COPA ARGENTINA

Boca y River brindaron otra función del Superclásico en la Copa Argentina. Tras el empate en los 90 minutos reglamentarios, los dirigidos por Miguel Ángel Russo se impusieron 4-1 desde la tanda de penales y sellaron el pasaje a los cuartos de final del certamen, donde deberán enfrentar a Patronato. Sin embargo, la historia pudo haber sido diferente si el conjunto Millonario hubiese convertido una ocasión manifiesta de gol a la media hora de juego. 

Fue una gran jugada colectiva. Julián Álvarez ganó la pelota de espaldas y en las alturas, la pelota le quedó en los pies a Braian Romero y el ex-Independiente habilitó al campeón de América, que sacó ventaja por su velocidad al desbordar por el sector izquierdo. Izquierdoz intentó marcarlo, pero un enganche fenomenal del joven delantero lo dejó por el piso. Luego, Álvarez percibió la llegada al área de Romero, que estaba debajo del arco, y lo asistió de inmediato, pero el artillero no pudo convertir. ¿Qué pasó?

A simple vista pareciera que Rossi, arquero xeneize, alcanzó a desviar la pelota con sus guantes y eso hizo que el atacante, que llegaba en velocidad para definir la jugada, se terminara pasando del sitio donde estaba la pelota. 

Por si faltaba algo, en el rebote River tuvo la oportunidad de convertir a través de Zuculini, pero el mediocampista definió de forma imprecisa. En la misma jugada el Millonario lo tuvo dos veces, pero faltó eficacia ante el arco rival.