TORNEO APERTURA

No hay nada extraño, ni siquiera puede sentirse esa sensación de que hay algo distinto porque recién se ingrese a competir en al tercera fecha del Torneo Apertura. Nacional, que perdió en el estreno y pudo recuperarse en el segundo cotejo, tiene que volver a ganar.

Es que la victoria, incluso por encima del nivel de juego, aliviará la carga sobre jugadores y entrenador y traerá buenos aires a una semana del enfrentamiento clásico.

Y no es nada extraño, tampoco, que este compromiso ante Liverpool en el Gran Parque Central hasta se convierta en una última prueba de fuego para futbolistas cuyo nivel no alcanza los valores que se le demandan a futbolistas de un equipo grande.

El reto, además, es también muy significativo para el Negriazul, porque ser parte del tridente líder del campeonato y una jornada en la que sus socios de la tabla también tendrán competencia, demanda una respuesta acorde al lugar que se ostenta.

Sí, Nacional tiene que ganar porque juega en su cancha, porque es el equipo grande, pero Liverpool armó un equipo para pelear de verdad por el Campeonato Uruguayo que le es esquivo y si quiere demostrar que está en condiciones de hacerlo, hoy jugará en un lugar muy especial en el que le es vital golpear fuerte en la mesa.

Que Nacional y Liverpool protagonicen un encuentro de gran expectativa y de suma importancia, no implica que algo similar tengan que hacer Danubio y Fénix, los otros dos equipos que arrancaron con puntaje perfecto el Apertura.

Para los dos equipos, además, hay hoy una pequeña ventaja: son anfitriones de sus adversarios.

Los albivioletas empiezan bien tempranito, porque a la hora 9.30 recibirán a Montevideo Wanderers. El bohemio viene entonado, porque consiguió la victoria sobre Cerro Largo en el Parque Viera.

Para la Franja la historia de capturar nuevamente las tres unidades comenzará a la hora 17 y ante Rentistas, que no viene de la misma forma que lo hace el conjunto de Jorge Fossati porque fue goleado por Nacional en el Centenario.

Como fue dicho, entonces, no es nada singular que de entrada ya haya que demostrar jerarquía o confirmar pretensiones deportivas.