nota que les hacen. Pero ordenar la parte deportiva era primordial para empezar a trabajar en un montón de cosas más que hay previstas y en las que venimos trabajando, pero sabemos que se puede hacer todo con más calma si la cancha está bien. Y por ahora no se ganó nada, hay que ser realistas y tener los pies sobre la tierra, pero estamos trazando un camino y en la diaria te das cuenta que hay cambios y que son para el bien de Peñarol”, explicó Ignacio Ruglio.
Y otro punto clave del área deportiva fueron los contratos. Los jugadores que se fueron y los que vinieron. La idea era tener un equipo competitivo y un banco de suplentes con jugadores que pusieran en peligro a los titulares cada vez que ingresaran a la cancha con el objetivo de potenciar a todo el plantel.
Hubo cambios. Se fueron varios jugadores históricos y referentes. Le dieron paso a otros y hoy Peñarol es un equipo que tiene una idea de juego que sigue creciendo gracias al trabajo de Mauricio Larriera y su cuerpo técnico, y también al compromiso de los jugadores para vivir un presente muy bueno: lleva cinco triunfos consecutivos en la Copa Sudamericana y está a un paso de clasificar a octavos de final después de haber goleado a Corinthians el jueves 4-0 en el Estadio Campeón del Siglo.
Más allá de eso, la continuidad del entrenador se puso en duda después del partido de ida con Cerro Largo, o mejor dicho durante ese mismo encuentro: “La idea de juego siempre estuvo pero ese partido nos empataron 2-2 ganando 2-0. Tuve una charla con Mauricio y él fue el primero en reconocer que sabía que si no se daban los resultados había que ver qué hacíamos, pero así como me dijo eso también me dijo que le íbamos a ganar a Cerro Largo y que no se iba a precisar hablar más de ese tema. Así fue. Yo no soy de creer que hay que atarse a los procesos largos porque no existen, pero tampoco hay que atarse a tomar la decisión de sacar a un técnico si no gana dos partidos como ya ha pasado en Peñarol”.
Para Ruglio no se trata de un proceso: “Es trabajo y es real que a los técnicos hay que dejarlos trabajar porque nadie consigue algo de un día para el otro y menos en el fútbol”.
"Lo que Mauricio trabaja no es normal"
Ignacio Ruglio se refirió también al momento deportivo de Peñarol y remarcó que "lo que Mauricio trabaja no es normal. Ya me lo habían dicho los presidentes de los clubes en los que él dirigió antes y nunca esperé que fuera así. Ha ido de menos a más y nunca fue un desastre. Perdió solo dos partidos y si miramos cómo se dieron, fue algo fuera de lo común. Es un loco que labura y de eso no quedan dudas. Además, hay un camino, una idea, se sabe a lo que se juega y es un equipo que te da cierta tranquilidad en la cancha".
Lo económico también es clave
Además de lo deportivo, lo económico fue otro punto fuerte de los primeros meses de gestión. “El orden económico fue otra prioridad porque Peñarol es un club que gasta entre 6 y 8 millones de dólares más de lo que genera y se juega a ingresos que no son recurrentes, a ingresos que no tiene y son deudas que no te hacen ganar porque tuvimos 20 años muy malos”, contó Ruglio.
El presidente explicó que se hizo un recorte muy grande en el presupuesto general de la institución, comenzando por el del plantel principal: “Siempre está la duda del recorte sí o recorte no, pero gastando de esa manera nos fue mal y la realidad es que hoy tenemos la meta con el equipo económico que lidera Eduardo Zaidensztat de gastar 4 millones de dólares menos por año y creemos que el club puede ser mejor en todos los aspectos gastando menos. Eso te permite no vender tan apurado y permitir que no haya deudas con jugadores, algo que ha sido una constante a lo largo de todos estos años y lamentablemente eso genera fracturas en la concentración, por eso nos propusimos ordenar ese aspecto también”.
Cuidar el patrimonio del club
Desde la llegada de Ignacio Ruglio a la presidencia de Peñarol, el club se plantó fuerte ante diversas situaciones que se venían generando con los jugadores juveniles, representantes y empresarios. En ese sentido, el titular bajó una línea que se votó por unanimidad en el Consejo Directivo: todo jugador que entrene en el primer equipo deberá tener un contrato firmado a largo plazo en la institución.
“Marcamos una línea clara con eso. Apostamos a que los jugadores en los que el club invirtió reconozcan ese esfuerzo y el que no quiere firmar que se media vuelta y se vaya porque Peñarol invierte mucho dinero en varios aspectos para la formación de los jugadores y no queremos que los empresarios saquen su tajada de eso con altos porcentajes o llevándose a los futbolistas como pasó con Matías Mir”, dijo Ruglio, agregando además que “con Facundo Torres tuvimos la pelea más grande para lograr la renovación, pero se llegó a un acuerdo y hoy tenemos en él y en el ‘Canario’ Álvarez Martínez los patrimonios más grandes del club además de un montón de contratos que ya hicimos y otros que quedan por hacer, pero queremos marcar un camino y vamos a pelear por esto”.
