ORÍGENES

El uruguayo Darwin Núñez, que goza de un gran presente como máximo artillero del Benfica en la liga portuguesa, tiene muchos pretendientes como Manchester United, Arsenal o Bayern Múnich, que día a día intentan hacerse del jugador, mientras el elenco de Lisboa hace todo lo posible por no perderlo de sus filas. Pero, aun así, con tantas ofertas, el uruguayo no se olvida sus orígenes. 

Un año y medio atrás dejó Almería (su primer equipo tras su salida de Peñarol) para probarse en el país vecino por 24 millones de euros. Pero ni el dinero, ni sus 35 goles en 65 duelos, ni tampoco su destacada participación en Champions League le nublaron la humildad y los recuerdos de su infancia.

Darwin nació el  24 de junio de 1999 en del departamento de Artigas. Ciudad que recordó en una entrevista que brindó a UEFA Eleven Sports y reprodujo Sport. "Es una ciudad que siempre llevaré en el corazón, fue donde nací y crecí. Cuando sonaba el timbre del colegio siempre tenía la pelota al lado de la silla y salía corriendo a jugar con mis compañeros. Jugamos descalzos en terreno rocoso. Era común que alguien perdiera un pedazo de un dedo”, expresó el delantero.

El atacante de la selección de Uruguay también recordó una promesa que le hizo a su madre: "Siempre que faltaba comida, mi madre nos daba la suya. Yo siempre decía que si conseguía ser futbolista profesional, con el dinero suficiente para comprarme una propiedad, le regalaría una nueva casa", rememoró el uruguayo, que cuando alcanzó la posibilidad, no dudó en concretar el pacto.

"Cuando llegué al Almería, eso fue lo que hice: le compré seis hectáreas de terreno y se las regalé", añadió Núñez.

El futbolista charrúa también habló de su pasaje por el elenco que dirige Nélson Veríssimo y dijo que "es un privilegio estar en un gran club europeo como el Benfica".