TORNEO CLAUSURA
En una tarde de fiesta en el Prandi, Peñarol venció a Plaza Colonia y quedó a cinco puntos en la Tabla Anual superando a Nacional.
Fue una tarde de fiesta. El Parque Prandi se vistió de gala para recibir el encuentro entre Plaza Colonia y Peñarol por la primera fecha del Torneo Clausura.
Unas horas antes del inicio las inmediaciones del Prandi comenzaron a tornarse coloridas. Adultos y jóvenes identificados con los colores de ambos equipos esperaban con ansias a los jugadores. De hecho, se podían visualizar a los habitantes de los edificios aledaños al estadio con banderas identificatorias de Peñarol y Plaza Colonia. Incluso habían algunos que portaban ambas banderas con orgullo dentro del mismo apartamento.
“Yo hincho por Plaza”, dijo una vecina de la zona sosteniendo la bandera con orgullo. Y si bien sostuvo que no podía asistir al estadio “por falta de plata”, de todas formas se mostró alegre por seguirlo por televisión a pocos metros.
Una vez comenzado el partido, las emociones no escasearon y, si bien durante la mayor parte del primer tiempo ambos equipos se neutralizaron, en el cierre de esa etapa llegó la primera alegría para el mirasol: tras un centro desde la derecha de Agustín Canobbio, que durante todo el partido fue incontrolable para Camargo, el canario conectó de cabeza en el segundo palo y estampó el 1-0 ante la mirada incrédula de Mele, que nada pudo hacer.
Fueron unos segundos de silencio. La hinchada local detuvo su cántico casi incesante para lamentar ese tanto. Pero tras un “vamos, vamos” de uno de los más experientes de la tribuna principal, el público retomó su frescura habitual. Y si bien debieron esperar casi veinte minutos para festejar, el tanto de Renzo López a los 57’ les dibujó una sonrisa: “albiverde, albiverde...” comenzaron a expresar entre gritos y aplausos. Todo se potenció cuando el ex-Wanderers fue corriendo a dedicarle ese gol a su parcialidad. A partir de allí, el Pata Blanca, que estaba con uno menos desde los 30 minutos por la expulsión de Redín, logró asentarse en el partido e incluso generó peligro a partir de la precisión de Souza y la velocidad de Dibble, dos de los más destacados del elenco de Eduardo Espinel.
Sin embargo, los de Larriera pegaron en el momento justo ante el campeón del Apertura. Otra vez, Canobbio asistió al canario Álvarez Martínez con una muestra de generosidad increíble, ya que le cedió el pase al medio y el jugador de la Celeste solo tuvo que definir. Fue un partido diferente porque retornó el público al Prandi, pero hay aspectos que nunca cambian en Peñarol. Sobre todo, dos en concreto: el desequlibrio ofensivo de Canobbio y la ubicación dentro del área de Álvarez Martínez.
El aurinegro ganó y arrancó el Clausura con buen pie. Además, pasó a Nacional y se posicionó segundo en la Anual. Quedó a cinco puntos de Plaza a falta de 14 fechas.