ENTREVISTA
"Mañana puede ser una gran estrella como puede estar jugando en Cerro o Rampla", dijo el Principito sobre Brian Ocampo.
Ruben Sosa se calza todos los lunes el traje de asador y parte rumbo al Bar Arocena para disfrutar de una cálida parrilla a las brasas con amigos. Así como en la cancha se encargaba de distribuir el juego, ahora es quien prepara y sirve la carne mientras un pequeño grupo de veteranos pagan un ticket y solo se preocupan por “comer abundante”.
El resto de los días piensa y vive para Nacional, donde es un colaborador vitalicio. Desde hace algunos meses, abocó su rol únicamente a los juveniles, en la Ciudad Deportiva de Los Céspedes. Dice que está allí para sumar y, principalmente, para disfrutar. Porque Ruben Sosa es eso: “Alegría, alegría”.
“Lo mío no es laburo. Laburo es ir a hacer un pozo ocho horas. Lo mío es divertirme y enseñarle a los chicos a que mejoren lo que tienen. Estoy explicándoles cómo definir y pegarle a la pelota. Yo sumo, no quiero ser entrenador. Apoyo a los entrenadores”, manifestó a Ovación.
Tomó con buenos ojos la llegada de Luis Suárez al fútbol uruguayo y recomendó a Edinson Cavani yMartín Cáceres, que todavía siguen sin equipo, ir por el mismo camino: “Tienen que estar acá, como eligió Suárez. Él tiene tres meses para entrenar bien, para estar cerquita de Nacional y de la selección. Si ellos no tienen equipo y se van para Europa y viajan cada cinco días en avión, no sé si llegan (al Mundial de Qatar). O mismo si van a Europa, a esta altura no sé si juegan”.
Conoce al Pistolero desde que era un juvenil. De hecho, estuvieron juntos en la reinauguración del Gran Parque Central en 2005. Sosa era ayudante de Martín Lasarte, por entonces director técnico de la Primera División, y Suárez peleaba por ascender a la máxima categoría junto a Martín Cauteruccio y Bruno Fornaroli.
Con 35 años, nota que se ha convertido en un profesional de “primer nivel”, que en Uruguay descansa mejor y que jugar en el país lo favorece. “Dicen que es un gordo, pero está muy fino y muy bien. Es profesional y está para sus últimos años, pero bien. Está contento. Cuando llegás a cierta edad y ya hiciste todo, tenés que disfrutar de tus últimos años”, dijo. Y profundizó: “Veo que está trabajando muy bien físicamente. Después, lo otro lo tiene. Se está cuidando, entrenando bien, va al gimnasio, descansa bien, no tiene que viajar cinco horas en avión para jugar un partido y eso es lo que buscó”.
"A mí no me des un vestuario con aire acondicionado; dame jugadores. Son las raíces nuestras".
Aunque la última visita de los tricolores a Belvedere despertófuertes críticas -en especial del presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Ignacio Alonso- por el estado del vestuario visitante, Sosa no ve como un problema que un jugador mundialista visite canchas en las que las condiciones no son tan amenas como en Europa. Por el contrario, señaló que forma parte de las “raíces” uruguayas, de la “garra charrúa, que vibra y nace para el fútbol” y que diferencia al uruguayo. “Él (por Suárez) quiere vivir en su casa, en donde nació. Entrena con Nacional y de repente se va a su casa a comer y vuelve al complejo de la selección a hacer algo. Tiene todo a sus manos. Se está entrenando para su último Mundial. ¿Acá no tenemos lindos vestuarios? Bueno, pero ganamos todo. ¿Por qué vienen a buscar uruguayos? Porque en Europa no existen, no tienen los jugadores que nosotros tenemos. En Europa tienen los mejores vestuarios, sintéticos, todos tienen 30 pares de zapatos y nosotros jugamos con dos. En este país, de cada 10 niños que nacen, ocho saben jugar al fútbol. A mí no me des un vestuario con aire acondicionado; dame jugadores. Son las raíces nuestras”.
Por sus raíces y autenticidad, Sosa no dudó en declarar meses atrás a Sport 890 que Brian Ocampo estaba “pensando más en irse para Europa que en jugar” en Nacional, aunque la frase le costara un rezongo de la directiva. Hoy, lo analiza con algo más de cautela: “Yo me calenté. Dije que los jugadores son modelos, que ganan muy bien -porque hoy en día un jugador profesional gana US$ 30.000 y antes ganábamos US$ 5.000-, pero que no pierdan la alegría de jugar al fútbol y respetar al club. Es como dije siempre: no me toquen a Nacional. Si yo veo que no están metidos, hay que salir a decirlo”, sostuvo. “Yo no tengo problema con nadie. Si él quiere hablar me saluda y ya está. Yo lo dije por su bien. Mañana puede ser una gran estrella como puede estar jugando en Cerro o Rampla. Se lesionó dos veces. Ahora está bien. Está muy bien físicamente y es un jugador distinto, un clase A”.
