CUARTOS DE FINAL
El equipo de Mauricio Larriera sigue creciendo en lo colectivo y ahora se apronta para poder lograr sellar el pasaje a las semifinales del torneo.
Ganar en el exterior era una cuenta pendiente de Peñarol que había transformado en un karma durante los últimos años, sobre todo después de la recordada campaña que lo tuvo en la final de la Copa Libertadores 2011.
El aurinegro se consagró en varias oportunidades como campeón del Uruguayo y dominó el fútbol local, pero a la hora de salir a jugar fuera de fronteras, la historia era otra, lejos de la esperada o mejor dicho, lejos de la que el club está acostumbrado a escribir.
Los hinchas acumularon decepciones y como dato, desde 2011 que el equipo no logra superar la fase de grupos y avanzar a los octavos de final de la Copa Libertadores.
Similar era la historia en la Copa Sudamericana. El aurinegro tenía como techo apenas la fase de octavos de final hasta que en 2021 la historia comenzó a mejorar.
De la mano de Mauricio Larriera, el carbonero adoptó un estilo de juego y una idea clara que si bien ha tenido algunos vaivenes -sobre todo en el inicio de este proceso- llevó a que hoy Peñarol esté entre los ocho mejores equipos de la Sudamericana y con grandes chances de meterse en semifinales ya que le ganó el partido de ida de cuartos de final a Sporting Cristal por 3 a 1 como visitante en Lima y definirá la serie como local el miércoles 18 de agosto desde la hora 19:15 en el Estadio Campeón del Siglo.
Y la actual es sin dudas la mejor campaña de Peñarol en la Copa Sudamericana, certamen en el que debutó en el año 2004 venciendo en la primera serie a Danubio para después ser eliminado por Cerro Porteño de Paraguay.
Luego pasaron seis años para que el mirasol volviera a disputar este torneo. En 2010 eliminó al Barcelona de Ecuador y quedó por el camino con Goias de Brasil. En 2013 no pudo con Cobreloa, en 2014 dejó por el camino a Jorge Wilstermann y Deportivo Cali, pero en octavos perdió la llave con Estudiantes de La Plata.
En 2016 no pudo con Sportivo Luqueño de Paraguay y en 2018, ya viniendo desde la Copa Libertadores, el aurinegro cayó con Athletico Paranaense. En 2019, con ese mismo recorrido, eliminó a Deportivo Cali y luego cayó con Fluminense, y en 2020 no pudo superar a Vélez Sarsfield.
La pobre actuación de Peñarol en el Campeonato Uruguayo 2020 lo llevó a la Sudamericana -no clasificó a la Libertadores- y fue ahí que se comenzó a gestar este gran presente del carbonero.
Hasta el momento, el equipo de Larriera lleva 11 partidos jugados entre primera ronda, fase de grupos, octavos y cuartos de final con siete triunfos, dos empates y dos derrotas con un saldo de 25 goles a favor y solamente nueve en contra.
La versión sigue mejorando y más allá de que el aurinegro no está de lleno en la pelea por el Torneo Apertura 2021 -aunque mantiene chances matemáticas-, la Copa Sudamericana es el gran objetivo de un equipo que ya demostró sus argumentos para estar en el lugar que está y que ahora va por más: llegar a semis.
Con una idea clara, un estilo que no se negocia y los resultados que viene consiguiendo, Peñarol se aferra a la ilusión que tiene un sustento clave como el buen fútbol.
La campaña en la Copa Sudamericana
DE VISITANTE
El equipo de Mauricio Larriera lleva seis partidos jugados en condición de visitante en lo que va de esta edición de la Copa Sudamericana con un saldo de tres victorias, dos empates y una sola derrota, con 10 goles a favor y solamente seis en contra.
DE LOCAL
?Jugando como local en el Estadio Campeón del Siglo, Peñarol suma cinco encuentros jugados en esta Copa Sudamericana con cuatro triunfos y una sola derrota. El saldo goleador lo tiene con 16 tantos convertidos y solamente tres recibidos.
CASI LA MITAD
El poderío ofensivo de este Peñarol es histórico a nivel de Copa Sudamericana, torneo en el que lleva anotados 58 goles desde su debut en 2004, pero solo en esta edición el equipo de Mauricio Larriera ya anotó 25 en 11 encuentros jugados.