ENTREVISTA
"Sé que la única forma de triunfar es con humildad y sacrificio. Recién empiezo, tengo mucho para dar todavía", dijo el atacante en un mano a mano con Ovación.
Martín Satriano no llegó a debutar oficialmente en la Primera de Nacional. Con 18 años fue transferido a Inter de Milán y hoy está cedido a préstamo hasta junio en el Brest de Francia, que está en la mitad de tabla de la Ligue 1. El uruguayo lleva jugados cuatro partidos y en 173 minutos ya metió tres goles.
Hace dos años que no puede viajar a ver a su familia por la pandemia y por lo estrecho de los calendarios, pero el acompañamiento de su novia Florencia ha sido fundamental en la soledad de Europa. También le dedica mucho tiempo a jugar con sus perros, dos Bulldog Francés, que se llaman “Bolso” y “Simba”.
“Estar con Florencia ha sido muy importante, yo llegué a Inter en enero de 2020, ella llegó en febrero y en marzo arrancó la pandemia, enseguida pasamos a estar encerrados. Es una compañía enorme, a veces llego enojado después de un partido, o cuando llego contento tras hacer un gol, ella está ahí y es muy lindo para mí” contó en diálogo con Ovación desde Francia.
DECISIÓN. “El tema de venir al Brest fue en conjunto entre Inter, mi representante y yo. Hice una buena pretemporada en agosto con Inter, en ese momento tenía pensado ya salir a préstamo porque consideraba que ya con 20 años tenía que salir a jugar y en Inter iba a ser difícil, pero el técnico (Simone) Inzaghi no quiso que me vaya, pensó que iba a tener más minutos pero no los tuve. Tenía un montón de ganas de salir a jugar y salí”, contó. “Inzaghi me deseó suerte, me dijo que había sido un placer estar conmigo, que él pensaba que yo necesitaba minutos y que era importante que saliera a jugar para crecer como jugador y volver de mejor manera”, señaló quien ya estaba entrenando siempre con el primer equipo de Inter.
Satriano fue uno de los nombres con los que Diego Alonso, DT de Uruguay, sorprendió en su primera lista de reservados, aunque después no fue convocado. Sobre si pesó en él salir a buscar más minutos para ser candidato a formar parte del plantel para el Mundial en caso de que la Celeste clasifique, explicó que “no. Si bien me encantaría estar en la selección, no. Yo quería salir a jugar, lo necesitaba; aunque estaba entrenando con los mejores en Inter, necesitaba agarrar ritmo de partido en un equipo de Primera. No pesó el tema de la selección, pensé más que nada en mi carrera como jugador y en lo que quería”. Y agregó que “fueron muy lindas las sensaciones de ver la lista y ver que estaba, pero tampoco pensé mucho en si iba a estar convocado, más que nada fue un impulso a seguir trabajando, a seguir mejorando, yo recién empiezo y pienso que tengo mucho para dar todavía. Tengo muchas ganas de estar, pero tampoco estuve tan pendiente del tema”.
Martín contó que antes de saber la lista lo llamó el profe Guillermo Souto, con quien compartió un tiempo en Nacional cuando estuvo el Cacique Medina.
En Europa, hay periodistas que hablan de Satriano como el sucesor de Luis Suárez o Edinson Cavani en la selección, pero con mucha humildad, Martín se aleja de ese concepto: “Ojalá pudiera llegar a la mitad de lo que ellos han hecho. Son dos monstruos que admiro mucho, pero no pienso en eso. Son dos enormes jugadores, pero yo recién empiezo y tengo mucho para mejorar y trabajar”.
Respecto al Brest, que viene de empatar a uno con el Reims con gol suyo, comentó que “no es un grande de Francia pero es un equipo muy bien organizado, un equipo con un entrenador que busca jugar bien al fútbol”.
En el club no tiene a ningún compañero sudamericano, el DT es armenio, pero Satriano se las ingenia: “Me integré rápido; si bien no hablo nada francés, justo tenía un compañero que estaba conmigo en Inter con el que hablaba italiano, que algunos lo hablan, y con alguna otra cosa que sé de inglés la llevo. Con el DT la llevo casi que a señas (risas)”.
