DEFINICIONES EN MONTEVIDEO
Las ocasiones en que el Estadio fue campo neutral para resolver títulos continentales o mundiales
Con Flamengo-Palmeiras el sábado 27, el Estadio Centenario será sede de una final de la Copa Libertadores entre dos equipos extranjeros después de 40 años. El añadido de la definición de la Copa Sudamericana entre Athlético Paranaense y Bragantino, siete días antes, da como resultado una semana toda internacional para un escenario que, entre la pandemia y las refacciones, hace tiempo no recibe grandes acontecimientos.
El cambio del reglamento de la Libertadores, que eliminó en 1988 la tercera final en caso de empate en el ida y vuelta, significó que los campos neutrales quedaran fuera de servicio. Hasta que una nueva modificación reglamentaria estableció la final única hace dos años.
La primera vez que dos clubes no uruguayos definieron una Libertadores en Montevideo fue en 1968, con Estudiantes-Palmeiras. En las ediciones anteriores esto fue casi imposible, porque salvo en 1963, siempre Peñarol o Nacional estuvieron en la final. Después se volvió a dar en 1973, con Independiente-Colo Colo, en 1977 con Boca Juniors-Cruzeiro y en 1981 con Flamengo-Cobreloa.
Antes de todo eso, el Centenario había recibido otra finalísima extranjera con expectativa mundial: la de la Copa Intercontinental de 1967 entre Racing de Avellaneda y Celtic de Glasgow. Fue el 4 de noviembre de ese año, un soleado sábado de tarde, y se la llamó “la batalla de Montevideo”, por la extremada violencia de sus protagonistas. El árbitro expulsó a dos argentinos y cuatro escoceses, aunque uno de estos no se retiró de la cancha y siguió jugando hasta el final. El público uruguayo apoyó al Celtic, pero lo ganó Racing con un golazo del “Chango” Cárdenas.
El partido del 68 marcó el comienzo de la era de Estudiantes de La Plata, un equipo innovador por su forma de preparar cada juego, pero también manchado por su inclinación a utilizar tretas al borde o fuera del reglamento. Y la final de Montevideo fue un ejemplo de ambas cosas. En La Plata, el equipo argentino venció 2-1. La revancha en San Pablo terminó 3-1 para los brasileños.
El 16 de mayo definieron en el Centenario. Para no dejar nada al azar, Carlos Bilardo, mediocampista del equipo platense, pidió para hablar con los niños alcanzapelotas del Estadio: quería asegurarse que si su equipo se ponía en ventaja, los chicos iban a demorar la devolución del balón. Estos llamaron a su líder, un jovencito de 14 años a quien llamaban Paquito y que le preguntó a Bilardo: “¿Y para nosotros cuánto hay?”. El futbolista tuvo que prometerle una determinada suma y dejar las pelotas de entrenamiento como garantía. La anécdota forma parte de las historias sobre el avispado alcanzapelotas, luego futbolista y empresario, Francisco Casal.
En la cancha, Estudiantes fue superior y venció 2-0, con goles de Ribaudo y Verón.
El 21 de febrero de 1969, en el Centenario se definió también la primera Copa Interamericana: Estudiantes, campeón de América, venció 3-0 a Toluca, campeón de la Concacaf.
El 6 de junio de 1973 se enfrentaron Independiente, campeón defensor, con la revelación del certamen, Colo Colo de Chile. Habían empatado en Avellaneda y en Santiago.
Para ganarse la preferencia del público, los chilenos trajeron a Sergio Catalán, el arriero que en diciembre de 1972 había encontrado a Roberto Canessa y Fernando Parrado luego de la tragedia de los Andes. Catalán dio una vuelta olímpica ante el aplauso del público, aunque por la rivalidad con Argentina Colo Colo ya tenía su apoyo. Los hinchas argentinos ocuparon la tribuna y la platea América con banderas y bombos.
Fue un encuentro duro y parejo. Tras empatar 1-1 en los 90 minutos con goles de Mendoza y Caszely, fueron al alargue y a los 107 minutos Giachello lo definió para los rojos.
La tercera final extranjera tuvo lugar el 14 de septiembre de 1977 entre Boca y el entonces campeón, Cruzeiro. Cada uno había ganado como local 1-0. El partido estaba fijado para el día 13, pero una intensa lluvia obligó a postergarlo 24 horas. Eso significó un grave problema para cientos de hinchas que habían juntado peso sobre peso para seguir a Boca y habían calculado pasar solo una noche en Montevideo. Muchos terminaron durmiendo a la intemperie, en la calle, pese al frío invernal. Hubo otro contratiempo para Boca. Como tuvo que usar camiseta de alternativa, el técnico Juan Carlos Lorenzo, siempre atento a las cábalas, improvisó una casaca toda blanca para evitar la amarilla, al parecer “mufosa”.
El partido fue bastante aburrido por la actitud conservadora de ambos, sobre una cancha que era un fangal. Por primera vez una Libertadores se definió por penales. Sobre el arco de la Amsterdam, todos convirtieron, hasta que llegó el turno para el último de Cruzeiro, Wanderley. Y se lo atajó Hugo Gatti, más ídolo a partir de esa noche, con lo cual Boca logró su primer título continental.
La cuarta y hasta ahora última final de este tipo se jugó el 23 de noviembre de 1981 entre Flamengo y Cobreloa. En Maracaná se impuso el Fla 2-1; en Santiago fue triunfo, casi en la hora, de los “zorros del desierto” de Atacama, aunque los brasileños se quejaron del juego duro de los locales. En especial, acusaron al defensa Mario Soto de jugar con una piedra en la mano para golepearlos.
En el Centenario, Flamengo se mostró ampliamente superior y ganó 2-0, con dos goles de su estrella, Zico.
Cuando estaba todo liquidado, faltando un par de minutos en el conjunto carioca ingresó un tal Anselmo. Lo primero que hizo fue dirigirse hacia donde estaba Soto y darle un puñetazo por la espalda. El agredido y sus compañeros persiguieron al brasileño, que salió corriendo. Se generó un breve incidente, que el árbitro uruguayo Roque Cerullo cerró con la expulsión de Anselmo y Soto.
Algunos medios de Brasil lo llamaron “héroe vengador”. El técnico flamenguista, Paulo César Carpeggiani, confesó que se limitó a ordenarle al jugador: “Vaya y péguele a Soto”. Pero a Anselmo no le fue muy bien en su carrera posterior: quedó marcado por su actitud, Flamengo no lo respaldó y le costó encontrar luego otro club.
A la hora del resumen, el estadio más utilizado como campo neutral fue el Nacional de Santiago, con seis partidos (entre ellos Independiente-Peñarol 1965, Peñarol-River 1966, Racing-Nacional 1967 y Peñarol-América 1987). El Defensores del Chaco de Asunción recibió dos, el Nacional de Lima uno (Nacional-Estudiantes 1971) y el Monumental de Buenos Aires uno (Santos-Peñarol 1962). Con el establecimiento de la final única, Flamengo-River de 2019 tuvo lugar en el Monumental de Lima y Palmeiras-Santos de 2020 fue en Maracaná.