Suárez y el acierto al regresar
El Principito respaldó la decisión de Luis Suárez de volver a Nacional tras 16 años en Europa. No solo cree que, a su edad, le hará bien desde lo emocional; también lo visualiza en lo deportivo: “Es lo que él quiere vivir. Hoy en día te hablan de Suárez en el vestuario de Liverpool y ese es nuestro país, sí, pero ¡tenemos jugadores, monstruo! Somos 3,5 millones de habitantes y ganamos 15 Copa América y dos campeonatos del mundo. No pueden creer lo que hemos ganado con 3,5 millones de habitantes. ¿Por qué llegamos? Por la garra charrúa. ¿Por qué quieren jugadores de acá? ¡Que se vayan a cagar!”, soltó.
Sosita dijo, a su vez, que el regreso favorece a Brian Ocampo: “Duerme con Suárez. Y si está durmiendo con Suárez, él le va a decir: ‘Quedate al lado mío y vamo' arriba. Te dejo las pelotas para que definas vos’”.
Las chances de Uruguay en Qatar
"El mejor Cavani y el mejor Suárez fueron los de los mundiales anteriores y siempre se lesionaron. Una cosa es la Copa América y otra el mundial, que lo ven hasta en la luna"
No es uno de sus candidatos, pero si fuera la Copa América en lugar del Mundial, Rubén Sosa no lo dudaría y pondría a Uruguay entre los favoritos. Al ser una Copa del Mundo, de la que participan 32 seleccionados, prefiere ser precavido: “Creo que podemos dar la sorpresa; no hay que apuntar a campeones. Ojalá que me equivoque. Pero el Mundial es muy difícil”.
Y aunque se refirió, de igual manera, con buenos ojos al equipo de Diego Alonso, reiteró que las chances para la selección serán mínimas. “Tenés selecciones que han ganado muchísimo. Hoy, en Sudamérica, la veo más para Brasil, después meto a Uruguay y a Argentina, pero es muy difícil. Los últimos mundiales se lesionaron Cavani y Suárez y Uruguay ya no era el mismo. Hoy, los tenemos terminando el último Mundial.
El mejor Cavani y el mejor Suárez fueron los de los mundiales anteriores y siempre se lesionaron. Una cosa es la Copa América y otra el mundial, que lo ven hasta en la luna, se para el mundo. Es totalmente distinto; no es que sea mas fácil la Copa América, pero Uruguay tiene el plus de que tiene 15”, subrayó.
El recuerdo dulce de las selecciones del 86 y 90
Para Sosa, las “mejores selecciones uruguayas” fueron las del Mundial de México 1986 y la de Italia 1990. “Me parece que se merecían algo más. Fueron dos selecciones importantes. No logramos lo que queríamos, teníamos un buen plantel. A esas les faltó suerte, pero era para estar mas arriba”, aseguró el exfutbolista, que debutó en la mayor con 18 años y luego participó del Campeonato del Mundo en 1990. En esa edición, disputada en Italia, la Celeste quedó afuera en la fase de octavos de final, al igual que en México en 1986, esta vez contra el semifinalista Italia.
Entre sus recuerdos, destacó la experiencia de haber compartido plantel con futbolistas de renombre. “Jugabas con jugadores clase A. Jugué con los fenómenos: el Enzo (Francescoli, el Pato Aguilera, Ruben Paz, muchísimos jugadores que la rompían en sus equipos”.
El alto nivel también aumentaba la competencia interna en los entrenamientos: “En el fútbol tenis nos divertíamos. Pero en los tiros libres el que le pegaba mejor te gastaba. Nos quedábamos a patear para aprender”.
En la selección jugó un total de 46 partidos e hizo 15 goles. Fue campeón de la Copa América 1987, en Argentina, y de la de 1995, en Montevideo. Salió subcampeón en Brasil 1989.
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A Ruben Sosa no le bastó con ganar tres campeonatos uruguayos con Nacional (incluido el de 1998, que cortó el quinquenio), sino que luego fue ayudante técnico del club y ahora sigue de cerca los pasos de los divisiones formativas, bajo el mando de Fernando Curutchet, su coordinador.
Además, es socio del encargado del Bar Arocena, que está ubicado en el corazón de Carrasco. Por eso, cada vez que puede, da una mano prendiendo el fuego y semanalmente prepara asados. “Invertí plata ahí y soy socio del jefe”, contó.