AURINEGROS
El presidente escribió una extensa carta detallando lo negociado, qué cambió a la hora de poner la firma y por qué el club no aceptó los nuevos términos.
Una diferencia en el porcentaje que le quedaba a Peñarol en el caso de que en los próximos dos años José Luis Rodríguez fuera vendido fue lo que truncó la llegada del Pumita a la institución aurinegra, lo que derivó en que este jueves firmara con Nacional. Así lo explicó en un comunicado el presidente carbonero, Ignacio Ruglio, quien indicó que ambas partes decidieron dar por finalizada la negociación en buenos términos.
En una extensa carta, que publicamos textualmente a continuación, Ruglio explicó lo ocurrido:
"Estimados socios e hinchas:
Por esta vía me quiero referir a la situación del futbolista que, como es de conocimiento público, finalmente no concretó su llegada a nuestro Club. A continuación comparto algunos elementos importantes para entender la situación:
Ni el jugador ni sus representantes faltaron a su palabra, ni incumplieron ningún acuerdo entre las partes. Tampoco lo hizo Peñarol. Simplemente no nos pusimos de acuerdo en algunos detalles correspondientes al porcentaje de la ficha del jugador que le correspondería a Peñarol, y por tanto, ambas partes respetuosamente y agradeciendo el proceso de negociación, decidimos dar este por concluido.
Para conocimiento de los socios de Peñarol, nuestro Club pretendía quedarse con el 30% de la ficha del jugador durante los dos años que el jugador permaneciera en relación contractual con nuestra institución. Al momento de cerrar el acuerdo nos informaron que el 30% mencionado aplicaría luego de descontado el 20% del jugador y algunos gastos de solidaridad, impuestos, etc. Es decir; ya no era el 30% del 100% del valor de la venta, sino que pasaría a ser el 30% del 70%. En definitiva, un 21% del 100%.
Peñarol pretende trazar una línea clara de trabajo en la que nuestro Club, una importante vidriera para el crecimiento profesional de los futbolistas, tenga un porcentaje mínimo en la cotización del fichaje. Esto implica que si los jugadores luego de jugar en Peñarol aumentan su valor por 5 o 6 veces con relación al que tienen en otros clubes, la "vidriera" que ofrece Peñarol debería ser un buen negocio para el jugador, sus representantes, su club de origen y también para Peñarol.
Un ejemplo reciente fue el caso de Joaquín Piquerez. Peñarol negoció tener un 33% del jugador a cambio de la oportunidad de mostrarse en nuestro Club. El jugador llegó a Peñarol con un valor de mercado de una cuarta parte del precio en que Peñarol lo vendió a Palmeiras. La venta fue de 3.8 millones de dólares y a nuestro Club le quedarán 1.2 millones de ganancia. Estas son cifras y porcenbtajes aproximados, no exactos.
Si en este caso Peñarol hubiese tenido el 21% de la ficha en vez del 33% , nuestro Club hubiese recibido USD 400 mil dólares menos por Joaquín de lo que finalmente recibió. Esto sería muchísimo dinero para nuestra institución para seguir ordenando nuestra economía. Vale la pena pelear un 9% y es nuestro deber hacerlo.
En resumen: solo se trató de una diferencia en el porcentaje. De común acuerdo con sus representantes decidimos dar por terminadas las negociaciones. No hubo mentiras ni faltas de respeto, simplemente no llegamos a un acuerdo.
Peñarol ha decidido desde hace un tiempo cuidar mucho nuestra economía y solo traer jugadores de fuera del Club en caso que nos ofrezcan un salto de calidad muy grande para completar dicha posición en el plantel, o dejen al Club un porcentaje que amerite ofrecerle una posición entre los 11 que ingresan a la cancha a un futbolista no formado en Peñarol.
En el acierto o en el error, a diario tomamos decisiones de las cuales estamos convencidos de que son el mejor camino para nuestro Club. El "diario del lunes" a veces dirá que acertamos y otras veces dirá que erramos, pero en todos los casos nuestras decisiones son siempre pensando en Peñarol, y siempre en Peñarol.
Por último, nadie nos sacó ningún jugador. Nosotros fuimos quienes no aceptamos las condiciones y fue en el marco de una negociación respetuosa y leal en la que cada parte cuidó sus intereses.
Saludo cordial. Juan Ignacio Ruglio".