DE VOLEA
La convocatoria de Giovanni González y Joaquín Piquerez a la selección tiene mucho que ver con el protagonismo que les dio el estilo del técnico de Peñarol.
Generalmente los técnicos son los fusibles que saltan cuando las cosas no salen bien en un equipo, aunque no siempre sean los responsables directos. En realidad los jugadores son los que en cancha definen con sus rendimientos, acciones y decisiones el resultado de un partido y de un torneo.
Es cierto que los entrenadores a veces no logran darle al conjunto el funcionamiento adecuado, por lo que generalmente hay cuotas parte compartidas en los resultados obtenidos. Sin embargo, también la impronta de un técnico puede afectar directamente en el rendimiento de un equipo y, particularmente, de algunos futbolistas. Este es el caso de Mauricio Larriera en Peñarol. Su apuesta al fútbol paciente pero dinámico, veloz y por las bandas han generado el brillo de varios futbolistas, pero hay dos especialmente que han visto potenciado su rendimiento: Giovanni González y Joaquín Piquerez. Ambos laterales, se han convertido en parte clave del ataque de Peñarol con sus subidas y culminaciones.
Ellos hicieron su parte y hoy están en la selección. Se lo ganaron por mérito propio, pero también por el fútbol que pregona Larriera.