AURINEGROS
El entrenador tuvo ayer por la tarde su primera práctica al frente del plantel y desde la institución contaron cómo se llegó a la elección del técnico.
El regreso de Leonardo Ramos a Peñarol no fue casualidad ni tampoco una decisión que se tomó sin analizar. No fue un manotazo de ahogado y si bien el tiempo apremia tras la renuncia de Mauricio Larriera y la urgencia que tiene el club de ganar el Torneo Clausura para pelear por el Campeonato Uruguayo, en la institución creen que eligieron a la persona indicada para este momento deportivo.
A los 52 años, el técnico tendrá su segundo ciclo en el club luego de un exitoso pasaje entre 2017 y 2018 en el que conquistó el Campeonato Uruguayo 2017 y luego la primera edición de la Supercopa Uruguaya ganándole el clásico a Nacional por 3 a 1.
“Leo es del agrado del grupo oficialista, también de Guillermo Varela y alguno más. La oposición no opinó y simplemente le dio la derecha al presidente como ya pasó en anteriores mandatos. La elección de Ramos no se votó porque los demás solo le preguntaron a Nacho si quería a Leo y si estaba convencido. La respuesta del presidente fue sí entonces todos dijeron ‘dale para adelante’. No se necesitó votar porque el martes todo el mundo ya sabía que Leonardo Ramos iba a ser el técnico de Peñarol”, le dijo a Ovación el consejero Jorge Nirenberg.
Otro aspecto que jugó a favor de la elección de Ramos como nuevo técnico aurinegro fue la amistad con el presidente Ignacio Ruglio pero también con varios de los actuales integrantes del Consejo Directivo, tanto del oficialismo así como también de la oposición.
Es que el primer pasaje de Leo por el club fue exitoso porque asumió en enero de 2017 y ese año conquistó el Campeonato Uruguayo, luego ganó la Supercopa Uruguaya y en 2018 tras no poder acceder a los octavos de final de la Copa Libertadores el técnico se fue del club después de finalizado el Torneo Intermedio, pero con la promesa de volver.
Tras dirigir a Peñarol, Leonardo Ramos pasó por Al-Ettifaq de Arabia Saudita, Barcelona de Ecuador, Danubio —club al que ascendió a Primera División— y Gallos Blancos de Querétaro de México.
“Él se moría de ganas de volver a Peñarol” contó Nirenberg, agregando que “el temperamento que tiene y el temple lo transforman en el indicado para este momento porque es un técnico que tiene espalda, que va para adelante y si hay que carajear, carajea, y si se le cae la tribuna abajo se mata de risa o les contesta a los hinchas, no tiene ningún tipo de problemas y ya lo ha demostrado en su anterior pasaje por el club”.
Conocer la interna de la institución y cómo se maneja el club en todos sus ámbitos también fue otro punto importante en la elección del nuevo entrenador mirasol ya que no hay tiempos para adaptaciones: el equipo juega el domingo y necesita empezar a sumar de urgencia.
Por eso, Peñarol apeló a Leonardo Ramos y en la interna no hay dos opiniones: es el indicado para este momento.
No había tiempo para experimentar
Jorge Nirenberg explicó que “si esto pasaba en enero con una pretemporada por delante y con tiempo para elegir jugadores, yo apostaba por un técnico argentino como Ariel Holan. En su momento se nombró a Marcelo Bielsa y a Gabriel Heinze también, que hoy está sin club, pero ahora necesitábamos alguien que conociera el club, que supiera cómo es la interna y a lo que se iba a enfrentar para que no le pese la presión de la hinchada en esta situación actual y creo que no había otra opción mejor que la de Leo Ramos”.