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Titular en Barcelona desplazando a jugadores más experimentados como Lenglet, el zaguero apunta a ser el socio futuro de Josema Giménez en la Celeste.
De reojo y a largo plazo, la selección uruguaya ya busca el recambio para la zaga. Al menos para uno, nada menos que el capitán Diego Godín, quien estará (si todo sale bien) en el Mundial de Catar, pero ya no para el de 2026 a disputarse en Estados Unidos, México y Canadá.
Con 34 años (cumplirá 35 el próximo 16 de febrero), el “Faraón” sabe que su tiempo de celeste está a punto de terminar. ¿Hay preocupación? Solo la lógica por lo que será la ausencia futura de un referente, alguien que estuvo en todo el proceso Tabárez y que ha jugado un papel preponderante, primero como teniente de Diego Lugano y ahora luciendo el brazalete. Por lo que no parece haber inquietud es por falta de sustituto.
Uruguay parece tener una zaga consistente y de largo futuro, porque José María Giménez pinta para líder y porque para estar a su lado apareció Ronald Araújo, quien siendo casi un desconocido pasó de Boston River a Barcelona y hoy es titular en la oncena de Ronald Koeman.
Con solo 22 años (7 de marzo de 1999) el riverense se ha adueñado de uno de los puestos de la zaga, desplazando al francés Lenglet al banco de suplentes. Es la gran apuesta defensiva de Barcelona y, por qué no, de Uruguay.
Sobrio, veloz, de buen juego aéreo, hábil con la pelota (más allá del error que le costó el empate a Barcelona el martes ante Eibar) y decidido para irse al ataque, Araújo tiene un gran futuro por delante y este 2021 puede consolidarlo. Mantenerse en la formación inicial culé le permitirá ganar roce en Champions, lo que redundará experiencia al servicio de la Celeste.