ENTREVISTA
El argentino visitó Uruguay como Embajador del Manchester City y dijo presente en el Camp que el club inglés organizó junto al Montevideo City Torque.
La difícil decisión del retiro ya estaba meditada, adoptada y confirmada en la vida de Pablo Zabaleta en 2020. La llegada de la pandemia encaminó todo y el 16 de octubre de ese año se despidió. Le empezó a dedicar a su familia todo el tiempo que no le había podido destinar durante una exitosa carrera como profesional y ahora disfruta de ser Embajador del Manchester City, club en el que brilló.
“Yo sabía que ese era mi último año en Inglaterra. Lo tenía cien por ciento decidido porque iba a cerrar una etapa de nueve años en el Manchester City y tres en el West Ham United. Fueron 12 años de mucha competición y desgaste porque la Premier League es muy exigente, y hasta vivir ahí no es fácil por el clima, pero lo disfruté muchísimo. Después de tomar esa decisión faltaba ver si podía ir a otro mercado para sumar una nueva experiencia o si definitivamente no jugaba más, pero llegó la pandemia y eso me cambió las perspectivas. Yo internamente decía ‘me encuentro bien, estoy con ganas de seguir y si aparece una posibilidad que me pueda interesar la pienso’. Pero en el momento de poner en la balanza la estabilidad familiar, estar con mis hijos y mi señora en Barcelona —ciudad en la que vive tras su retiro ya que su esposa es de ahí— o seguir jugando, pesó más lo primero y más allá de haber tenido ofertas prioricé a la familia y dejé de jugar”, le contó Pablo Zabaleta (37) a Ovación.
Italia pudo ser un mercado viable para Pablo y también la vuelta a Argentina porque San Lorenzo, club en el que surgió, se interesó por él: “Me llamó el Beto Acosta que en ese momento era el manager y yo jugué con él. Me tanteó la posibilidad de volver y yo ahí no había tomado la decisión del retiro, entonces no lo descarté, pero cuando confirmé que no iba a continuar, cerré toda conversación para no comprometerme con nadie ni generar expectativas en ningún club. Me hubiese gustado jugar otra vez en San Lorenzo porque es el club donde me crié. Llegué con 12 años, viví ocho en la pensión y le tengo un cariño muy grande. Hubiera estado bueno retirarme ahí porque es el club que me dio la posibilidad de formarme, pero prioricé la estabilidad familiar y no se pudo dar”.
Ahora, Zabaleta disfruta de su familia y también del fútbol, pero desde otro rol. Se convirtió en Embajador del Manchester City, club que junto al Montevideo City Torque realizó en Uruguay un camp para niños y niñas de entre 6 y 17 años. El argentino dijo presente y habló acerca de esta actividad y también de las instalaciones del club uruguayo: “Llevamos la copa de la Premier League a la Montevideo City Football Academy y la verdad que son instalaciones espectaculares. Las había visto por fotos pero estando ahí son realmente impresionantes y está bueno que el club tenga algo de esa magnitud para que chicos de esta edad puedan ir y entrenar en condiciones bárbaras porque los más chicos hoy ven al City como uno de los equipos más importantes del mundo y eso atrae para que puedan ser parte del camp, trabajar unos días con entrenadores de primer nivel de Inglaterra y con una metodología que el club también usa en juveniles. Es una oportunidad muy linda”.
Pablo Zabaleta y la relación con futbolistas uruguayos
Pablo Zabaleta recordó en la charla con Ovación que jugó con dos futbolistas uruguayos: Juan Manuel Olivera en San Lorenzo y Walter Pandiani en Espanyol de Barcelona.
“Con Olivera en San Lorenzo fueron pocos partidos. Me acuerdo que estaba Walter Montillo y eran muy amigos ellos”, recordó tras ese momento en San Lorenzo donde fueron dirigidos por Néstor Gorosito y también por el Bambino Héctor Veira.
Con el Rifle la relación es otra ya que compartieron más momentos: “Todavía tengo relación porque él vivía en Barcelona hasta que volvió a las canchas digamos. Estoy en contacto permanente. Concentrábamos juntos. Espero que este año le siga yendo bien y pueda lograr el ascenso porque estuvo cerca la temporada pasada”, dijo Zabaleta, agregando que “es un fenómeno. Al Espanyol vino desde el Birmingham y era muy bueno. Ganamos la Copa del Rey y me acuerdo y él también fue goleador de la UEFA. Recuerdo que iba a entrenar en el camión rojo. Era un fenómeno. Aparte tenía una presencia en el área que sabías que le tirabas un centro y ganaba. Era muy bueno:aguantaba la pelota, definía y tenía mucha entrega, garra y carácter. Típico del uruguayo”.
Pero Zabaleta no solo jugó con uruguayos sino que también tuvo que marcar a varios durante su carrera: “Me tocó ganar y perder contra Uruguay, sobre todo con la generación de Suárez, Cavani, Forlán, Lugano, Godín, el equipo del maestro Tabárez. Las Eliminatorias y la Copa América son especiales porque se viven intensamente por cómo somos los jugadores y por cómo lo siente el hincha. Y el clásico rioplatense siempre fue muy disputado, pero con respeto, con la entrega y la garra que tenés que poner en esa clase de partidos. Uruguay de la mano de Tabárez se volvió una selección muy competitiva que llevó al fútbol uruguayo a lo más alto del mundo. Es un misterio porque no logro entender cómo un país tan chico sigue sacando tan buenos futbolistas”.
Marcar a Luis Suárez no fue nada fácil para Zabaleta y así lo recuerda al salteño: “Es mañoso, busca el contacto permanente, se tira, busca faltas y no le podés dar dos metros porque te define cualquier jugada. Lo enfrenté muchas veces, nunca tuve un cruce en particular, pero es de esos jugadores que esperan el contacto para tirarse, te pican y te agarran. A delanteros como Suárez los querés en tu equipo siempre, pero cuando los enfrentás son un dolor de cabeza para cualquier defensor”.
El argentino dio su concepto sobre lo que representa la selección uruguaya y remarcó que “lo que hizo el maestro —Oscar Tabárez— con esta generación es realmente para destacar con un proceso que no estamos acostumbrados a ver por acá con títulos y grandes actuaciones en Mundiales. Ya se terminó pero imagino que los uruguayos van a estar agradecidos por todo lo que hizo. Ahora con el nuevo entrenador empezaron bien, ganando una doble fecha y se renovó un poco la energía. Ojalá pueda clasificar”.
Otro de los hechos que marcó la carrera de Pablo Zabaleta fue jugar con Lionel Messi, a quien conoció en la Sub 20 albiceleste y compartió también la mayor: “El técnico en ese entonces nos dijo que venía un chico que estaba jugando en España, selección que también lo quería. Iban a hacer un amistoso. Yo era el capitán del equipo y lo recibimos muy bien. Siempre fue chiquito físicamente, llegó muy tímido pero en la cancha te dabas cuenta que estábamos ante un crack:agarraba la pelota y no había forma de sacársela. Había reducido y si estabas con él, ganabas. Es un fenómeno. Me tocó jugar en la mayor también esa final del Mundial y el dolor persiste por haber perdido, pero fue algo increíble. Hoy la selección pudo ganar la Copa América, se sacó esa mochila pesada, lleva 29 partidos sin perder y el presente nos invita a soñar a todos los argentinos”.