ENTREVISTA

No demora en responder el WhatsApp; tampoco la llamada. Atiende y lo primero que hace es preguntar cómo está el periodista. Nada de misterios, sencillo como siempre. Su parte humana seguramente es una de las virtudes que lo ayudan a ser un entrenador querido, así como respetado por los jugadores. De hecho, Guillermo Almada quedó contento y orgulloso por la cantidad de mensajes que recibió tras el título que ganó con Pachuca en México. Pero los que más le llegaron al corazón fueron los de sus exfutbolistas, los que más lo conocen: “Me escribieron jugadores que dirigí en Tacuarembó, River, Barcelona y Santos Laguna. Esos mensajes tienen un valor inmenso para mí ya que significan que les dejamos algo cuando dirigimos”, señala.

Por primera vez en mucho tiempo, Almada tendrá la posibilidad de estar varias semanas con su familia en Uruguay. Como pasó en todo el mundo, la liga mexicana terminó con mucha anticipación por el Mundial de Qatar, que empezará el próximo 20 de noviembre, y recién volverá a los entrenamientos con el campeón en los primeros días de diciembre para esperar por el inicio de un nuevo certamen en la segunda semana de enero. Mientras tanto, disfruta de los días entre su casa en un barrio privado de Canelones y Tacuarembó, donde tiene a parte de la familia de su esposa y donde disfruta de la tranquilidad del departamento: “Me gusta manejar y compartir ese rato de ruta con la familia”, explica quien tiene tres hijos, dos de ellos -los más pequeños- que viven con él y su pareja, Analía.

CAMPEÓN. No fue una presión extra para Almada haber llegado a su tercera final en el fútbol mexicano sabiendo que había perdido las dos anteriores. “Significa que venimos haciendo las cosas bien con mi equipo de trabajo, porque definimos los campeonatos”, comenta. Pachuca fue campeón en México ganando las finales con un contundente 8-2 global contra Toluca, el equipo donde es figura el uruguayo Leo Fernández. Hubo unanimidad en la prensa azteca sobre la forma más allá del resultado: todos destacaron que los Tuzos le pasaron por arriba a su rival, con un juego intenso, dinámico y contundente.

“Los caminos son importantes para nosotros. Fue un año de muchas exigencias, somos muy exigentes con los futbolistas en los entrenamientos porque, como les digo siempre, como entrenamos es como jugamos. Encontramos rédito con esa filosofía de trabajo. No es cuestión de imponerles a los futbolistas, sino que ellos mismos vean los resultados y ellos realmente se convencieron. En el primer semestre perdimos la final injustamente porque jugamos mejor, pero nos faltó efectividad y tuvimos errores que nos costaron perder, y en este campeonato mantuvimos el nivel del semestre anterior, incluso lo elevamos y fuimos los campeones. Fuimos el equipo que creó más situaciones de peligro y que más tiros al arco tuvo por amplio margen”, analiza.

“Eliminamos a equipos muy poderosos. Tigres primero, luego Monterrey, dos clubes que tienen de los presupuestos de plantel más altos de todo el continente, incluyendo a los clubes brasileños. Y Toluca en la final, que gastó cerca de 40 millones de dólares para reforzar su equipo. El nivel que mostramos nos dejó felices”, puntualiza con mesura.

Para Almada hay cosas que no se negocian y que deja en claro en el primer día de entrenamientos. “Hay cuestiones disciplinarias que dejamos bien claras desde el primer momento. También en la intensidad con la que entrenamos, que para nosotros es fundamental. El compañerismo y el compromiso son elementos característicos de nosotros”, dice quien trabaja con Darwin Quintana y su hermano como ayudantes técnicos. En el primer semestre tuvo en el plantel al uruguayo Jesús Trindade pero, precisamente, por aspectos disciplinarios, no contó más con él a pesar de que lo había pedido. Es una de las cosas que Almada no transa, “hay una línea de conducta que me gusta respetar, más allá de que haya sido un compatriota que fue pedido por nosotros y por el que se hizo una inversión grande para incorporarlo. Todos debemos respetar las reglas, aunque sea doloroso. Yo soy frontal, no me gusta crear falsas expectativas en ningún futbolista”.