“No vamos a permitir que los representantes sigan atados a altos porcentajes del pase de un jugador y por más que ese futbolista sea un buen proyecto como ya ha pasado, si no firma con Peñarol, preferimos que siga para otro lugar”, remarcó el titular carbonero.
Lo que aún queda por hacer
Hay varios aspectos que la gestión que encabeza Ignacio Ruglio en Peñarol tiene previstos a desarrollar y mejorar como la construcción de la Ciudad Deportiva, el fútbol femenino y el rol social con los hinchas.
“Hay algo que he venido hablando mucho con José Decurnex (presidente de Nacional) y es que ahora los grandes tenemos un desafío muy grande, más grande del que la gente puede ver y es el desembarco de las Sociedades Anónimas Deportivas en Uruguay porque a lo largo de la historia se compitió de manera muy desigual con el resto de los clubes en cuanto a la cantidad de ingresos. Era muy grande la diferencia. Hoy hay una realidad y es que las SAD vienen con dos, tres o cuatro millones de dólares para infraestructura deportiva como quien pone 50 mil pesos, contratan jugadores y no tienen esa presión de ganar como la tienen Peñarol y Nacional. Consiguen fondos rápidos y que son apetecibles para gurises de la captación. Yo veo que hoy en día hay seis o siete SAD que tienen su complejo deportivo, que tienen convenios con clubes del exterior y ahí pasamos a tener competidores que ponen en riesgo nuestro modelo de administración y si no nos readministramos y si las ciudades deportivas de Peñarol o Nacional no nos va a alcanzar solo con la marca. O te reconvertís o en un abrir y cerrar de ojos te están comiendo el mercado y hasta la competencia adentro de la cancha. Entonces uno de nuestros grandes objetivos es seguir invirtiendo en la infraestructura para que la nuestra sea la mejor del Uruguay y por eso el desarrollo de la Ciudad Deportiva es clave”, explicó Ignacio Ruglio.
Acerca de esto, el presidente aurinegro contó que el proyecto ya está terminado y próximamente se hará un llamado a licitación de empresas constructoras para comenzar a trabajar ya que se consiguieron las líneas de crédito para financiar el plan que se construirá en etapas y la idea es comenzar las obras lo antes posible —se estima segundo semestre de este año— ya que la idea es que el club se concentre en un solo lugar.
“Soñamos en un tiempo cercano tener a nuestras formativas, al primer equipo y al fútbol femenino en esa Ciudad Deportiva, caminando hacia donde aspiramos que es volver a poner a Peñarol en ese lugar de privilegio que supo tener en el mundo del fútbol”, dijo Ruglio.
En cuanto a las etapas de la construcción de la Ciudad Deportiva, la primera incluirá dos canchas de césped sintético y dos de césped natural más vestuarios y la estructura edilicia necesaria como para que el área deportiva pueda comenzar a trabajar allí en una primera instancia.
Luego vendrán las otras canchas al proyecto que incluye un total de 11 y que también tendrá una casa para los juveniles que es el gran anhelo de Peñarol para redondear la Ciudad Deportiva.
Por otra parte, el presidente remarcó que otro punto a mejorar es el desarrollo del fútbol femenino: “Tenemos un debe muy grande ahí. Necesitamos crecer, firmar contratos profesionales porque no somos del discurso barato. Lo vamos a hacer y apuntamos a eso. Lo exigen Conmebol y FIFA. Hay que profesionalizar contratos para que las gurisas no se nos vayan a otro lado. Pretendemos que tengan un lugar de entrenamiento y no tener que estar alquilando como se hace ahora”.
El socio también juega un rol importante para Ignacio Ruglio y acerca de eso remarcó que “Peñarol ha sido protagonista en muchas cosas del área social y estamos muy presentes junto a nuestros asociados. Tenemos que reconocer más al socio que por ejemplo en plena pandemia sigue pagando la cuota. También hicimos protagonista a las mujeres con la creación de la Comisión de Género y queremos que sigan interiorizándose en la vida del club porque es algo que nos hace más fuertes a nivel institucional”.
La calma que antes no había
La llegada de Ignacio Ruglio a la presidencia tiene un punto importante y es la decisión del titular de hacer partícipe en las decisiones a todos los grupos que estuvieron en las elecciones y que hoy cuentan con representación en el Consejo Directivo.
“Conservar la calma política era otro de los grandes objetivos en el inicio de nuestro mandato. Y si mirás bien en estos cinco meses no hubo problemas políticos y eso es un diferencial muy grande porque permitió que se respirara un clima de calma. Hoy todos los grupos tienen un lugar en el club y no hay ninguno que diga que llegamos con ánimos de revanchismo”, contó el presidente carbonero agregando que “las principales comisiones de seguimiento económico y legal que controlan todos los dineros del club está presididos por grupos opositores y eso genera la calma política que necesitamos porque todas las decisiones del club pasan por todos los grupos y por más que lleve tiempo y horas de llamadas y trabajo, son horas que invertís para no generar problemas internos y en eso estamos muy conformes durante estos primeros meses”.