NACIONAL. “Me quedé con ganas de vestir la camiseta de Nacional, todos los partidos que miro me quedo pensando lo lindo que hubiese sido jugar en el Parque con toda la gente, que es algo que siempre quise de niño, no se dio, pero creo que en algún momento se dará”, afirmó.
En el momento en el que se fue a Europa, cuando su vínculo con los tricolores se terminaba pronto, Satriano fue cuestionado por parte de la hinchada de Nacional: “Me dolió un poco por mi familia, que se vio involucrada en algunos comentarios que hacía la gente y sufrió, pero a mí no me importaba lo que decían porque sabía cómo habían sido las cosas. Hubo gente ahí que no quiso decir bien cómo fueron las cosas, pero me fui de Nacional sin jugar en Primera en un pase por dos millones, que jugando en Tercera División creo que nunca había pasado, así que no fue que me fui gratis o algo así. Se dijeron otras cosas que influyó en la gente”.
En ese momento, Satriano no habló sobre lo que estaba pasando. “Capaz era lo mejor, pero tenía apenas 18 años, no pensé en eso, no tenía ganas de meterme en esas idas y vueltas. Mejor dejar así el tema y que hable el que quiera. La gente que me conoce y que conoce un poco de fútbol sabe cómo fueron las cosas”.
El montevideano de 21 años explicó: “Vengo de una familia humilde, de padres trabajadores, que se rompieron el lomo para que tengamos un plato de comida, pero a veces no alcanzaba, tampoco lo que cobraba en Nacional era mucho, así que el grupo inglés que me representa (TMG) me daba una mano con otras cosas. También en lo humano ellos trabajan muy bien, no solo te hablan de fútbol, también hablamos cuando estoy triste, siempre están para tomar unos mates, cosas así que te ayudan más que capaz que otro representantes que te dan plata, te dejan ahí y no te llaman por tres semanas”.
Martín es hijo de Gerardo, un exfutbolista, su madre es ama de casa y tiene otros cuatro hermanos. ¿Cómo hace para tener los pies sobre la tierra después de todo lo que le pasó en poco tiempo? “Eso me quedó inculcado desde chiquito, me lo enseñaron mis padres. Creo que es natural, sé que si me llego a agrandar mi madre me pega un tortazo y mi padre también (risas). Y sé que la única forma de triunfar es con humildad y sacrificio. Yo tengo en mi cabeza, como si hubiese pasado ayer, mi infancia. Nunca me faltó un plato de comida pero fue todo gracias a mis padres. Mi madre salió a limpiar, que era algo que a ella no le gustaba hacer, pero tenía que hacerlo por nosotros, para comer. Mismo mi padre, que cargaba cosas, que hacía millones de cosas que capaz ni sabía hacer, pero las hacía por nosotros. Son cosas que viví, por eso sé que tengo que seguir esforzándome como se esforzaron ellos, y seguir con mucha humildad”.
"Tener a Matías (Vecino) en el plantel de Inter fue muy importante, siempre hablaba con él, me daba consejos, él es un gran referente; mismo Godín cuando yo recién llegué me ayudó mucho, fui a la casa, también a la de Matías, compartíamos un asado. Fueron clave para mi adaptación, estoy muy agradecido”.
"En Brest estamos jugando 4-2-3-1, y yo soy el 9. Es la primera vez que juego de delantero solo, siempre jugaba con otro atacante e intentaba bajar, buscar la pelota, tirarme a las puntas, me gusta mucho encarar por los costados, pero ahora me estoy acostumbrando más a ser 9 y estar para hacer goles”.
"Mi padre desde chiquito me viene dando consejos de muchas cosas del fútbol. Él jugaba de cinco, me ha enseñado un montón de cosas, pero más que nada en el tema de las vivencia y las mañas para jugar, que me han servido a lo largo de mi carrera”, contó sobre Gerardo, que jugó en varios equipos.
"Fueron muy lindas las sensaciones de ver la lista y ver que estaba ahí, pero tampoco pensé mucho en el tema de si iba a estar convocado o no, más que nada fue un impulso a seguir trabajando, a seguir mejorando. Yo recién empiezo y pienso que tengo mucho para dar todavía”, aseguró el delantero.