SELECCIÓN. Luego del cese de Óscar Tabárez al frente de la selección uruguaya en noviembre tras perder 3-0 contra Bolivia en la altura de La Paz, Diego Alonso, Diego Aguirre y Alexander Medina picaron en punta para ser el nuevo DT de la Celeste. El Tornado se quedó con el lugar, Uruguay clasificó al Mundial de Qatar, pero también en su momento se rumoreó -y estuvo sobre la mesa- el nombre de Guillermo Almada, quien se sentía preparado para asumir el reto, pues es el gran desafío que tiene en su carrera como entrenador: “Como estaba nuestro nombre arriba de la mesa nos ilusionamos, sobre todo porque también lo manejó mucha parte de la prensa en Uruguay. Nos sentíamos capacitados para asumir”, aclara.

Cambia hasta el tono para hablar de la Celeste, se acomoda y continúa: “La única cosa que me saca un poco el sueño de dirigir, por más que estoy muy feliz donde estoy y que nos han tratado maravillosamente, es la selección de mi país. Es un objetivo que queremos lograr en algún momento. Ahora está Diego (Alonso), que lo ha hecho en forma espectacular y lo deseamos lo mejor en el Mundial, porque todos estamos involucrados y como te digo, se juega mucho el futuro del fútbol uruguayo. Todo depende en gran medida de tener una gran actuación en el Mundial, tenemos los jugadores para hacerlo, ojalá que esa capacidad que tienen los futbolistas la puedan desarrollar al máximo en el Mundial y encontrar un gran nivel para dar un golpe de autoridad, por ende se beneficia el fútbol uruguayo. Le deseamos lo mejor a Diego y esperamos que en el futuro se nos pueda dar y, si no, apoyaremos a muerte al que esté al frente”.

Uruguay no es la única selección que está en el horizonte de Almada, ya que hace varios meses que su nombre se está manejando informalmente para ser el sucesor del Tata Martino en México. El DT está siendo cuestionado en la previa a la Copa del Mundo y hay quienes piensan que el montevideano de 53 años tiene todos los elementos para tener un proyecto exitoso en los aztecas. “Con Tata Martino hemos hablado muchas veces, tengo una muy buena relación. Es un elogio para mí y mi grupo de trabajo que en un país tan nacionalista como es México, que haya mucha prensa que esté pidiendo nuestro nombre. Es un orgullo. Soy la cara visible pero hay gente que trabaja con nosotros y que hace que podamos imponer nuestro trabajo, nuestra forma de jugar. Siento que estamos representando de muy buena forma a Uruguay. Llegado el momento lo analizaremos”.

Almada ha tenido ofrecimientos de la selección de Chile y de Ecuador en otros momentos, también del Oviedo de España (miembro del mismo grupo que es propietario del Pachuca), pero es un técnico que apuesta mucho a los proyectos a largo plazo y a que se den determinadas particularidades para tomar la conducción de un equipo. No en vano estuvo en más de una temporada en cada uno de los equipos a los que dirigió. Es un técnico donde lo económico no es lo primero a evaluar, sino las ganas de desarrollar un proyecto y una metodología de trabajo que sea respetada en el día a día. “Ojo, esto es por resultados. Hemos logrado estar tantos años en los equipos que hemos dirigido porque nos fue bien, porque logramos resultados, así de simple. De lo contrario no hubiéramos podido estar tantos años”.

Almada. Frontal, sencillo y familiero. Una persona fiel a sus convicciones, a la disciplina, a la intensidad en el juego y a su equipo de trabajo. Un DT que ha dejado una huella en cada equipo que dirigió y que tiene el gran anhelo de tener el escudo celeste en el pecho.