OPERATIVO
En términos económicos, para Nacional la realización del espectáculo supuso una importante pérdida entre comisiones, personal, limpieza del estadio y debido a que sus socios entraron gratis.
Cómo hicieron los hinchas de Peñarol para ingresar una gallina inflable al Gran Parque Central (GPC) en el clásico del domingo ante Nacional? ¿En qué momento sortearon los controles de seguridad? ¿Qué fue lo que falló en el operativo? Son algunas de las interrogantes que se planteó investigar de oficio la Fiscalía con los fiscales Leonardo Morales y Fernando Romano a la cabeza.
Hasta el momento, sobre lo sucedido fuera del escenario, la hipótesis que tomó más fuerza entre las autoridades sostiene que un hincha se coló con un bolso en mano, durante el recorrido, a uno de los 50 ómnibus que Cutcsa dispuso para el traslado de la parcialidad aurinegra. En ese bus viajó la tela que desplegaron para armar una gallina a la que luego inflaron con globos por dentro.
El área de seguridad de la Asociación Uruguaya de Fútbol le pidió explicaciones al Ministerio del Interior para dilucidar estos y otros hechos que acabaron con las instalaciones dañadas del GPC. El costo deberá asumirlo Peñarol.
AUF también consultó por la entrada de banderas que hicieron alusión a la muerte del Washi, un hincha de Nacional asesinado en enero. Lo que se dispuso de antemano es que antes de acceder a la tribuna, el público visitante pasara por tres controles policiales y luego por un filtro de entradas.
Las dudas en Nacional
¿Quiénes y en qué momento ingresaron la grasa que tenían los paravalanchas, tejidos y baños? ¿Se volverá a jugar el clásico en el Parque Central? Nacional tendrá tiempo para analizar estas y otras cuestiones en comisión directiva. Por lo pronto, los dirigentes prefieren concentrarse en el triunfo clásico, aunque ya algunos, como el propio presidente José Fuentes, dieron señales de que si la seguridad no cambia, será imposible repetir el escenario en estas condiciones: “Si nosotros queremos seguir teniendo hinchas visitantes, hay que tomar medidas para que estos energúmenos no entren más”, dijo a Azul FM.
“No voy a justificar eso (por la grasa), porque está mal y no debe ser, pero tampoco es que estaba todo engrasado. No es que alguno se fuera a matar o a caer como dicen porque ninguno se tiene que subir ahí. Si esto se hubiera hecho como medida de prevención, no me parecía tan mal”, concluyó.
La visión de la seguridad tricolor
Desde la seguridad tricolor dijeron a Ovación que todo lo planificado en relación al barrio y a la logística de los hinchas locales transcurrió sin incidentes. “Más allá de los dos o tres que respondieron a los pedazos de baños que tiraban desde la Scarone, se contuvo a la gente. No hubo invasión de cancha. En nuestra parte operativa la contención del publico local funcionó bien”, explicó el encargado del área, Wilson Miraballes.
Por orden del presidente José Fuentes se pintaron partes de la tribuna que contenían mensajes dirigidos a la hinchada rival. “Que alguien colocara grasa me preocupa, porque burló la seguridad”, dijo sobre el acto que, sospechan, sucedió en la noche.
El costo económico de jugar el clásico en el GPC
En términos económicos, para Nacional la realización del espectáculo supuso una pérdida superior a US$ 100.000 entre comisiones, personal y limpieza del estadio.
Por concepto de venta de entradas el club recibió más de US$ 53.000, correspondientes a la hinchada visitante, dado que sus socios no pagaron.
“Con suerte vamos a perder US$ 150.000”, aseguró a Ovación el dirigente Gonzalo Lucas.