TRICOLORES
Con el mismo desenfado que en marzo le dijo a Alejandro Balbi que su sueño era jugar en Nacional, "Maxi" le pide al "Cabezón" que se le una en la cancha.
El desenfado que tuvo una tarde de marzo a la salida de un Supermercado puntaesteño, cuando hizo saber a Alejandro Balbique se moría por jugar en Nacional, Maximiliano Cantera lo vuelve a exponer en el campo de juego. Ahí, donde pide la pelota, la cuida y no se deja intimidar por los adversarios que se van agrupando para tratar de llevárselo puesto, es capaz de empezar a forjar una sociedad de fútbol con el crack que llegó para potenciar al plantel.
Sí, según supo Ovación, en el Gran Parque Central, Cantera sacó a relucir toda su picardía de barrio y su inquebrantable confianza para desnivelar al rival cuando le cursó nuevamente a Andrés D’Alessandro la invitación que ya había vociferado en otra cancha.
“Vení, viejo. Vení acá; jugá conmigo”. Y así, toque va, toque viene, entre un pequeño pelotón de piernas aurinegras que intentaban sin resultado robarse el balón fueron haciendo que el reloj avanzara con clara ventaja para Nacional. Fueron llevando el partido hacia el lugar que más le convenía al equipo, fueron reteniendo la pelota. Y usándola con calidad y elegancia, como para demostrar que no hay nada mejor que saber pasar bien la pelota para burlar cualquier intento de arremetida física.
Cantera-D’Alessandro parece ser una dupla que empieza a forjarse por entender el fútbol de la misma forma. Por hacer que un partido, por importante que sea, no se gana con la receta de los arranques a lo loco o por “meter como un caballo”, sino que también es posible asociarse con elegancia.
Y pensar que todo empezó en marzo. A la salida de un supermercado, cuando a Balbi, que en ese momento hablaba con el presidente José Decurnexpor teléfono le dijo: “me muero por jugar en Nacional”.