SELECCIÓN
Los mejores minutos de la Celeste contra Portugal fueron con Giorgian de Arrascaeta y Facundo Pellistri; con ellos en cancha mejoró Federico Valverde.
Cuando Uruguay había quedado contra las cuerdas en las Eliminatorias tras el 0-3 en La Paz con Bolivia llegó Diego Alonso y le dio su impronta al equipo, lo que le permitió ganar los últimos cuatro partidos y pasar del séptimo al tercer lugar para clasificar con una fecha de anticipación al Mundial de Qatar. Además de aspectos relacionados a lo motivacional -algo lógico en un plantel que venía caído después de varias derrotas- el Tornado le dio mucho más a la selección y lo más rescatable: ser ambicioso, salir a jugar en campo rival sin temores, con argumentos.
Por ello, sorprende cómo Uruguay no ha aprovechado su potencial en Qatar, al menos hasta ahora. Nicontra Corea del Sur ni ayer ante Portugal, Uruguay salió a ser protagonista. Salió a esperar, cauteloso, cuidando el cero propio.
La fórmula no resultó. La línea de tres centrales casi nunca fue así; fueron cinco defensores, porque cuesta encontrar un momento del primer tiempo en el que Guillermo Varela y Mathías Olivera hayan actuado como carrileros, generando peligro en ataque. Sin el protagonismo esperado de los laterales, había que esperar por una genialidad de los atacantes o un rompimiento de líneas de Federico Valverde o Rodrigo Bentancur. Solo el jugador del Tottenham lo logró en una oportunidad y casi anota el primer gol.
Portugal, sin generar grandes chances de gol, fue el que se adueñó de la pelota en el primer período, mientras Uruguay adoptaba el envío largo a los delanteros para que Pepe y Rúben Dias se destacaran en el juego por elevación.
Estando 0-1, con el ingreso de Facundo Pellistri y Giorgian De Arrascaeta (62’), se vieron las primeras triangulaciones en ofensiva, con un Valverde posicionado más arriba, más suelto, como tiene que jugar.
Durante 70 minutos Uruguay no probó a una defensa que había reflejado contra Ghana que es endeble. A los 74’ Valverde le metió un pase filtrado a Pellistri, el extremo encaró y le dejó el remate servido a Maxi Gómez, quien de primera lanzó al palo.
Esa fue la primera situación de gol que generó Uruguay de manera colectiva casi que en el Mundial. Porque antes habían sido impulsos individuales o jugadas de pelota quieta, como el cabezazo de Diego Godín al palo con los asiáticos.
Minutos más tarde Valverde le metió un pase filtrado a De Arrascaeta, quien quedó frente al arquero Diogo Costa y no definió bien. Otra acción en la que quedó reflejado cómo con el equipo más adelantado se puede sacar rédito de este tipo de incidencias.
Ahora el momento impone. Uruguay tendrá que ser protagonista ante Ghana si pretende avanzar. Uruguay necesita de un DT más ambicioso, como aquel de las clasificatorias.